CANTO I, Vicente Huidobro De Altazor o el viaje
en paracaídas, Madrid, Compañía Iberoamericana de Publicaciones, 1931
Altazor ¿por qué
perdiste tu primera serenidad?
¿Qué ángel malo se
paró en la puerta de tu sonrisa
Con la espada en
la mano?
¿Quién sembró la
angustia en las llanuras de tus ojos como el adorno de
un dios?
¿Por qué un día de
repente sentiste el terror de ser?
Y esa voz que te
gritó vives y no te ves vivir
¿Quién hizo
converger tus pensamientos al cruce de todos los vientos
del dolor?
Se rompió el
diamante de tus sueños en un mar de estupor
Estás perdido
Altazor
Solo en medio del
universo
Solo como una nota
que florece en las alturas del vacío
No hay bien no hay
mal ni verdad ni orden ni belleza
¿En dónde estás
Altazor?
La nebulosa de la
angustia pasa como un río
Y me arrastra
según la ley de las atracciones
La nebulosa en
olores solidificada huye su propia soledad
Siento un
telescopio que me apunta como un revólver
La cola de un
cometa me azota el rostro y pasa relleno de eternidad
Buscando
infatigable un lago quieto en donde refrescar su tarea ineludible
Altazor morirás Se
secará tu voz y será invisible
La tierra seguirá
girando sobre su órbita precisa
Temerosa de un
traspiés como el equilibrista sobre el alambre que ata las miradas del pavor
En vano buscas ojo
enloquecido
No hay puerta de
salida y el viento desplaza los planetas
Piensas que no
importa caer eternamente si se logra escapar
¿No ves que vas
cayendo ya?
Limpia tu cabeza de
prejuicio y moral
Y si queriendo
alzarte nada has alcanzado
Déjate caer sin
parar tu caída sin miedo al fondo de la sombra
Sin miedo al
enigma de ti mismo
Acaso encuentres
una luz sin noche
Perdida en las
grietas de los precipicios
Cae
Cae eternamente
Cae al fondo del
infinito
Cae al fondo del
tiempo
Cae al fondo de ti
mismo
Cae lo más bajo
que se pueda caer
Cae sin vértigo
A través de todos
los espacios y todas las edades
A través de todas
las almas de todos los anhelos y todos los naufragios
Cae y quema al
pasar los astros y los mares
Quema los ojos que
te miran y los corazones que te aguardan
Quema el viento
con tu voz
El viento que se
enreda en tu voz
Y la noche que
tiene frío en su gruta de huesos
Cae en infancia
Cae en vejez
Cae en lágrima
Cae en risas
Cae en música
sobre el universo
Cae de tu cabeza a
tus pies
Cae de tus pies a
tu cabeza
Cae del mar a la
fuente
Cae al último
abismo del silencio
Como el barco que
se hunde apagando sus luces
Todo se acabó
El mar antropófago
golpea la puerta de las rocas despiadadas
Los perros ladran
a las horas que se mueren
Y el cielo escucha
el paso de las estrellas que se alejan
Estás solo
Y vas a la muerte
derecho como un iceberg que se desprende del polo
Cae la noche
buscando su corazón en el océano
La mirada se
agranda como los torrentes
Y en tanto que las
olas se dan vuelta
La luna niño de
luz se escapa de alta mar
Mira este cielo
lleno
Más rico que los
arroyos de las minas
Cielo lleno de
estrellas que esperan el bautismo
Todas esas
estrellas salpicaduras de un astro de piedra lanzado en las
aguas eternas
No saben lo que
quieren ni si hay redes ocultas más allá
Ni qué mano lleva
las riendas
Ni qué pecho sopla
el viento sobre ellas
Ni saben si no hay
mano y no hay pecho
Las montañas de
pesca
Tienen la altura
de mis deseos
Y yo arrojo fuera
de la noche mis últimas angustias
Que los pájaros
cantando dispersan por el mundo
Reparad el motor
del alba
En tanto me siento
al borde de mis ojos
Para asistir a la
entrada de las imágenes
Soy yo Altazor
Altazor
Encerrado en la
jaula de su destino
En vano me aferro
a los barrotes de la evasión posible
Una flor cierra el
camino
Y se levantan como
la estatua de las llamas
La evasión
imposible
Más débil marcho
con mis ansias
Que un ejército
sin luz en medio de emboscadas
Abrí los ojos en
el siglo
En que moría el
cristianismo
Retorcido en su
cruz agonizante
Ya va a dar el
último suspiro
¿Y mañana qué
pondremos en el sitio vacío?
