A veces ocurre
que me quedo con ganas
de besar el musgo
de tu cuerpo,
de brindarte caricias apagadas
y al no poder besar tus muslos,
me quedo
con ganas de abrir
las rodillas de este valle
y caminar
la arena de tus cuerdas,
guitarra verde,
voz femenina
de este río,
espaldas verdes,
idioma azul,
Comechingón,
de Córdoba al oeste
siempre azul
en sus campanas,
y desde aquí
el río que se marcha
lentamente
buscando los Cerrillos
y El Cañaveral
de mis mayores.
Rafael Horacio López
De Oda al río de los sauces, Cantata.
Editorial tinta Libre, córdoba, argentina
Octubre de 2017
Bellísimo
ResponderEliminar