Lita Cáceres y Rafael Horacio López
El verde de los talas
Camino por la ignorada bandera de los talas
suavemente
como pudiera hacerlo el peso del puma
sobre la dormida hierba.
El verde es leche tibia
que cae como baba de buey
que se la lleva el viento
es como el miedo chiquilín de la noche
es una lágrima que se extiende
a lo largo de la acequia
como si anunciara desde siempre
la llegada del brote.
Por la noche los talas y los astros
se miran y la lágrima se transforma en savia
que sube por los dedos de los álamos.
Todo comienza a reverdecer
en el reventón enorme de septiembre
y todo es así
como el arco iris que da color al mundo
une con miradas reverdecidas
piedras sobre musgos.
Todo esto me sucede cuando un canto
minúsculo y tierno como un higo
me endulza por dentro.
Rafael Horacio López
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