2.
La noche
trae caricias y roces antiguos
a la mesa de los versos
(encuentros de máximas cavilaciones
y de dudas).
Llega con arrebatos de farsa
o de inocencia,
con palabras graves
en filos inexpertos.
Las ramas
reposan del temprano viento,
ocasional e inevitable.
Contradicción y burla del azar
que alza las manos
que la reflexión no entiende.
Ricardo Rubio
(de «Epítome, 2001)