Pondremos un alba
o un crepúsculo
¿Y hay que poner
algo acaso?
La corona de
espinas
Chorreando sus
últimas estrellas se marchita
Morirá el
cristianismo que no ha resuelto ningún problema
Que sólo ha
enseñado plegarias muertas
Muere después de
dos mil años de existencia
Un cañoneo enorme
pone punto final a la era cristiana
El Cristo quiere
morir acompañado de millones de almas
Hundirse con sus
templos
Y atravesar la
muerte con un cortejo inmenso
Mil aeroplanos
saludan la nueva era
Ellos son los
oráculos y las banderas
Hace seis meses
solamente
Dejé la ecuatorial
recién cortada
En la tumba
guerrera del esclavo paciente
Corona de piedad
sobre la estupidez humana
Soy yo que estoy
hablando en este año de 1919
Es el invierno
Ya la Europa
enterró todos sus muertos
Y un millar de
lágrimas hacen una sola cruz de nieve
Mirad esas estepas
que sacuden las manos
Millones de
obreros han comprendido al fin
Y levantan al
cielo sus banderas de aurora
Venid venid os
esperamos porque sos la esperanza
La única esperanza
La última
esperanza
Soy yo Altazor el
doble de mí mismo
El que se mira
obrar y se ríe del otro frente a frente
El que cayó de las
alturas de su estrella
Y viajó
veinticinco años
Colgado al
paracaídas de sus propios prejuicios
Soy yo Altazor el
del ansia infinita
Del hambre eterno
y descorazonado
Carne labrada por
arados de angustia
¿Cómo podré dormir
mientras haya adentro tierras desconocidas?
Problemas
Misterios que se
cuelgan a mi pecho
Estoy solo
La distancia que
va de cuerpo a cuerpo
Es tan grande como
la que hay de alma a alma
Solo
Solo
Solo
Estoy solo parado
en la punta del año que agoniza
El universo se
rompe en olas a mis pies
Los planetas giran
en torno a mi cabeza
Y me despeinan al
pasar con el viento que desplazan
Sin dar un
respuesta que llene los abismos
Ni sentir este
anhelo fabuloso que busca en la fauna del cielo
Un ser materno
donde se duerma el corazón
Un lecho a la sombra
del torbellino de enigmas
Una mano que
acaricie los latidos de la fiebre
Dios diluido en la
nada y el todo
Dios todo y nada
Dios en las
palabras y en los gestos
Dios mental
Dios aliento
Dios joven Dios
viejo
Dios pútrido
lejano y cerca
Dios amasado a mi
congoja
Sigamos cultivando
en el cerebro las tierras del error
Sigamos cultivando
las tierras veraces en el pecho
Sigamos
Siempre igual como
ayer mañana y luego y después
No
No puede ser
Cambiemos nuestra suerte
Quememos nuestra
carne en los ojos del alba
Bebamos la tímida
lucidez de la muerte
La lucidez polar
de la muerte
Canta el caos al
caos que tiene pecho de hombre
Llora de eco en
eco por todo el universo
Rodando con sus
mitos entre alucinaciones
Angustia de vacío
en alta fiebre
Amarga conciencia
del vano sacrificio
De la experiencia
inútil del fracaso celeste
Del ensayo perdido
Y aún después que
el hombre haya desaparecido
Que hasta su
recuerdo se queme en la hoguera del tiempo
Quedará un gusto a
dolor en la atmósfera terrestre
Tantos siglos
respirada por miserables pechos plañideros
Quedará en el
espacio la sombra siniestra
De una lágrima
inmensa
Y una voz perdida
aullando desolada
Nada nada nada
No
No puede ser
Consumamos el
placer
Agotemos la vida
en la vida
Muera la muerte
infiltrada de rapsodias langorosas
Infiltrada de
pianos tenues y banderas cambiantes como crisálidas
Las rocas de la
muerte se quejan al borde del mundo
El viento arrastra
sus florescencias amargas
Y el desconsuelo
de las primaveras que no pueden nacer
Todas son trampas
trampas del espíritu
Transfusiones
eléctricas de sueño y realidad
Oscuras lucideces
de esta larga desesperación petrificada en soledad
Vivir vivir en
tinieblas
Entre cadenas de
