Video de la Disertación:
Antonio Esteban Agüero, una poesía arraigada del destacado Poeta Alejandro
Nicotra. Auditorio Casa del Poeta, Merlo San Luis, Argentina 11 de Febrero 2017
Quiero explicar que todos los post que fueron subidos al blog están disponibles a pesar de que no se muestren o se encuentren en la pagina principal. Para buscarlos pueden hacerlo por intermedio de la sección archivo del blog ahi los encuentran por año y meses respectivamente. también por “etiquetas” o "categorías de textos publicados", o bajando por la pagina hasta llegar al último texto que se ve y a la derecha donde dice ENTRADAS ANTIGUAS (Cargar más entradas) dar click ahí y se cargaran un grupo más de entradas. Repetir la operación sucesivamente hasta llegar al primer archivo subido.
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30 de mayo de 2017
29 de mayo de 2017
El lenguaje del cielo, Jorge Teillier
EL LENGUAJE DEL CIELO
El cielo habla un lenguaje gris,
y callan la grave voz del vino,
la leve voz del té.
Los espejos se fatigan
de repetir el nombre de las cosas.
No dicen nada. No dicen: "un visitante",
"las moscas", "el libro sobre la
mesa".
No dicen nada los espejos.
Canción cantada para que nadie la oiga
es la esperanza de que esto cambie.
Niños que se acercan al ataúd del amigo muerto,
paso de ratas frente a la estufa en silencio,
el halo de humo pobre que hace rey al tejado,
o todo lo que desaparece de pronto
como el plateado salto del salmón sobre el río.
Una ráfaga apaga los ciruelos,
dispersa las cenizas de sus follajes,
arruga la vacía faz de las glicinas.
Todo lo que está aquí
parece estar verdaderamente en otro lugar.
Los jóvenes no pueden volver a casa
porque ningún padre los espera
y el amor no tiene lecho donde yacer.
El reloj murmura que es preciso dormir,
olvidar la luz de este día
que no era sino la noche sonámbula,
las manos de los pobres
a quienes no dimos nada.
"Hay que dormir", murmura el reloj.
Y el sueño es la paletada de tierra que lo acalla.
Jorge Teillier
28 de mayo de 2017
Domingo a domingo, Jorge Teillier
Domingo a domingo
Sólo nos queda mirar la luz de la luciérnaga,
ese último chispazo de la hoguera del verano
flotando en el silencio del bosque.
Miremos la luz de la luciérnaga.
A ella se ha reducido el mundo.
Domingo a domingo se sucedieron
rostros besados
junto a ramos de nomeolvides,
sueños secretos que se espían
entre un confuso murmullo de grillos y relojes.
Ahora no sabemos qué hacer.
La mañana es tan vieja,
y su rocío se evapora en las manos.
No sabemos qué hacer entre los muros desolados.
Damos inútiles pasos a lo largo de la casa.
Sólo nos queda mirar la luz de la luciérnaga,
ese débil chispazo de la hoguera del verano
más breve que la memoria de una ola.
Miremos la luz de la luciérnaga.
A ella se ha reducido el mundo.
Jorge Teillier
De El cielo cae
con las hojas, 1958
27 de mayo de 2017
Quién ha estado aquí, Jorge Teillier
Quién ha estado aquí
Quién ha estado aquí
mirando el fin de la calle
sobre la cual cuelga
tan cercana la luna roja
tan enorme la roja luna.
Quién ha estado
solitario en este mismo lugar
hace cien años
en quién pensaba el solitario
en qué pensaba el solitario
o simplemente miraba
un vacío rodeado por la noche.
No había casas
no había sino un ruido
pero no era un ruido
sino el ruido de un río
y quién estará
en cien años más
en el lugar que
ahora llamo yo mi casa
cuando yo no sea
sino el silencio
quién estará en un
vacío rodeado por la noche
sin saber nunca si
aquí hubo casas o calles
y nadie sino el
ruido de un río silencioso
podría recordarlo.
