Osvaldo Guevara leyendo su poema Nunca
Más 24/03/2020
Grabado en la casa de
Osvaldo Guevara
Quiero explicar que todos los post que fueron subidos al blog están disponibles a pesar de que no se muestren o se encuentren en la pagina principal. Para buscarlos pueden hacerlo por intermedio de la sección archivo del blog ahi los encuentran por año y meses respectivamente. también por “etiquetas” o "categorías de textos publicados", o bajando por la pagina hasta llegar al último texto que se ve y a la derecha donde dice ENTRADAS ANTIGUAS (Cargar más entradas) dar click ahí y se cargaran un grupo más de entradas. Repetir la operación sucesivamente hasta llegar al primer archivo subido.
Gracias por visitar este lugar.
14 de marzo de 2022
Osvaldo Guevara leyendo su poema Nunca Más 24/03/2020 Grabado en la casa de Osvaldo Guevara
13 de marzo de 2022
Hacia el grito, Osvaldo Guevara
Hacia el grito
Las cosas se empapan de mi ser
cuando las nombro, sacerdotalmente:
rosa, piedra, cuchillo, bruma, polen,
caballo,
raíz, harina, vino, golondrina…
Ah, la palabra que recorta y decide,
que humea y huele,
que bulle, palpa y pesa,
que rezuma su esencia, agazapada
como en la pluma el vuelo.
Digo las cosas con labios codiciosos y
húmedos,
las paladeo apretadamente,
las siento saltar como tibios surtidores
en mi lengua,
reír como un rocío juvenil en mi
garganta,
percutir sus frescas chispas en mis
dientes,
revolotear frente a mis cejas,
resbalar por mis manos,
florecer la tierra seca del silencio.
Y en esta soledad de larga tierra
escapándoseme
ante el camino que estremece mis pies
insomnes y curiosos
aspiro el aroma de las leguas,
presiento vientos ásperamente
atormentados,
escucho mi sangre suelta, proyectándome
a despecho del cuerpo en las palabras:
mar, vaca, pájaro perdiéndose,
nube, caracol cauto, ruda rama
alambrados hirsutos arando en mis dedos,
río bruñendo, sol revuelto, todo,
ah, todo,
respira ya en mi boca, dientes, lengua
y se envuelve, cantando, en mi saliva…
Pero yo tuviera una palabra,
una palabra única:
rotunda y palpitante como el casco de un
toro,
delgada como los párpados del aire,
leve y tremenda,
vilano en la tormenta…
Ah, la palabra total, ceñuda y
parturienta
que me llueva en la voz
un puro paracaídas de paloma
ese pausado peso arrepentido
de tu vida en mi piel.
Osvaldo Guevara
De La sangre en armas
UniRío editora, Universidad nacional de
Río Cuarto 2015
12 de marzo de 2022
Osvaldo Guevara recordando a Oscar Guiñazú Álvarez
Osvaldo
Guevara recordando a Oscar Guiñazú Álvarez
Acto
Homenaje al Poeta y mentor del Grupo Literario Tardes de la Biblioteca
Sarmiento Oscar Guiñazú Álvarez 9 de julio de 2010
11 de marzo de 2022
Casi Tu, Osvaldo Guevara
Casi tú
Hoy
encontré
en la
calle
entre
motores y tenderos
una
mujer
igual
que tú.
Navegables
los
ojos
descendientes
las
manos
del
aire
y su
abandono
los
pies
de
saltar pájaros caídos
la
cintura
inasible
grito
en mitad del mar.
Me le
acerqué
azorado
tembloroso
impaciente
y no
eras tú.
No oí
su voz
pero
presiento
que era
menos
tibia y mojada
no
nacida
anhelante
del
fondo
de los
besos
ah,
tu voz
de agua alegre sobre piedras con sed.
No eras
tú
y hace
tanto
que no
te veo
tanto
y
pudiste ser tú
esa
mujer
bellísima
esa
mujer
igual
casi tú
sin
tu voz.
Aunque
ya no me quieras,
te
demando
amor
mío
no
parecerte a cada mujer mágica que ande
por mis
calles confusas
o ser
en lo
posible
si a
alguna te pareces
en
lugar de
ella
extraña
directamente
tú.
