Romance del enamorado
Mis ojos quietos y dulces
remiran lo ya mirado.
Asombro total y doble
prendido en el campanario,
en los yuyos, en las nubes,
en el color de los álamos.
Ahora, ¡qué muevo todo!
Es que estoy enamorado:
lleno de rosas el pecho
rosas de versos las manos.
Los caminos son caminos
que llevan a un sitio claro.
La luna nieva una casa.
Y el sol vigila unos pasos.
La vida se ha vuelto simple,
y el mundo menudo largo
lleno de un agua morena
que tiene el nombre que callo.
Ahora voy por las lomas
como antes, solitario,
pero alguien sigue mi sueño,
y oye escondida mi canto.
Palabras que nunca dije
dejan su olor en mis labios.
Raíces de besos hunden
hondos hilillos rosados,
visten mi carne de siesta
los besos que no le he dado.
Ahora pienso que todos
adivinan lo que guardo:
las gentes de la aldeúcha,
la guijas y los guijarros,
el cielo que mira y miro,
los chiquillos y los pájaros.
¡Esconde bien tus heridas
corazón enamorado …!
Que ni ella sepa tu llaga,
que todos te crean sano …
Antonio Esteban Agüero
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