Jorge Teillier Del libro "Nostalgia de la Tierra"
Los versos de la tercera estrofa (destacados en
cursiva y resaltadas en celeste son el epitafio en la tumba de Jorge Teillier, en el Cementerio
de La Ligua, en la Región de Valparaíso, Chile26 de mayo de 2017
José Luis Colombini lee Notas sobre el último viaje del autor a su pueblo natal,Jorge Teillier
José Luis Colombini leyendo Notas sobre el último viaje del autor a su pueblo natal de Jorge Teillier
Café Literario l Grupo Literario Tardes de la Biblioteca Sarmiento 10/04/14
Biblioteca Domingo F. Sarmiento. Villa Dolores, “Traslasierra” Córdoba, Argentina
Café Literario l Grupo Literario Tardes de la Biblioteca Sarmiento 10/04/14
Biblioteca Domingo F. Sarmiento. Villa Dolores, “Traslasierra” Córdoba, Argentina
Notas sobre el
último viaje del autor a su pueblo natal , Jorge Teillier
A Stefan Baciu en
Hawaii,
y a Vasile Igna, mi
primo desconocido, en Cluj, Transilvania
1
En el pueblo
donde algunos me conocen
como el poeta cuyo nombre suele
aparecer en los diarios,
paseo por la Calle Comercio
que ahora se llama
Avenida Bernardo O’Higgins
(Como en Santiago).
He comulgado con la tierra.
Voy a la Sidrería
Allí están los
parroquianos de siempre
y me saludan mis
viejos compañeros de curso
que sueñan con ser
alcaldes o regidores o comprarse una citroneta.
Ha cerrado el cine.
Aún quedan afiches
que anuncian películas de sepia.
A lo largo de los cercos
las ortigas siguen hablando con su
indestructible lenguaje.
En el techo de mi
casa se reúne el congreso de los gorriones.
Pienso por primera vez
que no pertenezco a ninguna parte,
que ninguna parte me pertenece.
2
El viento trae olor
a terneros mojados.
3
Kilómetro 662 a las
cuatro de la tarde.
En la calle
Comercio los turcos y los españoles
bostezan tras los
mostradores.
No hay un alma en
la calle a la hora de la siesta
horadada sólo por
el cuerno primitivo del vendedor de helados.
En las afueras los
campesinos esperan las micros rurales.
Tal vez me vaya a
otro pueblo
cuyo destino voy a
leer en la palma de sus calles.
4
Hay praderas
manchadas de vacas y girasoles.
De las cosas que
puedan consolarme cuando vuelva
a la ciudad enferma
de smog.
Viajaré en vagones
de segunda atestados como los
de las novelas
sobre la Revolución Rusa.
He visto las
ventanas ciegas del Molino.
Con su arruinado
dueño he tomado un trago en
cualquier cantina
Paso la tarde sin
darme el trabajo de llegar ni siquiera
al fondo del patio
de la casa paterna.
5
El único hojalatero
que quedaba en el pueblo
fue buscar trabajo
a Lonquimay.
No ganó mucha plata
pero contempló la Cordillera.
Él no tiene Leica
ni Kodak
así que se dedicó a
dibujarla
para que sus nueve
hijos la conocieran de verdad.
6
A los mapuches les
gustan las canciones mexicanas
del Wurlitzer de la
única Fuente de Soda.
Las escuchan
sentados en la cuneta de la Calle Principal.
Van a la vendimia
en Argentina y vuelven con terno
azul y
transistores.
Ha llegado la TV.
Los niños ya no
juegan en las calles.
Sin hacer ruido se
sientan en el living para ver a
Batman o películas
del Far West.
Mis amigos están
horas y horas frente a la pantalla.
Tengo ganas de que
lleguen los Ovnis.
7
Me cuesta creer en
la magia de los versos.
