Instante
Arde
una zona de
tu sangre:
la
vulnerable, la sedienta
de
voluptuosidad y esquivos
paraísos.
De incienso a
veces
el aroma que
envuelve
las alas
tornasol de la lámpara-pájaro.
De almizcle,
siempre.
Y por detrás
el sándalo uncido
a la caléndula.
Entonces
-astro
sorpresivo-
el breve
satén damasco
avanzando
hacia ti.
Carlos Garro Aguilar, de "Fervor del día, aura de la
noche",Edit. Babel, Cba 2007.
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