V El Cireneo ayuda
a llevar la cruz
No te da el paladar para entonar un grito
que paralice los estertores de la muerte.
No te alcanza.
No te da la mirada para aquíetar la sangre.
No te alcanza.
No te dan los brazos para comprender todo el peso
la profundidad y el abismo.
No te alcanza
y sin embargo, me basta tu presencia
aliada del dolor y hermana de la lástima.
Leandro Calle