Leo novelas
policiales,
revistas
deportivas, cuentos de terror.
Sólo soy un
empleado público como consta en mi
carnet de
identidad.
Sólo tengo deudas y
despertares de resaca
donde hace daño
hasta el ruido del alka
seltzer al caer al
vaso de agua.
En la casa de la
ciudad no he pagado la luz ni el agua.
Sigo refugiado en
los mesones,
mirando los
letreros que dicen "No se fía".
Mi futuro es una
cuenta por pagar.
8
Si el futuro
pudiera extenderse pulcramente
como mi madre
extiende las sábanas de mi cama.
Miro la ropa puesta
a secar en el patio.
Han entrado
ladrones de gallinas en la casa del frente.
Voy a la plaza a
leer el diario con noticias más
añejas que las de
San Pablo.
9
Solitario donde
nunca he estado solitario
camino hasta el
abandonado velódromo de tierra
donde no aparece ni
el fantasma del Campeonato
de Ciclismo de
Chile del año 30.
Hay caballos
pastando en lo que fue cancha de fútbol.
Todos se interesan sólo por ir a ver los partidos
profesionales a la
Capital de Provincia
mientras yo pienso
mordisquear una brizna de brezo.
10
Trasnochador
empedernido
contemplo la luna
igual a la de 1945
enrojecida por la
erupción del Llaima.
La misma que miraba
desde la buhardilla
mientras leía como
ahora "Los miserables" y el
Almanaque Hachette.
11
Acuérdate que te
recuerdo.
Si no te acuerdas
no importa mucho.
Siempre te veré
caminando sobre los rieles
buscando el durazno
más maduro de la quinta.
12
Ya pasó el Rápido a
Puerto Montt
que antes se
llamaba el Flecha del Sur.
Voy de la estación
al puente
cuyos faroles dicen
"Fundición Dickinson, 1918".
Ya no existe esa
fundición
ni ninguna
fundición.
Confío mi memoria
al río Cautín y a la Capilla de Guacolda.
Afirmado en las
barandas del puente
miro el cielo del
verano que apenas sujetan los
clavos de plata de
las estrellas.
13
Hemos llegado a
esta aldea en un Pontiac 40
por caminos que
jamás serán pavimentados.
Espantamos cerdos y
gallinas.
Los niños se asoman
asombrados.
En el negocio
clandestino
pedimos un pipeño y
hablamos con el dueño
y con un
tractorista que nos asegura que Hitler está vivo
y con dos recién
llegados que nos convidan charqui
de pescado:
son un estibador de
Talcahuano y su compadre
mapuche que lo trae
al anca.
Todos bebimos en la
misma medida
y volvimos como
nuestros antepasados
ebrios al pueblo
que un día nos rechazará.
14
Día domingo de
salida de misa.
Las niñas se pasean
con la moda recién llegada de Santiago
acompañadas por la
banda del Regimiento que toca cumbias.
Los dueños de casa
compran las primeras sandías
y los diarios con
las noticias frescas de los últimos crímenes.
Camino por las
últimas calles de este lugar de
bomberos, rotarios,
carabineros, jubilados,
tinterillos y
profesores primarios,
allí los puñales
del sol entran por las costillas de los
pobres cercos de
madera.
Siento los
estertores de las postreras carretas y
locomotoras a
vapor.
Busco la paz
tendiéndome en la pradera condecorada
por los girasoles
contemplando el
glorioso oleaje del trigo
y los viajes
infinitos de las nubes que van a llorar
por nosotros.
Jorge Teillier
(Chile) (1935-1996)
25 de mayo de 2017
Nieve nocturna, Jorge Teillier
NIEVE NOCTURNA
¿Es que puede existir algo antes de la nieve?
Antes de esa pureza implacable,
implacable como el mensaje de un mundo
que no amamos, pero al cual pertenecemos
y que se adivina en ese sonido
todavía hermano del silencio.