Osvaldo
Guevara
10 de marzo de 2022
Ubérrima, Osvaldo Guevara
Ubérrima
Con un súbito golpe de cintura
y abriendo el verde la muchacha brilla
E1 sol -tigre de circo- se le humilla
y hasta sonríe con su dentadura.
Un galope de pastos se apresura
al río dulce de la pantorrilla.
Todo el olor del campo se engavilla
bajo su pelo de bandada oscura.
Acompasando al trigo la cadera
llega al corral de vértigos nupciales
donde un ternero solitario gime.
Y un peón sentado junto a una lechera
mira la fértil blusa y las frutales
ubres de miel rabiosamente oprime.
Osvaldo Guevara
De La sangre en armas
UniRío editora, Universidad nacional de
Río Cuarto 2015
9 de marzo de 2022
Palabra Cantada Osvaldo Guevara y Jorge Trueno Soria
Palabra Cantada Osvaldo Guevara y Jorge Trueno Soria 9 de noviembre 2019.
Una conversación desde la palabra y las
canciones -poesía contenida en el cancionero popular argentino, en la voz y la
mirada de Osvaldo Guevara y de Jorge Trueno Soria
8 de marzo de 2022
Poetas, Osvaldo Guevara
Poetas
“…un sujeto en el que lo humano tiene
tiempos de cambio muy diferentes al de los organismos artificiales.”
Me escriben cartas fraternales
sobre mis libros.
Cuando nos encontramos
su mano brilla en mi hombro como una
charretera.
Pero
“es demasiado humano”
cuchichean
olímpicos.
El poeta y el hombre
en mí caminan con el mismo paso.
(Plumajes altaneros
no garantizan vuelos altos.)
Poesía Eres Tú
Esos poetas
que parecieran ser los únicos
en saber
a ciencia cierta
o ciencia infusa
qué es la poesía
y hablan de ella
parados
en el último eslabón de las gradas
que conducen al templo.
Esos poetas…
Yo no sé lo que es la poesía.
Tal vez
mi poesía sí
y no sepa decírmelo.
Osvaldo Guevara de Sin pena en la
palabra, Edición de Autor (Código Gráfico), Villa Dolores, Córdoba, Argentina,
2007
7 de marzo de 2022
Gabriela Bayarri leyendo Café Amadeus de Osvaldo Guevara
Café Amadeus de Osvaldo Guevara leído por Gabriela Bayarri
Abril de 2010
Café Amadeus
Entre las sillas atestadas
tus pasos te derivan
hacia el invierno de mi mesa.
Tontamente se entreabre
mi boca reseca.
Intima como un aire de abanico
tu pollera
barriendo
los ruidos indeseables
el olor a tristeza.
Osvaldo Guevara de Sin pena en la palabra 2008
6 de marzo de 2022
Entre las hojas, Gabriela Bayarri
ENTRE LAS HOJAS
He viajado cansadamente
por las estaciones,
he pisado las hojas,
también vencidas de otoño,
recostadas
en los
senderos de las plazas.
Caminé inútilmente laberintos de cristal,
hasta que me perdí,
buscando el regreso.
Gabriela Bayarri
5 de marzo de 2022
Ella escribe, Gabriela Bayarri
ELLA ESCRIBE, Gabriela Bayarri
Escribe porque las palabras le fluyen, no por la
garganta, sino por los dedos. Le es imprescindible siempre tener una lapicera a
mano, un lápiz, papel, servilleta, lo que sea, porque las musas, a ella, se le
aparecen en cualquier circunstancia, son como mariposas fugaces, que ella debe
atrapar, correr a veces, matar otras. Lo cierto es que ella casi no habla,
porque las palabras le salen mejor escritas. Escribe porque ella, COMO DECÍA
Alejandra Pizarnik, siente que “no es de este mundo”, sospecha que vino de un
libro de cuentos, y tiene la certeza de que deberían haberla dejado vivir
adentro de él. Si hubiera podido elegir, viviría como Alicia, en el país de las maravillas. Se
siente arrojada y ajena a este mundo, sería muy feliz viviendo adentro de un
libro de aventuras.
Lee mucho entonces, es la forma que tiene de buscar el
camino de retorno a su casa, a aquél libro, a su mundo. Escribe porque ella
viaja con las palabras, va de unas páginas a otras como recorriendo planetas,
paisajes, aventuras. Por eso, ella, escribe.
