Níobe *
Sobre un trozo de peña un fantasma de mármol,
el mentón en la mano, la rodilla en el codo,
los pies fijos en tierra cual raíces de un árbol,
llanto eterno derrama sin alzar la cabeza.
¿Qué dolor dobla, pues, tu cabeza abatida?
¿De qué pozos de luto sacan agua tus ojos?
¿Qué hay en tu corazón afligido de estatua
que da un raro temblor a tu pecho esculpido?
Estas lágrimas tuyas, al caer de tus párpados,
gota a gota, incesantes y en el mismo lugar,
en tu muslo de piedra han cavado un hoyuelo
en el cual el pardillo bebe y moja sus alas.
¡Oh, tú, símbolo mudo de la humana congoja,
Níobe sin sus hijos, Dolorosa inmortal!
En el Athos o bien
en el monte Calvario,
di, ¿qué río de América es mayor que tu llanto?
Théophile Gautier
* Níobe, reina legendaria de Frigia, hija de Tántalo y
esposa de Anfión, tuvo siete hijos y siete hijas, y, sintiéndose orgullosa de
su fecundidad, se jactó de ser superior a Leto, quien sólo había tenido dos
hijos, Apolo y Artemisa. La ofendida Leto pidió a sus hijos que vengaran esta
ofensa, y Apolo y Artemisa mataron a flechazos a todos los hijos de Níobe en el
monte Sípilo. El dolor de Níobe fue tan grande que Zeus, accediendo a sus
súplicas, la convirtió en roca de aquel mismo monte, y de ella mana, a manera
de lágrimas, una fuente inagotable.