Me parece
buena la mañana
angelical
de otoño.
Toda llena de
hojas
de ojos que
giran con las hojas
por un cielo
de grises
y de fuego.
Llega el otoño
y soy otoño
me cae la
sensatez
el sentimiento
el deseo
irrenunciable
de todas las
estrellas,
una sola
estrella estremecida
como el grito
interior
que nos devora
me llega el
otoño
el aire de
hacer versos,
la lenta
marcha de un arriero…
Cabras
trepando
por un cielo
blanco
mi corazón a
pie
sobre tu pelo.
Andrés Utello
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