¿Qué dedos te dejan caer,
pulverizado esqueleto de pétalos?
Ceniza de un cielo antiguo
que hace quedar sólo frente al fuego
escuchando los pasos del amigo que se fué,
eco de palabras que no recordamos,
pero que nos duelen, como si las fuéramos a decir de
nuevo.
¿Y puede existir algo después de la nieve?
Algo después
de la última mirada del ciego a la palidez del sol,
algo después
que el niño enfermo olvida mirar la nueva mañana,
o mejor aún, después de haber dormido como un convaleciente
con la cabeza sobre la falda
de aquella a quien alguna vez se ama.
¿Quién eres, nieve nocturna,
fugaz, disuelta primavera que sobrevive en el cerezo?
¿O qué importa quién eres?
Para mirar la nieve en la noche hay que cerrar los ojos,
no recordar nada, no preguntar nada,
desaparecer, deslizarse como ella en el visible silencio.
Jorge Teillier
24 de mayo de 2017
Siempre vuelve un rostro, Jorge Teillier
Siempre vuelve un
rostro
Siempre vuelve un
rostro, siempre
en el chubasco que
cae repentino, en las
islas de las nubes.
Silencioso se asoma
un obscuro sol
en las ventanas. Tu
hermana lo retiene
un momento entre
los dedos
y luego las manos
vacías recorren muros
blancos con sus
sombras.
Siempre por el
patio asomas
a buscar el rostro
de alguien.
Un chasquido se
oye: es un chubasco
o un fantasma de un
niño que vivió aquí hace tiempo
y vuelve a escuchar
como la madre lee a su hijo.
Un rayo de sol ha
quedado encerrado
en el rellano de la
escalera
el sueño hace señas
con su linterna
el sueño nos
despierta
y la voz de la
hermana cruza entre las nubes
la hermana que no
conocimos.
De "En el mudo
corazón del bosque" 1997
Jorge Teillier
23 de mayo de 2017
Andenes, Jorge Teillier
Andenes
Te gusta llegar a
la estación
cuando el reloj de
pared tictaquea,
tictaquea en la
oficina del jefe-estación.
Cuando la tarde cierra
sus párpados
de viajera fatigada
y los rieles ya se
pierden
bajo el hollín de
la oscuridad.
Te gusta quedarte
en la estación desierta
cuando no puedes
abolir la memoria,
como las nubes de
vapor
los contornos de
las locomotoras,
y te gusta ver
pasar al viento
que silba como un
vagabundo
aburrido de caminar
sobre los rieles.
Tictaqueo del
reloj. Ves de nuevo
los pueblos cuyos
nombres nunca aprendiste,
el pueblo donde
querías llegar
como el niño el día
de su cumpleaños
y los viajes de
vuelta de vacaciones
cuando eras -para
los parientes que te esperaban-
sólo un alumno
fracasado con olor a cerveza.
Tictaqueo del
reloj. El jefe-estación
juega un solitario.
El reloj sigue diciendo
que la noche es el
único tren
que puede llegar a
este pueblo,
y a ti te gusta
estar inmóvil escuchándolo
mientras el hollín
de la oscuridad
hace desaparecer
los durmientes de la vía.
Jorge Teillier. De
"El árbol de la memoria" 1961
22 de mayo de 2017
La muerte del loco, Rafael Horacio López
La muerte del loco
Nadie se entero de su muerte;
nadie noto que una pierna
estaba sola
y que un perro
andaba distraído.
Nadie notó el vacío
que su cabeza tonta
dejó en los números del pueblo.
Por eso hay una lágrima
que espera en su sal:
porque en cada lágrima caben todas las amarguras.
Y en ese mundo salado no cabemos todos.