La foto, con el velo del tiempo pasado, tal vez se haya tomado en 1980. Son dos poetas, Alejandro Nicotra, a la derecha, su inseparable pipa, y el gesto aparentemente adusto; pero con su abrazo inmenso de ternura, sobre los hombros de Ricardo Herrera, poeta y creador de la revista Hablar de Poesía (asoma un niño, parece un sol). El lazo que uniría esa amistad, vigente hasta la actualidad, fue la poesía. También fue la excusa de la palabra poética la que unió mi destino a Alejandro, para sumarme al consejo de redacción de la revista Asueto, hojas de poesía, en 2004. Aún hoy, extraño la tibieza de esas reuniones de los sábados por la mañana en Café Amadeus, frente a la plaza principal de Villa Dolores. Pero lo más valioso, es que aún perdura ese regalo sutil e invisible: la amistad, la ternura, los consejos literarios, y el mismo abrazo. Celebro la vida con este poema, que le regalé hace unos días.
EL ABRAZO DE LA FOTO
a Alejandro Nicotra
El mismo abrazo de esa foto en sepia,
la mirada más templada, serena,
la mano protectora, solitaria
hacia los nuevos, escasos poetas.
El mismo abrazo, idéntica luz
que hoy nos ampara,
como la entrañable sombra de la parra
que te cubría, allá en tu infancia,
junto al Tono*.
El abrazo que nos lleva a perdernos,
infinitamente,
en un laberinto de palabras.
Gabriela Bayarri
*El Tono es el apodo familiar con el que nombraban al
gran poeta puntano Antonio Esteban Agüero.
4 de marzo de 2022
Hostal Hispania, Gabriela Bayarri
3 de marzo de 2022
Bar cuartito azul, Gabriela Bayarri
1 de marzo de 2022
Recuerdos de carnaval, Gabriela Bayarri
Recuerdos de carnaval, Gabriela Bayarri
Video poético. Café Literario del Jueves 18 de Febrero de
2010, en Big Pancho, Sarmiento 269, Villa Dolores, Capital de la Poesía,
Traslasierra, Córdoba, Argentina. Cuyo tema fue EL CARNAVAL y coordino la
velada José Luis Colombini
28 de febrero de 2022
Un río, Rodolfo Edwards
Un río
por las líneas de mi mano
cruza un río
que me lleva hasta ti
Rodolfo Edwards
Rodolfo Edwards (Buenos Aires, 1962), es un poeta y
crítico de poesía argentino. Nació en el barrio porteño de La Boca. Es
licenciado en Letras, especializado en literatura argentina y latinoamericana.
Editó las revistas La Mineta y La Novia de Tyson y participó de la redacción de
18 Whiskys, dirigida por José Villa y en la que también colaboraron otros
poetas de la llamada Generación del 90.
En 2007 dirigió la Clínica de Escritura de Poesía para
autores jóvenes en el Centro Cultural Ricardo Rojas, dependiente de la
Universidad de Buenos Aires. Colabora en programas de radio y en suplementos
culturales de diarios y revistas de Buenos Aires. Publica regularmente sus
poemas en su blog El Rey de la Boca.
A publicado: Culo criollo (1999), That's amore (2000), Rodolfo
Edwards (2000), Los Tatis (2003)
¡Vamos con esas imágenes! (2005), Mosca blanca sobre
oveja negra (2007), The real poncho (2011), Panfletos de papel picado (Peces de
Ciudad Ediciones - 2015)
http://reydelaboca.blogspot.com.ar/
27 de febrero de 2022
Monedas de lodo, Rodolfo Edwards
Monedas de lodo
Tu cuerpo es una moneda de lodo derritiéndose bajo la
lluvia. El café se derramó casi todo en el platito. Tembleque.
Rodolfo Edwards
26 de febrero de 2022
La borra de la poesía, Rodolfo Edwards
LA BORRA DE LA POESÍA
un alud de palabras arrastró al poeta
y perdió el sentido
y ahora no hay
arriba ni abajo
ni derecha ni izquierda
en el agua del mundo
boyan letras de colores
restos de cotillón
papel picado nuevamente picado
la borra
la inmensa borra de la poesía
Rodolfo Edwards
25 de febrero de 2022
Oda la dactilografía, Rodolfo Edwards
ODA LA DACTILOGRAFÍA
si solo es una letra la que separa
al pelado del peludo
¿no será que el pelado es pelado
y el peludo peludo
por un error de tipeo?
el dactilógrafo es un pequeño dios.
