Pequeño esfuerzo de justificación
colectiva (*)
Aldo Pellegrini
Justificación de esta revista: Buscar en
la expresión la evidencia de nuestra propia y oculta estructura (palabra,
espejo del hombre) y quizás también algo como una necesidad irresistible de
pensar en voz alta.
Justificación de nosotros: Seres
atraídos hacia sí mismos por una extraordinaria fuerza centrípeta.
Definidos exteriormente como inestables
(igual y alternativa repulsión por el movimiento y por la inmovilidad, por la
acción y por la inacción) nosotros hemos acudido a la única manera de existir
en densidad (es decir sin disolvernos) que es la introspección. Este vocablo no
lo entendemos como planteamiento de problemas estériles, sino como una manera
de dejarse poseer por uno mismo, estando lo consciente puramente dedicado a
revelar por el signo de cada palabra una profunda realidad constitutiva.
En esta actitud se distinguen dos
partes:
1º placer de una ilimitada libertad
expansiva.
2º posibilidad de conocernos (especie de
método psicoanalítico, pero en el cual no partimos de ningún prejuicio sobre
nuestra propia estructura).
De lo ya dicho se desprende que nosotros
contemplamos la vida (esos mil choques de la realidad exterior) con el mismo
desasimiento que observamos para el resto del mundo. Sin embargo guardamos para
ella como para éste una consideración cortés como a posibles signos que en
circunstancias imprevistas pudieran servir para explicarnos.
Si desvalorizamos la vida es por la
evidencia de un destino. Vomitamos inconteniblemente sobre todas las formas de
resignación de ese destino (cualidad máxima del espíritu burgués) y miramos con
simpatía todos esos aspectos de una liberación voluntaria o involuntaria:
enfermedad, locura, suicidio, crimen, revolución. Pero esto no pasa de ser una
posición moral. En realidad, estamos decididos a no intentar nada fundamental
fuera de nosotros.
Cada uno busca en sí mismo. Esta vereda
de orientación es casi lo único que nos reúne y quizás un poco de simpatía (ese
deseo de ser más que un individuo, deseo de ser muchos).
Justificación de nuestra expresión: Toda
palabra está en el corazón mismo de los problemas del ser. Es decir, que para
un hombre determinado, su misterio toma la forma de sus palabras (en un sentido
más amplio: toma la forma de sus signos).
Justificación del nombre de la revista:
interrogación primera y máxima, desnuda de todos los ornamentos ortográficos,
reducida a su pura esencia verbal.
(*) Publicado, sin firma, en la revista
«Qué» nº 1, Buenos Aires, noviembre de 1928.
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