Visita
El hombre abre la ventana de su cuarto
y se sienta.
Desde su pequeño mundo
está dispuesto a escuchar
lo que tenga que decirle el mundo.
Llegan tardes antiguas
errores arbitrarios
secretos temblorosos
rostros irremediables
voces perdidas
en el aire tranquilo de noviembre.
Pero el hombre espera sin saberlo
una visita que a veces tarda
pero siempre llega.
No la llama.
No la invoca.
No la imagina.
No la apura.
Espera sin saber que espera
esa mirada desnuda
esa voz íntima
esos gestos pensativos.
Para oírla deja de escuchar.
Cuando cierra los ojos
es cuando mejor la ve.
El sabía su nombre
antes de conocerla.
Gianni Siccardi
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