EL PERFUME
Chupar tu vida
sobre tus labios,
no es quererte en
la muerte.
Chupar tu vida,
amante,
para que lenta
mueras
de mí, de mí que
mato.
Para agotar tu
vida
como una rosa
exhausta.
Color, olor: mis
venas
saben a ti: allí
te abres.
Ebriamente
encendido,
tú me recorres.
Toda,
toda mi sangre es
sólo
perfume. Tú me
habitas,
aroma arrebatado
que por mí te
despliegas,
que como sangre
corres
por mí: ¡que a mí
me pueblas!
De Antología del
amor sensual y la poética
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