anhelos tiránicos collares de gemidos
Y un eterno viajar
en los adentros de sí mismo
Con dolor de
límites constantes y vergüenza de ángel estropeado
Burla de un dios
nocturno
Rodar rodar rotas
las antenas en medio del espacio
Entre mares alados
y auroras estancadas
Yo estoy aquí de
pie ante vosotros
En nombre de una
idiota ley proclamadora
De la conservación
de las especies
Inmunda ley
Villana ley
arraigada a los sexos ingenuos
Por esa ley
primera trampa de la inconciencia
El hombre se
desgarra
Y se rompe en
aullidos mortales por todos los poros de su tierra
Yo estoy aquí de
pie entre vosotros
Se me caen las
ansias al vacío
Se me caen los
gritos a la nada
Se me caen al caos
las blasfemias
Perro del infinito
trotando entre astros muertos
Perro lamiendo
estrellas y recuerdos de estrella
Perro lamiendo
tumbas
Quiero la
eternidad como una paloma en mis manos
Todo ha de
alejarse en la muerte esconderse en la muerte
Yo tú él nosotros
vosotros ellos
Ayer hoy mañana
Pasto en las
fauces del insaciable olvido
Pasto para la
rumia eterna del caos incansable
Justicia ¿qué has
hecho de mí Vicente Huidobro?
Se me cae el dolor
de la lengua y las alas marchitas
Se me caen los
dedos muertos uno a uno
¿Qué has hecho de
mi voz cargada de pájaros en el atardecer
La voz que me
dolía como sangre?
Dadme el infinito
como una flor para mis manos
Seguir
No. Basta ya
Seguir cargado de
mundos de países de ciudades
Muchedumbres
aullidos
Cubierto de climas
hemisferios ideas recuerdos
Entre telarañas de
sepulcros y planetas conscientes
Seguir del dolor
al dolor del enigma al enigma
Del dolor de la
piedra al dolor de la planta
Porque todo es
dolor
Dolor de batalla y
miedo de no ser
Lazos de dolor
atan la tierra al cielo las aguas a la tierra
Y los mundos
galopan en órbitas de angustia
Pensando en la
sorpresa
La latente
emboscada en todos los rincones del espacio
Me duelen los pies
como ríos de piedra
¿Qué has hecho de
mis pies?
¿Qué has hecho de
esta bestia universal
De este animal
errante?
Esta rata en
delirio que trepa las montañas
Sobre un himno
boreal o alarido de tierra
Sucio de tierra y
llanto
de tierra y sangre
Azotado de espinas
y los ojos en cruz
La conciencia es
amargura
La inteligencia es
decepción
Solo en las
afueras de la vida
Se puede plantar
una pequeña ilusión
Ojos ávidos de
lágrimas hirviendo
Labios ávidos de
mayores lamentos
Manos enloquecidas
de palpar tinieblas
Buscando más
tinieblas
Y esta amargura
que se pasea por los huesos
Y este entierro en
mi memoria
Este entierro que
se alarga en mi memoria
Este largo
entierro que atraviesa todos los días mi memoria
Seguir
No
Que se rompa el
andamio de los huesos
Que se derrumben
las vigas del cerebro
Y arrastre el
huracán los trozos a la nada al otro lado
En donde el viento
azota a Dios
En donde aún
resuene mi violín gutural
Acompañando el
piano póstumo del Juicio Final
Eres tú tú el
ángel caído
La caída eterna
sobre la muerte
La caída sin fin
de muerte en muerte
Embruja el
universo con tu voz
Aférrate a tu voz
embrujador del mundo
Cantando como un
ciego perdido en la eternidad
Anda en mi cerebro
una gramática dolorosa y brutal
La matanza
continua de conceptos internos
Y una última
aventura de esperanzas celestes
Un desorden de
estrellas imprudentes
Caídas de los
sortilegios sin refugio
Todo lo que se
esconde y nos incita con imanes fatales
Lo que se esconde
en las frías regiones de lo invisible
O en la ardiente
tempestad de nuestro cráneo
La eternidad se
vuelve sendero de flor
Para el regreso de
espectros y problemas
Para el mirage
sediento de las nuevas hipótesis
Que rompen el
espejo de la magia posible
Liberación, ¡Oh!
