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22 de marzo de 2022

Sobre la lectura (1911), Herman Hesse

Sobre la lectura
(1911)

 
 La mayoría de las personas no sabe leer, y la mayoría no sabe bien por qué lee. Los unos ven en la lectura un camino difícil aunque ineludible hacia la «cultura». Los otros consideran la lectura una diversión fácil, con la que matar el tiempo y en el fondo les es indiferente lo que leen con tal de que no les aburra.
 Herr Müller lee el «Egmont» de Goethe o las memorias de la margravina de Bayreuth, porque espera hacerse así más culto y colmar una de las muchas lagunas que presiente en sus conocimientos. Ya el hecho de que sienta y controle con tanto temor esas lagunas es un síntoma de que sabe abordar la cultura desde fuera y que la considera como algo que hay que adquirir con trabajo, es decir que por mucho que estudie, toda la cultura permanecerá en él muerta y estéril.
 Herr Meier lee «por diversión», es decir por aburrimiento. Tiene tiempo, es rentista, tiene incluso mucho más tiempo del que es capaz de ocupar con sus propias fuerzas. Así que los escritores le tienen que ayudar a matar su largo día. Lee a Balzac como fuma un buen cigarro, y lee a Lenau como lee el periódico.
 Sin embargo estos mismos Herr Müller y Herr Meier, igual que sus mujeres e hijos, no son tan arbitrarios y tan poco independientes en otros asuntos. No compran ni venden valores del Estado sin tener buenas razones, han comprobado que las comidas pesadas sientan mal por la noche y no realizan más esfuerzo físico que el que les parece absolutamente necesario para adquirir y conservar la salud. Algunos de ellos hacen incluso deporte y tienen una ligera idea del secreto de este curioso pasatiempo por el que una persona inteligente no sólo se puede distraer, sino también rejuvenecer y fortalecer.
 Pues bien, igual que Herr Müller hace gimnasia o rema debería leer.
 No debería esperar de las horas que dedica a su lectura menos ganancias que de aquéllas en las que atiende a sus negocios y no debería dejarse impresionar por ningún libro que no le enriquezca con un nuevo conocimiento vivido, que no le haga un poco más sano y un día más joven. Debería preocuparse de la cultura tan poco como se preocupa por conseguir una cátedra y debería avergonzarse del trato con ladrones y rufianes de novela como se avergonzaría del trato con indeseables reales. Pero el lector no piensa de una manera tan sencilla; o ve el mundo de la letra impresa como un mundo absolutamente superior donde no rigen el bien y el mal, o lo desprecia en su fuero interno como un mundo irreal, inventado por especuladores, en el que se adentra por aburrimiento y del que sale con la sensación de haber pasado un par de horas relativamente agradables.
 A pesar de este enjuiciamiento erróneo y negativo de la literatura, tanto Herr Müller como Herr Meier, leen demasiado. Sacrifican a algo que en el fondo de su alma no les importa nada, más tiempo y atención que a algunos negocios. Sospechan vagamente que en los libros tiene que haber escondido algo valioso. Pero muestran con ellos una dependencia pasiva que en los negocios les llevaría pronto a la ruina.
 El lector que busca pasatiempo y recreo y el lector que se interesa por la cultura, presienten que en los libros hay fuerzas secretas de solaz y estímulo intelectual que no conocen ni saben valorar exactamente. Por eso hacen como un enfermo imprudente que sabe que en la farmacia hay muchos remedios buenos, y que se ponen a probar estante por estante, y frasco por frasco. Sin embargo, tanto en la farmacia real, como en la librería y la biblioteca cada uno podría encontrar la hierba adecuada y en lugar de envenenarse y empacharse podría sacar de allí fuerzas y estímulos.
 Para nosotros los autores es agradable que se lea tanto y quizás sea estúpido que un autor piense que se lee demasiado. Pero a la larga satisface poco un oficio que por todas partes es víctima de mal entendidos y abusos, y diez buenos lectores agradecidos son preferibles, —a pesar de que los derechos de autor sean más pequeños— y dan más alegrías que mil lectores indiferentes.
 Por eso me atrevo a afirmar que por todas partes se lee demasiado, y con ese exceso de lectura no se le hace ningún honor a la literatura sino una injusticia. Los libros no están para hacer aún más dependientes a las personas dependientes, y mucho menos están para proporcionar a las personas incapaces de vivir, una vida barata de mentira y evasión. Al contrario, los libros sólo tienen un valor si conducen hacia la vida y le sirven y son útiles, y cada hora de lectura es inútil si no proporciona al lector una chispa de fuerza, un atisbo de rejuvenecimiento, un hálito de nuevo frescor.
 Ya desde un punto de vista externo, la lectura es un motivo, una obligación para concentrarse, y no hay nada más falso que leer para «distraerse». El que no esté enfermo no debe distraerse sino concentrarse y dedicar siempre, en todas partes y a todo lo que haga, piense o sienta, todas las fuerzas de su ser. Por eso al leer hay que notar antes de nada que todo libro honesto constituye una concentración, una síntesis y una simplificación intensa de cosas complicadas. Cualquier pequeña poesía es ya una simplificación y una concentración de sensaciones humanas, y si al leer no tengo la voluntad de colaborar y participar con atención soy un mal lector. La injusticia que cometo así con un poema o una novela, puede serme indiferente. Pero al leer mal cometo sobre todo una injusticia conmigo mismo. Dedico tiempo a algo inútil, empleo fuerza visual y atención a cosas que no me son en absoluto importantes y que ya de antemano estoy dispuesto a olvidar rápidamente, fatigo mi cerebro con impresiones que no me sirven para nada y que no puedo digerir.
 Se dice a menudo que los periódicos tienen la culpa de esta manera de leer equivocada. Yo lo considero completamente falso. Se puede leer todos los días un periódico o varios y hacerlo concentrado y con entusiasmo y hasta se puede realizar un ejercicio sano y valioso en la elección y rápida combinación de las noticias. Y se pueden leer las «Wahlverwandschaften»
 («Las afinidades electivas»), como un pedante de la cultura o como un lector que busca el pasatiempo, de una manera que carece absolutamente de valor.
 
