Calor
El cuerpo se antigua:
se le enfermó la muerte.
Transpira desconocido
como un deseo dentro de un santo.
El aire mira como un mudo.
No saben dónde irse las ventanas.
El espesor del presente
se ha emocionado con tus huesos.
Tus nervios brillan afuera.
Al final salta la sed como un escorpión
y bebe
pero el
agua ya no es de este mundo.
Leopoldo “Teuco” Castilla
De: El amanecido (2005)
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