Casi tú
Hoy
encontré
en la
calle
entre
motores y tenderos
una
mujer
igual
que tú.
Navegables
los
ojos
descendientes
las
manos
del
aire
y su
abandono
los
pies
de
saltar pájaros caídos
la
cintura
inasible
grito
en mitad del mar.
Me le
acerqué
azorado
tembloroso
impaciente
y no
eras tú.
No oí
su voz
pero
presiento
que era
menos
tibia y mojada
no
nacida
anhelante
del
fondo
de los
besos
ah,
tu voz
de agua alegre sobre piedras con sed.
No eras
tú
y hace
tanto
que no
te veo
tanto
y
pudiste ser tú
esa
mujer
bellísima
esa
mujer
igual
casi tú
sin
tu voz.
Aunque
ya no me quieras,
te
demando
amor
mío
no
parecerte a cada mujer mágica que ande
por mis
calles confusas
o ser
en lo
posible
si a
alguna te pareces
en
lugar de
ella
extraña
directamente
tú.
OSVALDO
GUEVARA
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