Oración a la mujer del “sweater” rojo
Para H. S. L.
Te pareces a mí mismo.
Tus ojos grandes y fijos en no se qué,
están sosteniendo como Soles
a estados de neurosis que tienen formas de Planetas.
Miras el espacio. El eterno infinito.
Lo que no existe.
Tus ojos grandes y fijos,
iluminan algo que hay entre tu cabeza
y el suelo.
Algo que encuentras en el más allá de lo que no hay.
Y tu mano horrorosa, que siempre tiene que quedarse
estática.
Porque esa cosa que miras,
con tus ojos grandes y fijos,
no puede ser palpada con ninguna clase de dedos.
Quizá durante el tiempo que has estado contemplando,
tu brazo cubierto de lana roja se ha quedado paralizado.
Y por eso tu mano se ha enfriado,
y ha tomado la forma de un muerto.
Tu contemplación es muy grande.
No puede darte criterio
para ocultar al mundo tu mano.
¡Eres tan audaz, que ni siquiera has sacado
el anillo de esa mano de muerto!
Jaime Saenz
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