Rodolfo Edwards
24 de febrero de 2022
Alegrías y tristezas, Rodolfo Edwards
Alegrías y tristezas
comparada con la tristeza
la alegría es sonsa
y sí
para ser alegre
hay que ser medio pavote
el triste corre con ventaja
hay más adjetivos para la tristeza
que para la alegría
la angustia corroe el alma
pero fortifica la poesía
el triste necesita planillas
largos inventarios
visera de cagatintas
y gruesas gafas de joyero
porque que otra cosa que joyas
son las penas
joyas que decoran
el largo cuello de la poesía
la tristeza es larga
a veces dura toda la vida
en cambio el alegre
sólo canta las canciones del verano
con su guitarrita de juguete
y un cucurucho de limón
clavado en la frente
para el alegre el mundo
es una larga playa sin solución de continuidad
una pelota rebotando sin cesar y para siempre
el triste se detiene en detalles
como contar las imperfecciones
de los trajes en los subtes
o cuánto avanzo hoy
la araña con su telaraña
para el triste la hoja en blanco
es una cámara de torturas
para el alegre
una pileta pelopincho
una ruta soleada
el alma del triste
boya río arriba
como una medusa desmelenada
el alma del alegre
resplandece en la oscuridad
con bichitos de luz y linternas mágicas
mientras el triste hunde sus manos grises
en el áspero tesoro de la lengua
los que estamos de este lado de la bohemia
hoy estamos alegres
nos emborrachamos otra vez
como siempre
porque creemos firmemente
que cualquier motivo
es bueno
para celebrar la alegría
Rodolfo Edwards
23 de febrero de 2022
Cuando la ciudad se me quiebra en la diagonal, Rodolfo Edwards
Cuando la ciudad se me quiebra en la diagonal
qué perverso criminal
diseñó ese bar
igualito a la oficina
cuando morfás al mediodía
parece que siguieras laburando
cuchillo y tenedor
pico y pala
codo contra codo
almizcle de perfumes varios
y el rezongo del mozito
por la nula propina
y la gomina petrificada
en el pelo del ayer
el plato es un monitor
donde tu cara se refleja
y te mira con tristeza
en las altas torres del Puerto Madero
con el maravilloso pulso de César Pelli
se está dibujando
una carita feliz
entre las nubes
que lentamente hacia el sur
se desplazan
casi un ballet
de piernas solas
de piernas tantas
entre códigos de barras y sellos
y etiquetas sin nombre
en una gran marquesina
tachaduras del destino:
-tachame la doble-
Y Dios que chorrea
de los aires acondicionados
y Dios que chorrea
de los dinteles de los antros matinales
y Dios que chorrea
por debajo de las grandes de muzzarella
cuando la ciudad se me quiebra en la diagonal
junto todos los pedazos
y no estoy en la primera ni en la tercera
dimensión
y dale que me hago sopita
frente a ti
y me tomás a grandes cucharadas
bajo la cruz del sud
y dale que me hago el logi
y me olvido por un rato
del mundo de Buenos Aires
de Enrique Pinti y de Perón también
Rodolfo Edwards
22 de febrero de 2022
Donde gano todas las batallas, Rodolfo Edwards
DONDE GANO TODAS LAS BATALLAS
mientras el cielo y el mar
empatan en misterios
la tierra alrededor de mí
crea una isla de ti
donde gano todas las batallas
palabras entre nos
que son luces en la ribera del mundo
entonces creo en milagros
la transmigración del yo
a un durazno entre tus manos
ese día inmenso
que siempre hay en tus ojos
que me obliga a dibujar
soles a cada rato
Rodolfo Edwards
21 de febrero de 2022
La vitrola popular, Rodolfo Edwards
La vitrola popular
un ringtone hace trinar
el comienzo de “Light my fire”
de los Doors
un tipo silba “La maza”
de Silvio Rodríguez
dos pibes tocan “So What”
de Miles Davis
un poco más allá
suena Cantaloupe Island
de Hancock
gotas musicales caen
por el torso de la ciudad
que lleva 500 años despierta
como un boludo me emociono
y una lágrima de niño
salta de mi mejilla
como una pulga
Rodolfo Edwards
20 de febrero de 2022
