OTOÑO, ESPLENDOR
GRAVE...
Entraste en este día de verano
con tu oro casi fúnebre
infinito y frágil,
que por el campo tiembla como apagándose,
con tus sombras pálidas
y transparentes
que agita un hondo viento pesado de recuerdos,
queriendo ahogar el día
con un rumor obscuro de crecida.
Juan L Ortiz
De El agua y la noche (1933)