Los ruidos cariñosos
Mi madre tiene el sello de la aurora
diligente y ágil caminar
por los pasillos
en ruidos cariñosos
de frescos cubiertos
con la presencia de ángeles distraídos.
Con ruidos de alas llega la noche
mi madre ilumina
con su paisaje de mujer y cielo
el rostro del hogar
del patio fresco
un cielo cribado
por estrellas que escriben en silencio.
Y el día termina
la música de los discretos ruidos.
Y en el cansancio de mi madre
encuentro fuerzas,
para seguir urdiendo,
con el ruido de la aurora
al otro día.
Rafael Horacio López
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