Una lejana conversación
In memoriam Carlos Mastronardi
El arúspice del río Gualeguay
me dijo no hay
objetos en sus poemas,
ninguna alusión al
mundo visible.
(Durante años, cada vez
que sus auras dominantes se insinuaban
en la vecindad del poema,
temía por ese peso excesivo. Palabras
como plátanos, convoy
o piernas
se sometían, precipitándose
hacia sustituciones y descarnaduras
que no ensombrecieran el fluir
del alma, su destello).
Cierto y no cierto,
dije. En el comienzo,
lo que venía incrustado en las palabras
era real.
Pero
también eran gemas
de ambiguo fulgor en la garganta.
Quizás por servir a un amo aún difuso
errantes naturalezas las regían:
en parte conductores eficientes
en parte chispas aventadas,
golpes casuales sobre el fuego.
Rodolfo Godino
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