EL POETA
La tempestad podrá
en olas deshechas
fingir pluma en el
aire de un navío,
dejando entre la
sombra y el vacío
erizadas las tablas
más derechas.
El fuego podrá en
llamas como flechas
hacer cenizas del
palacio frío,
llevarse un pueblo
desbocado río,
y rebaños y bosques
y cosechas.
Podrá un cuerpo
caer tras la saeta,
o tras la
enfermedad o la locura
rumiar limosna el
hambre más secreta.
Mas siempre la
canción irá a la altura.
Se yergue entre las
ruinas el poeta:
no hay desventura
contra su ventura.
Baldomero Fernández
Moreno
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