Berthe Morisot
Hacia el final de sus días ella dijo que
el anhelo de llegar a la fama después de muerta
se le antojaba una ambición desmedida.
“La mía”, agrego,
“se limita al deseo de pintar
cosas, la más mínima de ellas,
algo mientras sucede.”
Un crítico escribió acerca de la muestra realizada
en el ‘salon des impressionnistes’ individualizando
a la Morisot: “son cinco o seis lunáticos,
uno de ellos, mujer.”
Anne Waldman
Berthe Marie Pauline Morisot (Bourges, 14 de enero de
1841-París, 2 de marzo de 1895) fue la fundadora y figura clave del movimiento
impresionista.
Una pintora excepcional que desarrolló una carrera
artística profesional durante más de 30 años, exponiendo desde muy joven en lo
grandes Salónes de París, e incorporándose más adelante a la vanguardia de las
exposiciones impresionistas comenzadas en 1874, de las cuales también
participaron Claude Monet, Edgar Degas y Pierre-Auguste Renoir, entre otros.
Sus esfuerzos por plasmar las sensaciones de visión
mediante una compleja red de pinceladas quebradas la colocaron en la vanguardia
de su época. Su pintura, muy ligada a su propia vida y a la de las personas que
la rodeaban, muestra su entorno tal y como ella lo veía, con una gran
naturalidad.
A pesar de que hasta finales del siglo XX, la historia
del arte había relegado su historia y participación a un segundo plano, tanto
su talento como su habilidad le valieron el respeto y reconocimiento públicos
de sus colegas varones contemporáneos, logro por lo demás inusual para las
mujeres de la época. Su voluntad de romper con la tradición, la trascendencia
de sus modelos y su capacidad la convierten, para algunos autores, en “la gran
dama de la pintura”.
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