POESÍA Y HUMOR NEGRO
Decálogo aproximativo de los sostenedores del planetarismo
poético
l. Ser creador (honesto) u hombre cotidiano honesto.
Nota: Creemos innecesario explicar que es ser honesto.
Para los que no sepan sugerimos la compra de un espejo.
2. Situarse en el tiempo en que se vive y no utilizar
conscientemente escapismos híbridos para soslayar las injusticias reales que
puedan rodear nuestra cómoda vida “social”. Sostener contra los defensores de
gerundios la validez del verbo.
3. No pertenecer a grupos sectarios o clanes.
4. No desconocer el valor creativo existente en otros.
Saber además que la propia genialidad puede coexistir con otras.
5. Estar siempre dispuesto a aceptar la discusión y/o
diálogo para integrar ideas y/o soluciones planetarias.
6. No tolerar ni aceptar mordazas, censuras, ficheros
clasificadores de ideas, cualesquiera sean los argumentos aducidos.
7. No pertenecer a instituciones, sociedades o cargos que
atenten contra la libertad unitaria 0 colectiva del ser humano.
8. Saber que el planeta necesita adquirir y/ poseer un
alto concepto de conciencia colectiva, para resolver inmediatamente los problemas
inadmisibles de hambre, miseria, mala salud, analfabetismo e injusta
distribución de las riquezas.
9. Saber que existen (y con los días se acrecientan) los
problemas de civilización tecnificada, de psicosis limítrofes (crueldad gratuita,
matanzas ideológicas o de otro tipo, sexualidades patológicas, etc.) y cuya
cura aún se busca. Ayudar a los que trabajan en ese sentido. No justificarlas.
10. Saber que existe el asco, la náusea, los m. .rd.s,
los h.j.s d. p.t., los sátrapas, los ladrones, los inmundos, los mistificadores,
los orugas, las víboras, los miméticos, los b.l.d.s macanudos, los “Piolas” y
los “sogas”, que retardan sueños y anhelos comunes, y aun sabiéndolo perseverar
(gritando como enajenados si es necesario) en la amorosa tarea de crear un
planeta no de caramelo y rosas, sino medianamente habitable.
11. No olvidar que todo lo anterior se contiene en una
sola y antigua palabra, tan vieja como el mundo: Amor, y cuya utilización cotidiana
y constante tanto nos cuesta.
Observaciones: Si bien alguna de estas notas
aparentemente parecen perogrulladas de marca mayor, creemos necesario insistir
en que no lo son, de ahí nuestra necesidad de publicar este decálogo de once
puntos.
Se aceptan sugerencias -honestas y deshonestas- para
mejorar el mismo.
Océano Pacífico, febrero de 1967.
CORMORAN Y DELFIN. Año 3. Viaje N° 12. Junio DE 1967.
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