Los muchachos surrealistas todos unidos perderemos, Rodolfo Edwards
LOS MUCHACHOS SURREALISTAS TODOS UNIDOS PERDEREMOS
acabo de ver
a un hombre
de avanzada edad
con un rollo
de papel higiénico
en una mano
y un paraguas
en la otra
era el hombre
más triste
más triste del mundo
Rodolfo Edwards
19 de febrero de 2022
Discos benditos, Rodolfo Edwards
DISCOS BENDITOS (Septiembre 2007)
Por la zona de Plaza de Constitución no sólo conviven
chicas y chicos y otros engendros de la prostitución ambulante, barcitos
desesperados y esa muchedumbre babilónica y víctima, no siempre pasiva, de
medios de transportes cada vez más incómodos, más aptos para prácticas
sadomasoquistas que para el transporte de nobles ciudadanos. Por Constitución
también hay varias disquerías donde se pueden todavía conseguir discos de
vinilo (una especie de negro dinosaurio en vías de extinción renacido en los
últimos lustros gracias a las martingalas fluo de los afanosos DJ, esos
simpáticos embusteros con carnet) a precios escandalosamente bajos (a 1 $
conseguí la edición original, en excelente estado, de un álbum de la pasional
cantante brasileña Beth Carbalho). Una de estas tardecitas porteñas,
revolviendo las viejas piezas de vinilo en uno de esos locales, asistí a una
escena digna del mejor Roberto Arlt: un cura se presenta súbitamente en el
local y acto seguido procede a practicar un exorcismo. Un empleado del local se
pone en posición de atajar un penal, cierra los ojos y se encomienda a
entidades invisibles, mientras el cura, después de abrir el ejemplar de una
Biblia en una incierta página, salpica los discos y las paredes del lugar con
copiosa agua bendita. Los azorados clientes presentes contemplamos la escena
sabiendo, quizás, que fuimos testigos involuntarios de un acto irrepetible.
Rodolfo Edwards
Rodolfo Edwards (Buenos Aires, 1962), es un poeta y
crítico de poesía argentino. Nació en el barrio porteño de La Boca. Es
licenciado en Letras, especializado en literatura argentina y latinoamericana.
Editó las revistas La Mineta y La Novia de Tyson y participó de la redacción de
18 Whiskys, dirigida por José Villa y en la que también colaboraron otros
poetas de la llamada Generación del 90.
En 2007 dirigió la Clínica de Escritura de Poesía para
autores jóvenes en el Centro Cultural Ricardo Rojas, dependiente de la
Universidad de Buenos Aires. Colabora en programas de radio y en suplementos
culturales de diarios y revistas de Buenos Aires. Publica regularmente sus
poemas en su blog El Rey de la Boca.
A publicado: Culo criollo (1999), That's amore (2000), Rodolfo
Edwards (2000), Los Tatis (2003)
¡Vamos con esas imágenes! (2005), Mosca blanca sobre
oveja negra (2007), The real poncho (2011), Panfletos de papel picado (Peces de
Ciudad Ediciones - 2015)
16 de febrero de 2022
El compañero de los pájaros, Alberto Girri
15 de febrero de 2022
Cuando la idea del yo se aleja, Alberto Girri
Cuando la idea del yo se aleja
De lo que va adelante
y de lo que sigue atrás,
de lo que dura y de lo que cae,
me deshago,
abandonado quedo
del fuerte soplo,
del suave viento,
y quieto, las espaldas
vueltas las manos hacia arriba,
apoyo en el suelo,
corazón
abjurando de armas, faltas,
de oraciones donde borrar las faltas,
blando organismo, entidad
que ignora cómo decir: “Yo soy ”
y en la enfermedad y la muerte,
vejez y nacimiento,
y a no encontrarán lugar,
como no lo encontraría el tigre
para meter su garra,
el rinoceronte el cuerno,
la espada su filo.
Antes hacía, ahora comprendo.
Alberto Girri
14 de febrero de 2022
Canción de amor, Alberto Girri
Canción de amor
Aquí yazgo pensando en ti:
¡La mancha del amor
se extiende sobre el mundo!
¡Amarilla, amarilla, amarilla
roe las hojas,
unta con azafrán
las cornígeras ramas que se inclinan
pesadamente
contra un liso cielo púrpura!
