El regazo
Imperdonable infancia:
Yo te arriendo tu oro.
Tu paz.
Tu miel salvaje.
Tus simbólicas ramas bajo los aguaceros.
Reclamo
el sol poblado de terribles fragancias,
la fina arquitectura de mis mapas celestes.
Hoy que estoy sola y sola.
Alta como la muerte.
Encaramada al borde del océano seco.
Hoy, que en la lejanía no consigo alejarte,
y ando sobre los ejes de arcilla y de silencio sola,
porque estoy sola.
Alta como la muerte.
En grises remolinos y entre bocas inmóviles.
María Meleck Vivanco
De “Hemisferio de la rosa” 1ª edición: Buenos Aires,
1973.
Impresora “Francisco A. Colombo”