Rafael Horacio López
21 de mayo de 2017
Tu pena tiene sabor de plato con llovizna y brisa Rafael Horacio López
Tu pena tiene sabor de plato con llovizna y brisa Rafael Horacio López
Video del Ciclo Literario 2014, Lecturas en Biblioteca Municipal Domingo Faustino Sarmiento, Ramón J. Cárcano 150, Villa Dolores, Traslasierra, Córdoba, Argentina. Jueves 2 de octubre de 2014.
20 de mayo de 2017
19 de mayo de 2017
18 de mayo de 2017
En ocasiones me siento cansado, Rafael Horacio López
En ocasiones me siento cansado
como una tortuga milenaria
y siento el peso de un
polvillo ojeroso
que se me acumula en mis lentas arrugas
Y camino despacio .
con le rapidez del que se arrastra
buscando una mínima sombra /
Y me siento así, sólo en ocasiones,
como buscando
a un obnubilado viento
que me lleve
hasta la cima
de esta tierra que amo.
Rafael Horacio López
17 de mayo de 2017
Video de Rafael Horacio López durante el 2º Encuentro de Poesía Mural, Nono Traslasierra, Córdoba, Argentina, Sábado 28/12/2013
Video de Rafael Horacio López durante el 2º Encuentro de Poesía
Mural, Nono Traslasierra, Córdoba, Argentina, Sábado 28 de diciembre de 2013.
Leyendo su poema Canto a Nono
Presentación y descubrimiento de tres poesías mural
"Arco Iris en las Sierras" de Rita Mizdarahi, "Luz de
invierno" de Juan Pablo Ramírez, y Canto a Nono de Rafael Horacio López.
16 de mayo de 2017
15 de mayo de 2017
Escriviviendo, Aldo Luis Novelli
Aldo Luis Novelli y Jose Luis Colombini
escriviviendo
los temas son siempre los
mismos
miro por la ventana
veo un hombre y una mujer
amándose sobre la tierra fértil
la semilla rompiendo la corteza
la simiente humana
creando un milagro
extraordinario
hombres y mujeres luchando
contra el viento en el desierto
el amor que se fue
montado en un dragón volador
divisar en el horizonte
las bardas oxidadas de tiempo
la utopía socialista
latiendo en un puño en alto
darle de comer a la dragona
que está en el fondo de la casa
el solitario placer
de beber bajo las estrellas
escribir en medio de la
tempestad
aunque afuera haya un inmenso
sol
charlar hasta la madrugada
con los amigos del bar de la
esquina
luchar por la revolución
de las ideas y los cuerpos
sensibles
jugar al truco y ganarles
a los borrachos que siempre
vienen
a buscar un vaso de vino
construir una escalera infinita
para llegar a un cielo
inalcanzable
perseguir en el agua sucia
al pez de colores de la
felicidad
vibrar con las mujeres
que se desnudan en mis noches
esperar que alguna tarde
luminosa
ella abra la puerta
escribir en el aire
poemas que el viento se llevará
buscar flores azules en el
desierto
andando el camino que nunca
termina
seguir intentando lo imposible
cada nuevo sol de los ojos.
los temas son siempre los
mismos
cambia la forma de decir
la manera de mirar
de este lector que camina
por el pellejo del mundo
se hace más viejo pero no más
sabio.
Aldo Luis Novelli
14 de mayo de 2017
13 de mayo de 2017
12 de mayo de 2017
Matria, Aldo Luis Novelli
Matria
la conocí una lejana mañana
que flameaban banderas.
hablamos en bares y bodegones
durante un tiempo rojo.
una noche en una calle oscura
le acaricié los senos.
nos amamos una tarde
cerca del basural
mientras sus hijos buscaban comida.
sigo enamorado de sus despojos.-
Aldo Luis Novelli
Del libro 'mínimo mundo'.