 La vida es breve y en el más allá no preguntan a nadie por el número de libros que ha leído. Por eso es imprudente y perjudicial pasar el tiempo con lectura fútil. No estoy pensando siquiera en libros malos sino sobre todo en la calidad misma de la lectura. De la lectura, como de cada paso y cada respiración que se hace en la vida, hay que esperar algo, hay que dedicar fuerzas para cosechar fuerzas más ricas, hay que perderse para encontrarse más conscientemente. Es inútil conocer la historia de la literatura, si de cada uno de los libros leídos no hemos obtenido alegría o consuelo, fuerza o paz del espíritu. La lectura superficial, distraída, es como caminar por un paisaje bonito con los ojos vendados. Tampoco debemos leer para olvidarnos a nosotros y nuestra vida cotidiana, sino al contrario, para volver a tomar con mano firme y con mayor conciencia y madurez nuestra propia vida. Debemos acercarnos a los libros no como colegiales asustados a profesores fríos, ni como desesperados a la botella de aguardiente, sino como montañeros a los Alpes, como guerreros al arsenal, no como fugitivos y desganados de vivir, sino como personas de buena voluntad a los amigos y salvadores. Si así fuese, apenas se leería la décima parte de lo que se lee ahora y todos estaríamos diez veces más contentos y seríamos diez veces más ricos. Y aunque eso condujese a que nuestros libros no se comprasen, y llevase a su vez a que nosotros los autores escribiésemos diez veces menos, para el mundo no sería ninguna pérdida. Porque hay que reconocer que no se escribe mejor de lo que se lee.

