Jose Luis Colombini, Teresa Gómez Atala y Rafael Horacio López
Vida sencilla
En la vida sencilla
la mirada de la abuela
-Pero allá lejos –
Sin darle importancia al día,
que camina de memoria,
aquel jardín tan amplio,
donde mi madre dejara su mirada.
Flores sencillas coronando un pan,
con el calor de una bandera,
que si saberlo coronaba,
semillas para alimentar mis palabras.
En la vida sencilla,
pisoteaba un barro que sería techo,
de mi andar sencillo.
Y picoteaban pájaros el aire de mayo enrarecido.
Decir la vida sencilla era mirar la mesa,
donde discurrían los días y los padres.
Donde se extendía el mantel
se daba el milagro del pan, del vino,
darse la mano con lo necesario.
Los vientos respetaban la música,
de los humildes surcos.
Pero el tiempo tenía su consigna,
pintaba de blanco los paisajes.
Y la vida sencilla resignaba,
las manos amigas del descanso,
escribiendo partidas en el patio.
Y yo con ellas.
Rafael Horacio López
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