Todo esta escrito. Todo se escribe para no decir. Se
escribe para una memoria colectiva, no para iluminar.
Desde los rayos de una bicicleta parte una saeta hacia el
papelucho escrito.
Ya ha sucedido antes, y eso es lo que pasa… El sol
querras decir?
Pasa sin que nadie lo cuente. O hay registro que lo
confirme.
Pasaron muchos años desde que no había nacido y la
semilla de mostaza sufriría visiones claustrofóbicas dentro de su cobertura.
El huevo era pura cáscara y el conejo permanecía en la
galera.
Ni Antonin escapaba de Rodez ni Breton de las
incriminaciones de Artaud.
Todo se escribe para escribir.
En lo recóndito de la tierra se abre un tajo del que
emana el deseo como destino ineludible. Inalcanzable para los que viven
sabiendo todo lo que no saben.
La belleza crea guerras intermitentes e interminables
provocando la horripilancia del tiempo que sigue. La inutilidad de lo bello
trastabilla con la utilidad de la guerra.
Reprocho el infantilismo de sentar cabeza, una postura
canalla, cobarde y burguesa.
Si de esto he de seguir hablando nadie se preocupe.
Estoy divorciado de alaracas, pavoneos y sus imbéciles
cotos de casa. Es decir sus hogares, sus habitáculos, unos electrodomésticos.
Un statu cuo disimuladamente confortable, algo que no siendo todo, es nada. Palabras.
Palabras abrochadas a su vieja carpeta secundaria… Posters decrépitos
credenciales y tarjetas. La belleza en guerra contra el confort. La maceta con
su flor de papel, cuadros de sauces y ríos en una pantalla. En mar.
Las apariencias? Tengo esto al alcance de mis manos que
lo comprenden o lo clasifican. Lo sienten, lo intuyen, lo verbalizan.
Caeiro Pessoa me arrebata el dominio de lo quebrado y
vuelto a componer.
La palabra? El lenguaje que vive para desdecir.
Contradictorio? Y que? Digo lo que no hago… vitrinas, ataúdes… puede agregarse
otras opciones…
Los que glorifican las jerarquías y los que jerarquizan
la gloria. Suficiente para convertirse en campo de batalla. Los que no se
integran pueden ser auténticamente libres para transformarse en guerreros.
Omar Yubiaceca (Jorge Omar Altamirano)