 
Herman Hesse
 
 
 

21 de marzo de 2022

Dejen que le diga a los jóvenes: Leonard Cohen


 
Dejen que le diga a los jóvenes:
no soy sabio, ni rabino, ni roshi, ni gurú
soy un mal ejemplo.
A las personas con experiencia
que han señalado el trabajo de mi vida
como algo barato, superficial, pretencioso, insignificante:
les digo; no saben
la razón que tienen.
Entre las putas
hay algunas
que preferimos hacer bien el amor
y entre (aquéllas) éstas
algunas
lo hacen gratis,
Yo soy una puta
y un yonqui.
si alguna de mis canciones
te hizo más fácil
algún momento,
por favor, no olvides esto.
 
 
Leonard Cohen
versión de J.L.C.

20 de marzo de 2022

Esto es una amenaza, Leonard Cohen


Esto es una amenaza.
¿Sabes lo que es una amenaza?
No tengo vida privada.
Te suicidaras
o serás como yo.
 
Leonard Cohen
 
Versión de Jose Luis Colombini

 

19 de marzo de 2022

Qué hago aquí, Leonard Cohen

Qué hago aquí
 
No sé si el mundo nos mintió
Yo he mentido
Yo no sé si el mundo ha complotado contra el amor
Yo he complotado contra el amor
El clima de tortura no sirve de consuelo
Yo he torturado
Aunque no hubiera existido la nube en forma de hongo
habría odiado
Escúchame
Yo habría hecho las mismas cosas
aunque no existiera la muerte.
Me niego a que se me sujete como a un borracho
bajo el frío grifo de los hechos.
Yo rechazo la coartada universal
Como un ninfomaníaco que ata a un millar
en una extraña hermandad
Yo espero
a que cada uno de ustedes confiese
 
Leonard Cohen
versión de J.L.C.

 

 

18 de marzo de 2022

Regalo, Leonard Cohen

Regalo
 
 
Me decís que el silencio
está más cerca de la paz que los poemas
pero si como regalo
te trajera el silencio
(porque yo conozco el silencio)
vos me dirías
Esto no es silencio
esto es otro poema
y me lo devolverías.
 
Leonard Cohen
 

 

 

17 de marzo de 2022

Durante mucho tiempo, Leonard Cohen

Durante mucho tiempo
 
Durante mucho tiempo
                             no tuvo música,
                             no tuvo decorados.
                    
Mató a tres personas
                      en las tinieblas de su ambición.
La lluvia no pudo ayudarle.
 
Sigue tu camino,
                    esto no es una visión que se te
                    ofrezca,
esto es la verdad.
 
Leonard Cohen
 
Versión de Jose Luis Colombini

 

16 de marzo de 2022

Me gustaría leer... Leonard Cohen


Me gustaría leer...
 
Me gustaría leer
uno de los poemas
que me empujaron a la poesía.
No recuerdo ni un verso,
no sé dónde buscar.
Lo mismo
me ha pasado con el dinero,
las mujeres y las conversaciones
cuando la tarde agoniza.
Dónde están los poemas
que me alejaron
de todo lo que amaba
para llegar a donde estoy
desnudo con la idea de encontrarte.
 
Leonard Cohen
 
Versión de Jose Luis Colombini

 

15 de marzo de 2022

13 de marzo de 2022

Hacia el grito, Osvaldo Guevara


 

Hacia el grito
 
Las cosas se empapan de mi ser
cuando las nombro, sacerdotalmente:
rosa, piedra, cuchillo, bruma, polen, caballo,
raíz, harina, vino, golondrina…
 
Ah, la palabra que recorta y decide,
que humea y huele,
que bulle, palpa y pesa,
que rezuma su esencia, agazapada
como en la pluma el vuelo.
 
Digo las cosas con labios codiciosos y húmedos,
las paladeo apretadamente,
las siento saltar como tibios surtidores en mi lengua,
reír como un rocío juvenil en mi garganta,
percutir sus frescas chispas en mis dientes,
revolotear frente a mis cejas,
resbalar por mis manos,
florecer la tierra seca del silencio.
 