si liberación de todo
De la propia
memoria que nos posee
De las profundas
vísceras que saben lo que saben
A causa de estas
heridas que nos atan al fondo
Y nos quiebran los
gritos de las alas
La magia y el
ensueño liman los barrotes
La poesía llora en
la punta del alma
Y acrece la
inquietud mirando nuevos muros
Alzados de
misterio en misterio
Entre minas de
mixtificación que abren sus heridas
Con el ceremonial
inagotable del alba conocida
Todo en vano
Dadme la llave de
los sueños cerrados
Dadme la llave del
naufragio
Dadme una certeza
de raíces en horizonte quieto
Un descubrimiento
que no huya a cada paso
O dadme un bello
naufragio verde
Un milagro que
ilumine el fondo de nuestros mares íntimos
Como el barco que
se hunde sin apagar sus luces
Liberado de este
trágico silencio entonces
En mi propia
tempestad
Desafiaré al vacío
Sacudiré la nada
con blasfemias y gritos
Hasta que caiga un
rayo de castigo ansiado
Trayendo a mis
tinieblas el clima del paraíso
¿Por qué soy
prisionero de esta trágica busca?
¿Qué es lo que me
llama y se esconde
Me sigue me grita
por mi nombre
Y cuando vuelvo el
rostro y alargo las manos de los ojos
Me echa encima una
niebla tenaz como la noche de los astros ya muertos?
Sufro me revuelco
en la angustia
Sufro desde que
era nebulosa
Y traigo desde
entonces este dolor primordial en las células
Este peso en las
alas
Esta piedra en el
canto
Dolor de ser isla
Angustia
subterránea
Angustia cósmica
Poliforme angustia
anterior a mi vida
Y que la sigue
como una marcha militar
Y que irá más allá
Hasta el otro lado
de la periferia universal
Consciente
Inconsciente
Deforme
Sonora
Sonora como el
fuego
El fuego que me
quema el carbón interno y el alcohol de los ojos
Soy una orquesta
trágica
Un concepto
trágico
Soy trágico como
los versos que punzan en las sienes y no pueden salir
Arquitectura fúnebre
Matemática fatal y
sin esperanza alguna
Capas superpuestas
de dolor misterioso
Capas superpuestas
de ansias mortales
Subsuelos de
intuiciones fabulosas
Siglos siglos que
vienen gimiendo en mis venas
Siglos que se
balancean en mi canto
Que agonizan en mi
voz
Porque mi voz es
solo canto y sólo puede salir en canto
La cuna de mi
lengua se metió en el vacío
Anterior a los
tiempos
Y guardará
eternamente el ritmo primero
El ritmo que hace
nacer los mundos
Soy la voz del
hombre que resuena en los cielos
Que reniega y
maldice
Y pide cuentas de
por qué y para qué
Soy todo el hombre
El hombre herido
por quién sabe quién
Por una flecha
perdida del caos
Humano terreno
desmesurado
Sí desmesurado y
lo proclamo sin miedo
Desmesurado porque
no soy burgués ni raza fatigada
Soy bárbaro tal
vez
Desmesurado
enfermo
Bárbaro limpio de
rutinas y caminos marcados
No acepto vuestras
sillas de seguridades cómodas
Soy el ángel
salvaje que cayó una mañana
En vuestras
plantaciones de preceptor
Poeta
Antipoeta
Culto
Anticulto
Animal metafísico
cargado de congojas
Animal espontáneo
directo sangrando sus problemas
Solitario como una
paradoja
Paradoja fatal
Flor de
contradicciones bailando un fox-trot
Sobre el sepulcro
de Dios
Sobre el bien y el
mal
Soy un pecho que
grita y un cerebro que sangra
Soy un temblor de
tierra
Los sismógrafos
señalan mi paso por el mundo
Crujen las ruedas
de la tierra
Y voy andando a
caballo en mi muerte
Voy pegado a mi
muerte como un pájaro al cielo
Como una fecha en
el árbol que crece
Como el nombre en
la carta que envío
Voy pegado a mi
muerte
Voy por la vida
pegado a mi muerte
Apoyado en el
bastón de mi esqueleto
El sol nace en mi
ojo derecho y se pone en mi ojo izquierdo
En mi infancia una
infancia ardiente como un alcohol
Me sentaba en los
caminos de la noche
A escuchar la
elocuencia de las estrellas
Y la oratoria del
árbol
Ahora la
indiferencia nieva en la tarde de mi alma
Rómpanse en espigas
las estrellas
Pártase la luna en
mil espejos
Vuelva el árbol al
nido de su almendra
Só1o quiero saber
por qué
Por qué
Por qué
Soy protesta y
araño el infinito con mis garras
Y grito y gimo con
miserables gritos oceánicos
El eco de mi voz
hacer tronar el caos
Soy desmesurado
cósmico
Las piedras las
plantas las montañas
Me saludan Las
abejas las ratas
Los leones y las
águilas
Los astros los
crepúsculos las albas
Los ríos y las
selvas me preguntan
¿Qué tal cómo está
usted?
