Segundo deseo
Las tormentas del espíritu son terribles.
El deseo golpea mi paciencia de ser hombre.
Mi interior es un río:
un río de manos que pintan
el último asidero.
Es tu valle una granada
roja,
negra,
verde,
que se escuda
en un mundo de abejas.
Sol de animal dormido donde acaban
las uñas del sudor del viernes.
Rafael Horacio López, Villa Dolores, Capital de la
poesía, Traslasierra. Córdoba, Argentina.
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