Y en esta soledad de larga tierra escapándoseme
ante el camino que estremece mis pies
insomnes y curiosos
aspiro el aroma de las leguas,
presiento vientos ásperamente atormentados,
escucho mi sangre suelta, proyectándome
a despecho del cuerpo en las palabras:
mar, vaca, pájaro perdiéndose,
nube, caracol cauto, ruda rama
alambrados hirsutos arando en mis dedos,
río bruñendo, sol revuelto, todo,
ah, todo,
respira ya en mi boca, dientes, lengua
y se envuelve, cantando, en mi saliva…
 
Pero yo tuviera una palabra,
una palabra única:
rotunda y palpitante como el casco de un toro,
delgada como los párpados del aire,
leve y tremenda,
vilano en la tormenta…
Ah, la palabra total, ceñuda y parturienta
que me llueva en la voz
un puro paracaídas de paloma
ese pausado peso arrepentido
de tu vida en mi piel.
 
Osvaldo Guevara
De La sangre en armas
UniRío editora, Universidad nacional de Río Cuarto 2015
 
 

12 de marzo de 2022

Osvaldo Guevara recordando a Oscar Guiñazú Álvarez

 Osvaldo Guevara recordando a Oscar Guiñazú Álvarez
Acto Homenaje al Poeta y mentor del Grupo Literario Tardes de la Biblioteca Sarmiento Oscar Guiñazú Álvarez 9 de julio de 2010

11 de marzo de 2022

Casi Tu, Osvaldo Guevara



Casi tú
 
Hoy
encontré
en la calle
entre motores y tenderos
una mujer
igual
que tú.
 
Navegables
los ojos
descendientes
las manos
del aire
y su abandono
los pies
de saltar pájaros caídos
la cintura
inasible
grito en mitad del mar.
 
Me le acerqué
azorado
tembloroso
impaciente
y no eras tú.
 
No oí su voz
pero
presiento que era
menos tibia y mojada
no nacida
anhelante
del fondo
de los besos
ah,
tu voz de agua alegre sobre piedras con sed.
 
No eras tú
y hace tanto
que no te veo
tanto
y pudiste ser tú
esa mujer
bellísima
esa mujer
igual
casi tú
sin
tu voz.
 
Aunque ya no me quieras,
te demando
amor mío
no parecerte a cada mujer mágica que ande
por mis calles confusas
o ser
en lo posible
si a alguna te pareces
en lugar de
ella
extraña
directamente
 
tú.
 
 
Osvaldo Guevara


10 de marzo de 2022

Ubérrima, Osvaldo Guevara

Ubérrima
 
Con un súbito golpe de cintura
y abriendo el verde la muchacha brilla
E1 sol -tigre de circo- se le humilla
y hasta sonríe con su dentadura.
 
Un galope de pastos se apresura
al río dulce de la pantorrilla.
Todo el olor del campo se engavilla
bajo su pelo de bandada oscura.
 
Acompasando al trigo la cadera
llega al corral de vértigos nupciales
donde un ternero solitario gime.
 
Y un peón sentado junto a una lechera
mira la fértil blusa y las frutales
ubres de miel rabiosamente oprime.
 
 
Osvaldo Guevara
De La sangre en armas
UniRío editora, Universidad nacional de Río Cuarto 2015

 

9 de marzo de 2022

Palabra Cantada Osvaldo Guevara y Jorge Trueno Soria

 Palabra Cantada Osvaldo Guevara y Jorge Trueno Soria 9 de noviembre 2019.

 Una conversación desde la palabra y las canciones -poesía contenida en el cancionero popular argentino, en la voz y la mirada de Osvaldo Guevara y de Jorge Trueno Soria

 

8 de marzo de 2022

Poetas, Osvaldo Guevara


 

Poetas
 
“…un sujeto en el que lo humano tiene tiempos de cambio muy diferentes al de los organismos artificiales.”
 
Me escriben cartas fraternales
sobre mis libros.
 
Cuando nos encontramos
su mano brilla en mi hombro como una charretera.
 
Pero
“es demasiado humano”
cuchichean
olímpicos.
 
El poeta y el hombre
en mí caminan con el mismo paso.
 
(Plumajes altaneros
no garantizan vuelos altos.)
 