Y mientras los
astros y las olas tengan algo que decir
Será por mi boca
que hablarán a los hombres
Que Dios sea Dios
O Satán sea Dios
O ambos sean miedo
nocturna ignorancia
Lo mismo da
Que sea la Vía
Láctea
O una procesión
que asciende en pos de la verdad
Hoy me es igual
Traedme una hora
que vivir
Traedme un amor
pescado por la oreja
Y echadlo aquí a
morir ante mis ojos
Que yo caiga por
el mundo a toda máquina
Que yo corra por
el universo a toda estrella
Que me hunda o me
eleve
Lanzado sin piedad
entre planetas y catástrofes
Señor Dios si tú
existes es a mí a quien lo debes
Matad la horrible
duda
Y la espantosa
lucidez
Hombre con los
ojos abiertos en la noche
Hasta el fin de
los siglos
Enigma asco de los
instintos contagiosos
Como las campanas
de la exaltación
Pajarero de luces
muertas que andan con pies de espectro
Con los pies
indulgentes del arroyo
Que se llevan las
nubes y cambia de país
En el tapiz del
cielo se juega nuestra suerte
Allí donde mueren
las horas
El pesado cortejo
de las horas que golpean el mundo
Se juega nuestra
alma
Y la suerte que se
vuela todas las mañanas
Sobre las nubes
con los ojos llenos de lágrimas
Sangra la herida
de las últimas creencias
Cuando el fusil
desconsolado del humano refugio
Descuelga los
pájaros del cielo
Mírate allí animal
eterno desnudo de nombre
Junto al
abrevadero de tus límites propios
Bajo el alba
benigna
Que zurce el
tejido de las mareas
Mira a lo lejos
viene la cadena de hombres
Saliendo de la
usina de ansias iguales
Mordidos por la
misma eternidad
Por el mismo
huracán de vagabundas fascinaciones
Cada uno trae su
palabra informe
Y los pies atados
a su estrella propia
Las máquinas
avanzan en la noche del diamante fatal
Avanza el desierto
con sus olas sin vida
Pasan las montañas
pasan los camellos
Como la historia
de las guerras antiguas
Allá va la cadena
de hombres entre fuegos ilusos
Hacia el párpado
tumbal
Después de mi
muerte un día
El mundo será
pequeño a las gentes
Plantarán
continentes sobre los mares
Se harán islas en
el cielo
Habrá un gran
puente de metal en torno de la tierra
Como los anillos
construidos en Saturno
Habrá ciudades
grandes como un país
Gigantescas
ciudades del porvenir
En donde el
hombre-hormiga será una cifra Un número que se mueve
y sufre y baila
(Un poco de amor a
veces como un arpa que hace olvidar la vida)
Jardines de
tomates y repollos
Los parques
públicos plantados de árboles frutales
No hay carne que
comer el planeta es estrecho
Y las máquinas
mataron el último animal
Árboles frutales
en todos los caminos
Lo aprovechable
sólo lo aprovechable
Ah la hermosa vida
que preparan las fábricas
La horrible
indiferencia de los astros sonrientes
Refugio de la música
Que huye de las
manos de los últimos ciegos
Angustia angustia
de lo absoluto y de la perfección
Angustia desolada
que atraviesa las órbitas perdidas
Contradictorios
ritmos quiebran el corazón
En mi cabeza cada
cabello piensa otra cosa
Un hastío invade
el hueco que va del alba al poniente
Un bostezo color
mundo y carne
Color espíritu
avergonzado de irrealizables cosas
Lucha entre la
piel y el sentimiento de una dignidad bebida y no otorgada
Nostalgia de ser
barro y piedra o Dios
Vértigo de la nada
cayendo de sombra en sombra
Inutilidad de los
esfuerzos fragilidad del sueño
Ángel expatriado
de la cordura
¿Por qué hablas
Quién te pide que hables?
