X
No está ahí
ese hombre solo
en cuclillas bajo
la tormenta
mirando el débil
campo de arroz
cómo el agua
destruye al agua
y a su arrozal
del que sólo le
queda el escalofrío.
No hay hospedaje
en él
para que vuelva el
hombre que fue
y el hombre que no
ha sido
(de desolación a
luz sólo es posible
la simetría del
desequilibrio.)
Este día lleno de
nunca.
En algún sitio
flota inválido el sol
y el grito de un
pájaro
ha raído el
atardecer.
Nada se conmueve y
sin embargo
hay un viento
enorme que no se ha ido.
Un extremo del
horizonte se alza
y se derrumba
hacia el pavor
por un plano
inclinado.
Leopoldo “Teuco” Castilla
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