No hay luz,
sólo una espesa mancha de miel
que gotea de hoja en hoja
y de rama en rama
desluciendo los colores
del mundo entero;
¡tú allá lejos
bajo el rojo zumo del oeste!
Alberto Girri
De "W.C.W. :Doce versiones"
13 de febrero de 2022
Cámara oscura, Alberto Girri
Cámara oscura
Mientras espera que la desnuden,
la ex presión se esfuerza en desearse
a sí misma en blanco y negro,
y el ojo cuidadoso acecha
hasta sorprenderla empañándose,
empañada por matices de tensión,
físico desamparo.
Se trata de cazar,
y se trata de robo,
la víctima
lo consciente, sometiéndose,
y el ladrón llena de facciones, visajes,
su bolsa;
no supone angustias, trabajo aflictivo,
incomodidad, suceso infeliz.
pero es un tomar lo ajeno
desde artificios que requieren
ingenio en proporción directa
con la propiedad, limpieza,
austeridad de recursos,
y
soluciones fortuitas, ocurrencias,
"Improvisación creadora", diría
de su pillaje el que aquí, súbito,
se decide a atacar cubriendo
las lentes con tules, muselinas,
y
en el incomparablemente joven
perfil modela por distorsiones
otra carne, helada y luminosa,
placidez de máscara noh,
ascenso a lo andrógino.
Alberto Girri
12 de febrero de 2022
Andrómeda, Alberto Girri
Andrómeda
La Andrómeda del Tiempo, impar en la belleza y el agravio,
sobre este rudo peñasco ahora escruta largamente hacia
uno
y otro brazo de la costa,
su flor, su porción de v ida, condenada a ser alimento
del dragón.
Muchos golpes y venenos la tentaron y acecharon una v ez;
pero desde Occidente oye ahora el rugir de una bestia
más salv aje que las demás, más desenfrenada
en sus daños, más inicua y más obscena.
¿Es que su Perseo se demora y la libra a sus vehemencias?
Pero él, hollando por un tiempo el aire suave como una
almohada,
suspende sobre ella que se diría abandonada, sus
pensamientos,
mientras, desgarrada hasta la angustia, su paciencia
crece, luego consigue desarmarla, y nadie lo sospecha
con los arneses y hierros de la Gorgona, correas y
dientes.
Alberto Girri
3 de febrero de 2022
Niña ausente, Alejandro Nicotra
NIÑA AUSENTE
I.
¿Seré de olvido en tu pecho
esta tarde azul, vestida
de nubecillas de fuego?
II.
Un pájaro pía, cerca,
en un alamillo nuevo;
el agua canta en la acequia;
el sol se desangra, lejos...
Y tú, cercana, lejana,
¿sabes que te estoy queriendo?
III.
¿Qué nubecillas verás,
desde qué ventana abierta,
alta sobre la ciudad?
IV.
Nuestro pueblo tiene
un olor a hierba,
un silencio con grillos,
una cálida estrella...
En la hora lenta,
¡qué grato es pensarte,
niña,
con el son errante
de vagas esquilas!
Alejando Nicotra
2 de febrero de 2022
Tierra adentro, Alejandro Nicotra
TIERRA ADENTRO
PUEBLO
Pueblo de espinillo y paloma,
pueblo de paredes solas
y sol de piedra.
En el sol,
el harapo:
piel y polvo.
(Por los caminos, van tus pies de seis años:
un pájaro, una mariposa, una serpiente.)
En el sol,
la cruz de palo
-y su panal y su corona de avispas-.
Sí, pueblo de espinillo y paloma,
pueblo de paredes solas
y sol de piedra.
*
PROVINCIA
Una a una,
aquellas casas se acostaron,
sus pies de piedra se tendieron entre barro y raíces,
las puertas abrazaron, ya vencidas, la noche,
la cal buscó el reposo de la luna:
se acostaron, durmieron,
soñaron con los muertos de sus patios
(entre las últimas conversaciones
hablaba una guitarra).
Definitivamente descansaron.
Y la tierra se cerró sobre sus techos.
PLAZA
El árbol-danzante y el árbol-espectro,
la fuente que reza,
y las lámparas sobre un cielo de invierno:
tu plaza, íntima y pública.
Ahí escuchas, en su voz, la ciudad,
no como un grito sino como un susurro:
hablándote.
Palabras, sabes, que le dicta la noche,
-veladas, como ella-
y que quiere el poema.
