Gestando, Felipe Angelloti

 

GESTANDO  

Mujer de los cabellos de esponja
y los pechos como lunas
Abre las rodillas
para que fluya la vida.
y tu gestar de palomas
sea un gemir
en las bocas de la tarde 

Yo pedí tu olimpo
y los dioses me lo dieron
Yo pedí tu paz
y el mar me prestó una playa
Yo pedí tu amor
y los ríos me dieron cantos
Yo pedí tus sueños
y el pájaro me prestó sus alas 

Tu continente blanco
lo recorrí admirado
y caí en tu pecho
para llorar ternuras.

Felipe Angelloti

 

 

Enseñando a cocinar, Felipe Angellotti

ENSEÑANDO A COCINAR

Me dijo mi madre Toma una cebolla con las manos y un cuchillo en tu derecha. Corta en finas láminas que llaman juliana. Mientras lo haces sentirás arder tus ojos y lágrimas copiosas caerán presurosas. No es igual al llanto del sentimiento, pero igual son lágrimas que muchas veces derramarás en tu vida. Coloca una olla sobre el fuego, echa un chorro de aceite y las cebollas y con una espátula de madera menea lentamente. Sentirás gritar a las peladas con el aceite cuando el fuego las queme, Así gritaban los inocentes con el fuego de la hoguera cuando los quemaban vivos acusados de hechicería. Ahora corta la carne con un cuchillo incisivo en trozos medianos y arrójalas al aceite, debes dejarlos dorar y si hay peligro de que se quemen, échale un poco de agua, mejor si está tibia. Remueve y remueve nuevamente. Ahora es el momento de condimentar con sal y pimienta.Si te gusta picante echa ajíes mala palabra y todas las hierbas que te agraden. Tapa la olla y déjala hervir un tiempo prudencial para que se cocine pero nunca la dejes quemar. Vigila y prueba, así actúa el buen cocinero. ¿Qué harás ahora?. Las papas dices y las batatas. ¡ Muy bien!

Aquí las tengo cortadas, papitas, batatitas, zanahorias en trocitos y alguna que otra verdurita como la arveja que es tan rica al paladar. No te olvides de los tomates cortados en rodajas y si quieres agregarle un huevito, hazlo que queda exquisito. ¡Bien!, tapa la olla y déjala hervir .Aso sí, de tanto en tanto prueba el caldo y si hace falta agrega agua y sal .¡Ah!, si crees que la salsa está muy ácida agrega una cucharadita de azúcar y verás cómo se modera. Cuando consideres que está todo cocinado y al destapar la olla el aroma invade tus narices con su delicioso olor ,apaga el fuego, saca la olla y ponla sobre la mesa y que cada uno elija la presa de carne que más le agrade y la eche en su plato. A disfrutar en familia. La verdad que esto está delicioso. Por eso siempre les digo hijos míos, que no hay mejor estofado que el que se hace con carne humana.

Felipe Angellotti

Felipe Angellotti leyendo su cuento Enseñando a cocinar

Video del Café Literario del Jueves 18 de Febrero de 2010, en Big Pancho, Sarmiento 269, Villa Dolores, Capital de la Poesía, Traslasierra, Córdoba, Argentina. Cuyo tema fue EL CARNAVAL y coordino la velada José Luis Colombini

Libertad, Felipe Angellotti

 

LIBERTAD
 
Tu corazón
reinamora enamorada
que en el cielo desgrana
su canto de amor.
Sobre mis ramas pasaste
tu cálida armonía
y quise profano
retener con un beso tu partida.
No pude
yo era un árbol
esclavo de mis plantas.
Tú el ave, que se lanzó al viento
en busca de libertad.
Extendí mi agitación para atraparte
pero, sólo me quedé
con una pluma azul
entre mis manos.
 
Felipe Angellotti

Pensamientos, Felipe Angellotti

PENSAMIENTOS
 
Si al andar sobre esta tierra
has dejado marcas en tu camino.
¡Has vivido.
 
Nada diría de un hombre
un camino sin cicatrices.
 
Si hay dolor e injusticias.
¡Te has fortalecido.
Nada diría de un hombre
ser débil en la adversidad
 
Si has puesto pasión y ternura
¡Has dado lo mejor!.
 
Nada diría de un hombre
un sendero sin amor.
 
Felipe Angellotti

 

 

Tu mirada, Felipe Angellotti

 
TU MIRADA
 
Tu me llamabas
pero yo, no quería escucharte,
amaba mi juventud
el sueño de la vida fácil,
la rapidez de mis acciones
el amor trasvasado en mis arterias
la noche y sus desvaríos
el dulce gemir del placer
el rondar en torpes ilusiones.
Después, ya no me llamabas
tan sólo me observabas
con un profundo dejo de tristeza
haciéndome estremecer con tu mirada
pero aún así, saturábame
en el gozo de mis instintos,
en el vaho y el sopor dela bebida
hasta que, siendo un despojo
con ojeras cargadas de los vicios,
me rendí a tu mirada.
No sé si podrás perdonarme
si aún tus brazos abiertos
podrán contener tanta miseria
tan sólo, déjame abrazarte
para sangrar contigo en esa cruz
donde te vejaron hombres como yo
viciosas, desmedidos y cegados.
 
Felipe Angellotti

Felipe Angellotti leyendo Agosto

 Felipe Angellotti leyendo Agosto 

Café Literario del grupo Tardes de la Biblioteca Sarmiento, un lugar de encuentro para lectores y escritores. Biblioteca Municipal de Domingo Sarmiento. Villa Dolores, Traslasierra, Córdoba, Argentina 2 de agosto 2013