IV
Cada vez que estoy contigo, mis ojos acarician
el turbante de ébano
que rodea tus facciones bellas.
Porque mi sentimiento extraño,
al girar continuamente,
no puede encontrar un punto para detenerse.
La sencillez del tic-tac de tu alma
está formando guardia doble
con las campanas solemnes de mi alma.
Pero te amo.
Porque te he encontrado.
Jaime Saenz