Tabaco nocturno
A José Luis Colombini
Mi problema es operar en el
paisaje,
eso que llamo mi territorio, mil veces
humedecido
por los sabores de la guerra.
La operación es simple,
el corazón va dejando en su noche
una ráfaga
de retratos dorados todavía: nombres,
que ardieron ayer
y arderán mañana y sin embargo ahora
mismo,
se queman para siempre en la boca.
Con la vieja costumbre de acariciar la
tarde
me propongo una pequeña ceremonia:
agitar la luna
y los violines, para que no se pierda
el color de cuanto existe.
Claudio Amancio Suarez
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