Revienta pesimista
mas revienta en silencio
Cómo se reirán los
hombres de aquí a mil años
Hombre perro que
aúllas a tu propia noche
Delincuente de tu
alma
El hombre de
mañana se burlará de ti
Y de tus gritos
petrificados goteando estalactitas
¿Quién eres tú
habitante de este diminuto cadáver estelar?
¿Qué son tus
náuseas de infinito y tu ambición de eternidad?
Átomo desterrado
de sí mismo con puertas y ventanas de luto
¿De dónde vienes a
dónde vas?
¿Quién se preocupa
de tu planeta?
Inquietud
miserable
Despojo del
desprecio que por ti sentiría
Un habitante de
Betelgeuse
Veintinueve millones
de veces más grande que tu sol
Hablo porque soy
protesta insulto y mueca de dolor
Sólo creo en los
climas de la pasión
Sólo deben hablar
los que tienen el corazón clarividente
La lengua a alta
frecuencia
Buzos de la verdad
y la mentira
Cansados de pasear
sus linternas en los laberintos de la nada
En la cueva de
alternos sentimientos
El dolor es lo
único eterno
Y nadie podrá reir
ante el vacío
¿Qué me importa la
burla del hombre-hormiga
Ni la del
habitante de otros astros más grandes?
Y yo no sé de
ellos ni ellos saben de mí
Yo sé de mi
vergüenza de la vida de mi asco celular
De la mentira
abyecta de todo cuanto edifican los hombres
Los pedestales de
aire de sus leyes e ideales
Dadme dadme pronto
un llano de silencio
Un llano
despoblado como los ojos de los muertos
¿Robinsón por qué
volviste de tu isla?
De la isla de tus
obras y tus sueños privados
La isla de ti
mismo rica de tus actos
Sin leyes ni
abdicación ni compromisos
Sin control de ojo
intruso
Ni mano extraña
que rompa los encantos
¿Robinsón cómo es
posible que volvieras de tu isla?
Malhaya el que
mire con ojos de muerte
Malhaya el que vea
el resorte que todo lo mueve
Una borrasca
dentro de la risa
Una agonía de sol
adentro de la risa
Matad al pesimista
de pupila enlutada
Al que lleva un
féretro en el cerebro
Todo es nuevo
cuando se mira con ojos nuevos
Oigo una voz
idiota entre algas de ilusión
Boca parasitaria
aún de la esperanza
Idos lejos de aquí
restos de playas moribundas
Mas si buscáis descubrimientos
Tierras
irrealizables más allá de los cielos
Vegetante obsesión
de musical congoja
Volvamos al
silencio
Restos de playas
fúnebres
¿A qué buscáis el
faro poniente
Vestido de su
propia cabellera
Como la reina de
los circos?
Volvamos al silencio
Al silencio de las
palabras que vienen del silencio
Al silencio de las
hostias donde se mueren los profetas
Con la llaga del
flanco
Cauterizada por
algún relámpago
Las palabras con
fiebre y vértigo interno
Las palabras del
poeta dan un mareo celeste
Dan una enfermedad
de nubes
Contagioso
infinito de planetas errantes
Epidemia de rosas
en la eternidad
Abrid la boca para
recibir la hostia de la palabra herida
La hostia
angustiada y ardiente que me nace no se sabe dónde
Que viene de más
lejos que mi pecho
La catarata
delicada de oro en libertad
Correr de río sin
destino como aerolitos al azar
Una columna se
alza en la punta de la voz
Y la noche se
sienta en la columna
Yo poblaré para
mil años los sueños de los hombres
Y os daré un poema
lleno de corazón
En el cual me
despedazaré por todos lados
Una lágrima caerá
de unos ojos
Como algo enviado
sobre la tierra
Cuando veas como
una herida profetiza
Y reconozcas la
carne desgraciada
El pájaro cegado
en la catástrofe celeste
Encontrado en mi
pecho solitario y sediento
En tanto yo me
alejo tras los barcos magnéticos
Vagabundo como
ellos
Y más triste que
un cortejo de caballos sonámbulos
Hay palabras que
tienen sombra de árbol
Otras que tienen
atmósfera de astros
Hay vocablos que
tienen fuego de rayos
Y que incendian
donde caen
Otros que se
congelan en la lengua y se rompen al salir
Como esos
cristales helados y fatídicos
Hay palabras con
imanes que atraen los tesoros del abismo
Otras que se
descargan como vagones sobre el alma
Altazor desconfía
de las palabras
Desconfía del
ardid ceremonioso
Y de la poesía
Trampas
Trampas de luz y
cascadas lujosas
Trampas de perla y
de lámpara acuática
Anda como los
ciegos con sus ojos de piedra
Presintiendo el
abismo a todo paso
Mas no temas de mí
que mi lenguaje es otro
No trato de hacer
feliz ni desgraciado a nadie
Ni descolgar
banderas de los pechos
Ni dar anillos de
planetas
Ni hacer satélites
de mármol en torno a un talismán ajeno
Quiero darte una
música de espíritu
Música mía de esta
cítara plantada en mi cuerpo
Música que hace
pensar en el crecimiento de los árboles
Y estalla en
luminarias dentro del sueño.
