Rosa y piedra
A mi hermano Alberto
...Que mi rosita, es claro, era de España,
humildísima, en cruz y de calleja,
entre zarzales bajo encina vieja,
miel o rocío el corazón le baña.
La piedra era de rio, o su calaña,
pulida por el agua y por su queja,
blanca, azulada, gris, áurea o bermeja,
capaz de derrotar a la montaña.
Así he forjado yo con mi memoria
en un solo joyel, flor y granito.
Calleja y río en una sola historia.
Recuerdo perdurable, casi mito,
aroma suave y larga trayectoria:
pétalo y piedra, Alberto, lo infinito.
Baldomero Fernández Moreno
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