Alejando Nicotra
1 de febrero de 2022
Alejandro Nicotra leyendo y explicando los poemas Las Avenidas y El pan de las abejas, 16 de junio de 2011
Homenaje con motivo del Día del Escritor a los sres.
poetas: José María Castellano, Osvaldo Guevara, Rafael Horacio López y
Alejandro Nicotra en el marco de la celebración del 50º Aniversario de la
creación del "Encuentro Internacional de Poetas Oscar Guiñazú
Álvarez".
Sala de Arte del Teatro Municipal, Villa Dolores,
Capoital de la poesía, Traslasierra, Córdoba, Argentina.
Organizó Grupo Literario Tardes de la Biblioteca
Sarmiento
16 de junio de 2011
31 de enero de 2022
Cantar no consuela, Rodolfo Alonso
Cantar no consuela, Rodolfo Alonso
Joven:
¡Maravíllate! ¡Lávate en tu idioma!
¡Protestacantaescupegimecrece!
¡Ama de amor, ama de un solo golpe, de todo corazón, de
buena gana!
¡Vive, huye de las palabras!
¡Sírvete, sírvelas!
30 de enero de 2022
Rezongo funeral por los cines de barrio, Rodolfo Alonso
29 de enero de 2022
La cintura del mundo, Rodolfo Alonso
La cintura del mundo
la muerte ha de morir
sabemos lo que amamos
sobre qué piedra sobre qué raíz
habrá que aventurarse
resiste su virtud
lo que nos queda en pago
la condición el ojo triste la palabra
que habrán de compartirse con los hombres
tú confirmas la vida con tu voz
dejas caer tu aroma y te desvistes
en todos los que parten
Rodolfo Alonso
28 de enero de 2022
Aldo, el peregrino, Rodolfo Alonso
Aldo, el peregrino, Rodolfo Alonso
A la memoria de Aldo Pellegrini (1903-1973),
pionero del surrealismo en América Latina.
(Primer movimiento)
Atraído
En forma irresistible
Por la tantálica contracción de los opuestos
Y por las deslumbrantes destrucciones que desencadena
Nunca pudo abandonar la telaraña de su espíritu
Esa fascinante aventura que se parecía a la vida
A la que nunca dejó de terminar por entregarse
Buceaba en la opacidad de las palabras
A la búsqueda del momento justo
En que se imantan y desprenden de sí mismas
Un alcohol de azufre un geyser de sentido
Una signifación que se desencadena
Más rápida que cualquier cerebro humano
Más profunda que un beso
O la mirada de diamante
¿Quién se olvidaba de existir?
¿Y no le debo yo a Pessoa?
¿Todos a Lautréamont?
¿Cuántos pintores hizo ver?
¿Cuántas veces
apostó por el sueño
que nunca se termina?
(Segundo movimiento y final)
Tempranamente contagiado
Por las primeras rebeliones
De la poesía y del amor
El supo ser de los primeros
El supo ser de los primeros
En respirar hondo a lo ancho
Tuvo conciencia de sus límites
Sin terminar por aceptarlos
Ordenador de los desórdenes
De la belleza y del asombro
Supo asumir el compromiso
De organizar la confusión
Donde termina la palabra
En las fronteras del discurso
Sin el control de la razón
Sin el poder contra el poder
Despierto a solas escribía
En el desierto envuelto en llamas
Sin ahorrar contradicciones
Sin culminar y sin ceder
Fue camarada y fue convicto
Volvía a sentarse entre los suyos
Daba consignas daba aliento
Y nunca fue el jefe de alguien
Se tropezó con las palabras
En su camino a la poesía
No se propuso seducirlas
No nos quería vender nada
El supo ser de los primeros
Tuvo conciencia de sus límites
La poesía lo encantaba
Pero la vida fue su Fénix
27 de enero de 2022
Olor a lluvia, Rodolfo Alonso
Olor a lluvia
El aire trae de pronto recuerdos del olvido
con sabor a horizonte, hierba húmeda y ausencia.
Color difuso y neto, casi como sin dueño,
máscara o habitante, límpidamente orgánico,
cargadamente etéreo. Espíritus, espíritu;
huellas de una memoria que gira en su vacío
repleto: fuegos, cuerpos, dioses, rastros, palabras.
Rodolfo Alonso