Poesía Eres Tú
Esos poetas
que parecieran ser los únicos
en saber
a ciencia cierta
o ciencia infusa
qué es la poesía
y hablan de ella
parados
en el último eslabón de las gradas
que conducen al templo.
 
Esos poetas…
Yo no sé lo que es la poesía.
Tal vez
mi poesía sí
y no sepa decírmelo.
 
Osvaldo Guevara de Sin pena en la palabra, Edición de Autor (Código Gráfico), Villa Dolores, Córdoba, Argentina, 2007
 
 

7 de marzo de 2022

Gabriela Bayarri leyendo Café Amadeus de Osvaldo Guevara

 Café Amadeus de Osvaldo Guevara leído por Gabriela Bayarri
Abril de 2010


 


 
Café Amadeus
 
Entre las sillas atestadas
tus pasos te derivan
hacia el invierno de mi mesa.
 
Tontamente se entreabre
mi boca reseca.
 
Intima como un aire de abanico
tu pollera
barriendo
los ruidos indeseables
el olor a tristeza.
 
Osvaldo Guevara de Sin pena en la palabra 2008

 

6 de marzo de 2022

Entre las hojas, Gabriela Bayarri

ENTRE LAS HOJAS
 
He viajado cansadamente
por las estaciones,
he pisado las hojas,
también vencidas de otoño,
recostadas
      en los senderos de las plazas.
 
Caminé inútilmente laberintos de cristal,
hasta que me perdí,
buscando el regreso.
 
 
Gabriela Bayarri
 


 

5 de marzo de 2022

Ella escribe, Gabriela Bayarri


ELLA ESCRIBE, Gabriela Bayarri
 
Escribe porque las palabras le fluyen, no por la garganta, sino por los dedos. Le es imprescindible siempre tener una lapicera a mano, un lápiz, papel, servilleta, lo que sea, porque las musas, a ella, se le aparecen en cualquier circunstancia, son como mariposas fugaces, que ella debe atrapar, correr a veces, matar otras. Lo cierto es que ella casi no habla, porque las palabras le salen mejor escritas. Escribe porque ella, COMO DECÍA Alejandra Pizarnik, siente que “no es de este mundo”, sospecha que vino de un libro de cuentos, y tiene la certeza de que deberían haberla dejado vivir adentro de él. Si hubiera podido elegir, viviría como  Alicia, en el país de las maravillas. Se siente arrojada y ajena a este mundo, sería muy feliz viviendo adentro de un libro de aventuras.
Lee mucho entonces, es la forma que tiene de buscar el camino de retorno a su casa, a aquél libro, a su mundo. Escribe porque ella viaja con las palabras, va de unas páginas a otras como recorriendo planetas, paisajes, aventuras. Por eso, ella, escribe.

 



 La foto, con el velo del tiempo pasado, tal vez se haya tomado en 1980. Son dos poetas, Alejandro Nicotra, a la derecha, su inseparable pipa, y el gesto aparentemente adusto; pero con su abrazo inmenso de ternura, sobre los hombros de Ricardo Herrera, poeta y creador de la revista Hablar de Poesía (asoma un niño, parece un sol). El lazo que uniría esa amistad, vigente hasta la actualidad, fue la poesía. También fue la excusa de la palabra poética la que unió mi destino a Alejandro, para sumarme al consejo de redacción de la revista Asueto, hojas de poesía, en 2004. Aún hoy, extraño la tibieza de esas reuniones de los sábados por la mañana en Café Amadeus, frente a la plaza principal de Villa Dolores. Pero lo más valioso, es que aún perdura ese regalo sutil e invisible: la amistad, la ternura, los consejos literarios, y el mismo abrazo. Celebro la vida con este poema, que le regalé hace unos días.

 

EL ABRAZO DE LA FOTO
 
a Alejandro Nicotra
 
El mismo abrazo de esa foto en sepia,
la mirada más templada, serena,
la mano protectora, solitaria
hacia los nuevos, escasos poetas.
 
