Bohemios en viaje
La profética tribu de pupilas ardientes
ayer se puso en marcha, llevando sus pequeños
sobre la espalda, o concediendo a su gran apetito
el tesoro siempre listo de las tetas colgantes.
Los hombres van de a pie con sus armas relucientes
al lado de los carros donde otros viajan apretados,
paseando sobre el cielo sus miradas entorpecidas
por la triste nostalgia de ilusiones ausentes.
El grillo, desde el fondo de su cueva de arena,
mirándolos pasar, redobla su canto;
Cibeles, que los ama, acrecienta sus verdores,
hace brotar agua de la roca y florecer al desierto
frente a tales peregrinos, para quienes se abre
el familiar imperio de futuras tinieblas.
1852
Charles Baudelaire
Versión de José Luis Colombini
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