Nocturno
ambulante
Esta
noche de cálida lluvia no puedo ir contigo.
No
puedo adormecerme con ms ágiles pasos
cantando
en las baldosas bajo tu falda frágil.
El
otro te sujeta la cintura de brisa
y cl
tabaco en su voz te perfuma cl oído.
Yo
soy esa tristeza de plaza en cl invierno,
de espejo,
de estación sin pasajeros,
dc
isla entre peñascos.
Y sé
que te pierdo
como
los árboles no rescatan su fruta
ni
los ciegos retienen la piel de una vecina.
Agua
como a pedazos muerde mi corazón.
El
ruido de la lluvia se me queda en cl pecho
como
una tos cansada.
Triste,
Tristísimo
camino
cruzándome
con ebrios,
con
vagabundos de ojos oblicuos,
con
policías pálidos,
con
grises prostitutas de medias color carne,
con
guitarristas flacos,
con
gatos fugitivos.
Tú
con el otro,
el
otro,
verás
bailar las gotas desnudas en tus dedos
y su
boca impaciente saltará sobre tu alma.
Yo
termino extraviándome
bajo
el celeste afiebrado de la lluvia nocturna
con
mis zapatos gruesos que gimen torpemente,
hostilmente,
lúgubremente,
desentendidos
de mí
como
las pisadas
de
esos familiares que cargan
llorando
sin llorar
un
ataúd.
Osvaldo
Guevara
De
Siempre deseando verte… -Selección
amatoria-
Cartografías
ediciones, Río Cuarto, 2010