El mismo abrazo, idéntica luz
que hoy nos ampara,
como la entrañable sombra de la parra
que te cubría, allá en tu infancia,
junto al Tono*.
 
El abrazo que nos lleva a perdernos,
infinitamente,
en un laberinto de palabras.

 
Gabriela Bayarri

 
*El Tono es el apodo familiar con el que nombraban al gran poeta puntano Antonio Esteban Agüero.





4 de marzo de 2022

Hostal Hispania, Gabriela Bayarri

HOSTAL HISPANIA
 
Desde aquí,
uno podría sentarse y decir
que espera la quietud del mundo
 
En este refugio para despedir la tarde
en la espalda de las Sierras Grandes,
la mirada se pierde entre los oscuros,
misteriosos verdes.
 
Preguntas si el sentido está aquí o del otro lado,
interrogas al insondable futuro,
al equívoco pasado y sus aprendizajes;
 
y así podrías estar repasando la existencia
de toda la humanidad,
sentado en la orilla de esta galería
-con huellas de otro siglo-.
 
La tarde se sumerge en las nubes grises, azules,
que descienden desde los cerros
y parecen tangibles.
 
Desde aquí,
uno podría quedarse y sentir
que ha nacido el mundo.
 
Gabriela Bayarri


Créditos de la foto que ilustra el post; Pablo Anadón 

 

3 de marzo de 2022

Bar cuartito azul, Gabriela Bayarri


BAR CUARTITO AZUL
 
Sentarse en el café
y mirar hacia la plaza,
mientras serenamente a los árboles
le nacen las hojas.
 
El sol estampa borrosas figuras en la vereda,
 
es, una vez más, el despertar sutil de la primavera.
la mañana se vuelve instante fugaz,
ciclo de la eternidad.
 
Gabriela Bayarri

 

1 de marzo de 2022

Recuerdos de carnaval, Gabriela Bayarri

 Recuerdos de carnaval, Gabriela Bayarri
 
Video poético. Café Literario del Jueves 18 de Febrero de 2010, en Big Pancho, Sarmiento 269, Villa Dolores, Capital de la Poesía, Traslasierra, Córdoba, Argentina. Cuyo tema fue EL CARNAVAL y coordino la velada José Luis Colombini

 

28 de febrero de 2022

Un río, Rodolfo Edwards

Un río
 
por las líneas de mi mano
cruza un río
que me lleva hasta ti
 
Rodolfo Edwards

Rodolfo Edwards (Buenos Aires, 1962), es un poeta y crítico de poesía argentino. Nació en el barrio porteño de La Boca. Es licenciado en Letras, especializado en literatura argentina y latinoamericana. Editó las revistas La Mineta y La Novia de Tyson y participó de la redacción de 18 Whiskys, dirigida por José Villa y en la que también colaboraron otros poetas de la llamada Generación del 90.
En 2007 dirigió la Clínica de Escritura de Poesía para autores jóvenes en el Centro Cultural Ricardo Rojas, dependiente de la Universidad de Buenos Aires. Colabora en programas de radio y en suplementos culturales de diarios y revistas de Buenos Aires. Publica regularmente sus poemas en su blog El Rey de la Boca.
A publicado: Culo criollo (1999), That's amore (2000), Rodolfo Edwards (2000), Los Tatis (2003)
¡Vamos con esas imágenes! (2005), Mosca blanca sobre oveja negra (2007), The real poncho (2011), Panfletos de papel picado (Peces de Ciudad Ediciones - 2015)
 
http://reydelaboca.blogspot.com.ar/

 


 

27 de febrero de 2022

Monedas de lodo, Rodolfo Edwards


 

Monedas de lodo

 

Tu cuerpo es una moneda de lodo derritiéndose bajo la lluvia. El café se derramó casi todo en el platito. Tembleque.

