MEMORIA
Un bosque de veleros
Te he preguntado si vivías
El viaje si vieras qué lisura
sobre el brazo lejísimos al frente
Horizonte horizonte
Te he mentido
porque hay curvas Muchas
Escúchame Mi nombre es azucena
No humedezco los dientes que pronuncian
aunque un viento de luz cierre los ojos
roce la delgadez que los defiende
Escucha escucha. Soy la luz perdida
que lapidan las aguas en el fondo
Soy tu memoria muerta por los trópicos
donde peces de acero sólido te imitan
Vicente Aleixandre de Espadas como labios, M.,
Espasa-Calpe, 1932.
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