(Nota aclaratoria: la sustitución de la “p” por la “m” en
el título del texto, es una forma de poner en crisis y rechazar los
significados chauvinistas y machistas de la palabra “patria” y su derivados:
patriotero, patrística, patrón etc. y reivindicar la MATRIA como una patria
femenina, más profunda, más real, más cercana a la fertilidad de una tierra
auténtica, a la pachamama bienhechora.
Valga decir, que para mí, la MATRIA es toda la tierra
latinoamericana.)
11 de mayo de 2017
10 de mayo de 2017
9 de mayo de 2017
8 de mayo de 2017
XXXII, Leopoldo “Teuco” Castilla
XXXII
Iba yo por el salar
y un hombre me saludó
desde entonces nadie sabe
dónde estoy, qué me pasó.
El silencio es azul. La montaña
como una loca
arrastra sus arterias,
se arranca las piedras alarmadas
la violencia del metal y el perdón de la nieve,
inquiere
con el cóndor que vuela en el olvido,
en el hielo, en el ventisquero
y no da con el mar que ha desaparecido.
No se acerca al salar la cordillera.
Es ánima ese páramo
donde golpea el océano con olas que no hay,
con espuma difunta.
Sin barcos, sin viento, sin peces y sin pájaros.
En el calvario sólo la respiración
de ese hombre con un hacha
como un solazo,
dividiendo la sal,
Vende panes de cemento.
Vende los huesos del mar.
Leopoldo “Teuco” Castilla
Iba yo por el salar
y un hombre me saludó
desde entonces nadie sabe
dónde estoy, qué me pasó.
El silencio es azul. La montaña
como una loca
arrastra sus arterias,
se arranca las piedras alarmadas
la violencia del metal y el perdón de la nieve,
inquiere
con el cóndor que vuela en el olvido,
en el hielo, en el ventisquero
y no da con el mar que ha desaparecido.
No se acerca al salar la cordillera.
Es ánima ese páramo
donde golpea el océano con olas que no hay,
con espuma difunta.
Sin barcos, sin viento, sin peces y sin pájaros.
En el calvario sólo la respiración
de ese hombre con un hacha
como un solazo,
dividiendo la sal,
Vende panes de cemento.
Vende los huesos del mar.
Leopoldo “Teuco” Castilla
7 de mayo de 2017
Oscuridad, Leopoldo "Teuco" Castilla
OSCURIDAD
Toco el espejo a oscuras. Una planicie indefensa
donde pierdo mi frontera
y mis huesos pierdo
como si el espacio me hubiera envenenado.
Si cruzo esta noche, si amanece,
pínteme la vida
porque nunca es el mismo
el resucitado,
de madre, en el mirar eternamente,
y, de tanto morir,
padre.
Soy yo la oscuridad.
Yo, las inclemencias del que no se ve
y,
porque he visto,
soy el que mendiga.
Leopoldo "Teuco" Castilla
6 de mayo de 2017
Transmutación, Leopoldo "Teuco" Castilla
TRANSMUTACIÓN
Un día tu pelo está ido,
despegado
y habla, lengua de palo la calavera.
Tu semblante se va para salvarse.
Ya no tienes animal en dónde verte,
soporta los últimos, precarios,
insectos de tus ojos,
el hueserío de tu risa.
Devuelve el pez de tu deseo,
tu conocimiento
al agua,
al pájaro
tu instante,
y, antes de irte,
devuelve tu pequeño infinito
-y agradece-
a la víbora.
5 de mayo de 2017
El amanecido, Leopoldo "Teuco" Castilla
EL AMANECIDO
¿Qué estaré siendo yo de este lugar
que ha parido la presa de su cacería?
Entenado de mis muertos
llevo una flor a su caridad
para que vuelva en mí esta comarca,
pero es tarde,
el cielo envejeció
y el espacio ha crecido demasiado.
He gozado todos los sonidos,
me he dejado llorar
por ojos difuntos,
he besado a mi época en la lengua
y a esta altura
soy el cielo de mis fornicaciones
y la intemperie donde flameo, inhumano.
