Final
¿Cómo aprende la luz a
oscurecerse?
¿Debe hacer ejercicios de
opacamiento?
No quiere.
Hasta el último momento la
brasa late:
una chispa, un crujido.
El punzón del fuego no
quiere
no ser más taladro,
hacerse romo.
No quiere.
Muy a contracorriente,
contra la pegajosa
espuma de la nada
bracea, tercamente.
Circe Maia
No hay comentarios:
Publicar un comentario