Abril
Este día tan lleno de
niñez,
las cápsulas verdes de los
eucaliptos
en el suelo, entre hojas.
El buen aroma frío y viejo
trae
de la mano, consigo,
los paseos al sol y por un
parque
en un abril de viento.
Por mirar la vereda así y
oír el ruido
de las hojas, arriba;
por recoger las cápsulas y
aspirar hasta el alma
su antiguo olor, se puede,
a veces, sí, se puede
abrir puertas cerradas
hacía días remotos;
las mañanas del sol y un
aire limpio, fino,
los bancos de madera por
el borde del parque,
las veredas desiertas,
un viento decidido contra
la cara, frío,
y en la mano, tibieza de
la mano materna.
Circe Maia
No hay comentarios:
Publicar un comentario