Entro a la tormenta de la casa vacía
y lluevo largamente,
con la copa en las raíces,
asfixiado por el aire,
y, enguantado por mi oscuridad,
pudro mi leña,
eyaculo el escenario,
pierdo los papeles, tacho la luz,
lastimo la función.
Los otros no saben que están dentro
de un día que no amaneció,
el que me he robado
mientras del suero de mi cerebro
se amamantaba la noche
cuando yo tiraba mis huesos al aire
y ni la muerte los reconocía.
Tengo dentro
un salto de pájaro espantado,
un niño helado en su futuro,
un camino que mno deja de ir
y un árbol inmóvil
soltando frutos oscuros.
No hay contemplación: mi limosna es mi cuerpo.
Ya no me sirve el universo
ni yo le sirvo.
Hacia una luz inválida se va el día.
Y no me lleva.
Donde yo duermo, trinan como perras,
mendigas, las palomas.
Leopoldo "Teuco" Castilla
4 de mayo de 2017
3 de mayo de 2017
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(13)
José B. Adolph
(13)
Lawrence Ferlinghetti
(13)
Marcel Schwob
(13)
Miguel Angel Bustos
(13)
Ricardo Rubio
(13)
Sam Shepard
(13)
Teresa Wilms Montt
(13)
Cecilia Meireles
(12)
Ernesto Cardenal
(12)
Jose Emilio Pacheco
(12)
Rainer María Rilke
(12)
Laura López Morales
(11)
Música
(11)
Rodolfo Edwards
(10)
Carlos Bousoño
(9)
Victor Saturni
(9)
Adrian Salagre
(8)
Eugenio Mandrini
(8)
Federico Garcia Lorca
(8)
Horacio Goslino
(8)
Inés Arredondo
(8)
José María Castellano
(8)
Juan Jacobo Bajarlia
(8)
Julio Requena
(8)
Roque Dalton
(8)
Allen Ginsberg
(7)
Andres Utello
(7)
Antonio Porchia
(7)
Basho
(7)
Carlos Oquendo de Amat
(7)
Charles Simic
(7)
Conde de Lautréamont
(7)
Francisco Rodríguez Criado
(7)
Gaspar Pio del Corro
(7)
Gerardo Coria
(7)
Gianni Rodari
(7)
Hans Magnus Enzensberger
(7)
Leonard Cohen
(7)
Li Bai
(7)
Li Po
(7)
Litai Po
(7)
Lope de Vega
(7)
Norah Lange
(7)
Oliverio Girondo
(7)
Pedro Serazzi Ahumada
(7)
Robert Frost
(7)
Eduardo Galeano
(6)
Gregory Corso
(6)
John Forbes
(6)
Revista El Gato del Espejo
(6)
Torquato Tasso
(6)
Victoria Colombini Lauricella
(6)
William Shand
(6)
Círculo de Narradores de Traslasierra “ Paso del Leon”
(5)
Hugo Mujica
(5)
Jorge Luis Borges
(4)
Leopoldo Lugones
(4)
Eduardo "Lalo" Argüello
(3)
Encuentro Internacional de Poetas "Oscar Guiñazù Alvarez
(3)
Roberto Bolaño
(3)
Tomas Barna
(3)
Pablo Anadón
(2)
Pablo Neruda
(2)
Ricardo Di Mario
(2)
Roberto Juarroz
(2)
Rubén Darío
(2)
Susana Miranda
(2)
Walter Ruleman Perez
(2)
Antonio Machado
(1)
Beatriz Tombeur
(1)
Eduardo Fracchia
(1)
Enrique Banchs
(1)
Enrique Molina
(1)
Ernesto Sábato
(1)
Jose Caribaux
(1)
Juan Gelman
(1)
Julio Cortázar
(1)
Mario Pacho O Donnell
(1)
Ricardo Piglia
(1)
Victoria Ocampo
(1)