En contra
Yo intento evocar la lluvia o el llanto. Obstáculo de las
cosas que no quieren irse camino de la desesperaci6n ingenua. Esta noche quiero
ser de agua, que tu seas de agua, que las cosas se deslicen a la manera del
humo, imitándolo, dando señales ultimas, grises, frías. Palabras en mi
garganta. Sellos intragables. Las palabras no son bebidas por el viento, es una
mentira aquello de que las palabras son polvo, ojala lo fuesen, así yo no haría
ahora plegarias de loca inminente que suelta con súbitas desapariciones, migraciones,
invisibilidades. El sabor de las palabras, ese sabor a semen viejo, a vientre
viejo, a hueso que despista, a animal mojado por un agua negra (el amor me
obliga a las muecas más atroces ante el espejo). Yo no sufro, yo no digo sino
mi asco por el lenguaje de la ternura, eso hilos morados, esa sangre aguada.
Las cosas no ocultan nada, las cosas son cosas, y si
alguien se acerca ahora, y me dice al pan pan y al vino vino me pondré a aullar
y a darme de cabeza contra cada pared infame y sorda de
este mundo. Mundo tangible, maquinas emputecidas, mundo usufructuable.
Y los perros ofendiéndome con sus pelos ofrecidos, lamiendo lentamente y
dejando su saliva en los arboles que me enloquecen.
Alejandra Pizarnik
1961
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