Testigo del rayo y la palabra
Solo, en esta hermosa casa
entre antiguos muebles y lámparas
de bronce, quiero llegar a la orilla
temporal
de un mundo soportable.
La última luz
va cayendo en la cabellera de los
árboles
recuperando apenas la conciencia de su
peso
en la palma de mi mano.
En la radio la voz del país
llega alta como la excusa de silencios
elegidos,
y el aullido del viento en los
cristales.
Claudio Suárez
De Legítima defensa, Babel Ediciones.
(2011)
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