Yo hablo en nombre
de un astro por nadie conocido
Hablo en una lengua
mojada en mares no nacidos
Con una voz llena
de eclipses y distancias
Solemne como un
combate de estrellas o galeras lejanas
Una voz que se
desfonda en la noche de las rocas
Una voz que da la
vista a los ciegos atentos
Los ciegos
escondidos al fondo de las casas
Como al fondo de
sí mismos
Los veleros que
parten a distribuir mi alma por el mundo
Volverán
convertidos en pájaros
Una hermosa mañana
alta de muchos metros
Alta como el árbol
cuyo fruto es el sol
Una mañana frágil
y rompible
A la hora en que
las flores se lavan la cara
Y los últimos
sueños huyen por las ventanas
Tanta exaltación
para arrastrar los cielos a la lengua
El infinito se
instala en el nido del pecho
Todo se vuelve
presagio ángel entonces
El cerebro se
torna sistro revelador
Y la hora huye
despavorida por los ojos
Los pájaros
grabados en el cenit no cantan
El día se suicida
arrojándose al mar
Un barco vestido
de luces se aleja tristemente
Y al fondo de las
olas un pez escucha el paso dc los hombres
Silencio la tierra
va a dar a luz un árbol
La muerte se ha
dormido en el cuello de un cisne
Y cada pluma tiene
un distinto temblor
Ahora que Dios se
sienta sobre la tempestad
Que pedazos de
cielos caen y se enredan en la selva
Y que el tifón
despeina las barbas del pirata
Silencio la tierra
va a dar a luz un árbol
Tengo cartas
secretas en la caja del cráneo
Tengo un carbón
doliente en el fondo del pecho
Y conduzco mi
pecho a la boca
Y la boca a la
puerta del sueño
El mundo se me
entra por los ojos
Se me entra por
las manos se me entra por los pies
Me entra por la
boca y se me sale
En insectos
celestes o nubes de palabras por los poros
Silencio la tierra
va a dar a luz un árbol
Mis ojos en la
gruta de la hipnosis
Mastican el
universo que me atraviesa como un túnel
Un escalofrío de
pájaro me sacude los hombros
Escalofrío de alas
y olas interiores
Escalas de olas y
alas en la sangre
Se rompen las
amarras de las venas
Y se salta afuera
de la carne
Se sale de las
puertas de la tierra
Entre palomas
espantadas
Habitante de tu
destino
¿Por qué quieres
salir de tu destino?
¿Por qué quieres
romper los lazos de tu estrella
Y viajar solitario
en los espacios
Y caer a través de
tu cuerpo de tu cenit a tu nadir?
No quiero
ligaduras de astro ni de viento
Ligaduras de luna
buenas son para el mar y las mujeres
Dadme mis violines
de vértigo insumiso
Mi libertad de
música escapada
No hay peligro en
la noche pequeña encrucijada
Ni enigma sobre el
alma
La palabra electrizada
de sangre y corazón
Es el gran
paracaídas y el pararrayos de Dios
Habitante de tu
destino
Pegado a tu camino
como roca
Viene la hora del
sortilegio resignado
Abre la mano de tu
espíritu
El magnético dedo
En donde el anillo
de la serenidad adolescente
Se posará cantando
como el canario pródigo
Largos años
ausente
Silencio
Se oye el pulso
del mundo como nunca pálido
La tierra acaba de
alumbrar un árbol
Vicente Huidobro
Altazor o el viaje
en paracaídas, Madrid, Compañía Iberoamericana de Publicaciones, 1931
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