 

Rodolfo Edwards

26 de febrero de 2022

La borra de la poesía, Rodolfo Edwards


 

LA BORRA DE LA POESÍA
 
un alud de palabras arrastró al poeta
y perdió el sentido
y ahora no hay
arriba ni abajo
ni derecha ni izquierda
en el agua del mundo
boyan letras de colores
restos de cotillón
papel picado nuevamente picado
la borra
la inmensa borra de la poesía
 
 
 
Rodolfo Edwards

25 de febrero de 2022

Oda la dactilografía, Rodolfo Edwards

 

ODA LA DACTILOGRAFÍA

 
si solo es una letra la que separa
al pelado del peludo
¿no será que el pelado es pelado
y el peludo peludo
por un error de tipeo?
 
el dactilógrafo es un pequeño dios.

 
Rodolfo Edwards

24 de febrero de 2022

Alegrías y tristezas, Rodolfo Edwards

Alegrías y tristezas
 
 
comparada con la tristeza
la alegría es sonsa
y sí
para ser alegre
hay que ser medio pavote
el triste corre con ventaja
hay más adjetivos para la tristeza
que para la alegría
la angustia corroe el alma
pero fortifica la poesía
el triste necesita planillas
largos inventarios
visera de cagatintas
y gruesas gafas de joyero
porque que otra cosa que joyas
son las penas
joyas que decoran
el largo cuello de la poesía
la tristeza es larga
a veces dura toda la vida
en cambio el alegre
sólo canta las canciones del verano
con su guitarrita de juguete
y un cucurucho de limón
clavado en la frente
para el alegre el mundo
es una larga playa sin solución de continuidad
una pelota rebotando sin cesar y para siempre
el triste se detiene en detalles
como contar las imperfecciones
de los trajes en los subtes
o cuánto avanzo hoy
la araña con su telaraña
para el triste la hoja en blanco
es una cámara de torturas
para el alegre
una pileta pelopincho
una ruta soleada
el alma del triste
boya río arriba
como una medusa desmelenada
el alma del alegre
resplandece en la oscuridad
con bichitos de luz y linternas mágicas
mientras el triste hunde sus manos grises
en el áspero tesoro de la lengua
 
los que estamos de este lado de la bohemia
hoy estamos alegres
nos emborrachamos otra vez
como siempre
porque creemos firmemente
que cualquier motivo
es bueno
para celebrar la alegría
 
Rodolfo Edwards
 
 

23 de febrero de 2022

Cuando la ciudad se me quiebra en la diagonal, Rodolfo Edwards

Cuando la ciudad se me quiebra en la diagonal

 
 
qué perverso criminal
diseñó ese bar
igualito a la oficina
cuando morfás al mediodía
parece que siguieras laburando
cuchillo y tenedor
pico y pala
codo contra codo
almizcle de perfumes varios
y el rezongo del mozito
por la nula propina
y la gomina petrificada
en el pelo del ayer
el plato es un monitor
donde tu cara se refleja
y te mira con tristeza
en las altas torres del Puerto Madero
con el maravilloso pulso de César Pelli
se está dibujando
una carita feliz
entre las nubes
que lentamente hacia el sur
se desplazan
casi un ballet
de piernas solas
de piernas tantas
entre códigos de barras y sellos
y etiquetas sin nombre
en una gran marquesina
tachaduras del destino:
-tachame la doble-
Y Dios que chorrea
de los aires acondicionados
y Dios que chorrea
de los dinteles de los antros matinales
y Dios que chorrea
por debajo de las grandes de muzzarella
cuando la ciudad se me quiebra en la diagonal
junto todos los pedazos
y no estoy en la primera ni en la tercera
dimensión
y dale que me hago sopita
frente a ti
y me tomás a grandes cucharadas
bajo la cruz del sud
y dale que me hago el logi
y me olvido por un rato
del mundo de Buenos Aires
de Enrique Pinti y de Perón también
 

Rodolfo Edwards

 
 

22 de febrero de 2022

Donde gano todas las batallas, Rodolfo Edwards

DONDE GANO TODAS LAS BATALLAS
 
 
mientras el cielo y el mar
empatan en misterios
la tierra alrededor de mí
crea una isla de ti
donde gano todas las batallas
palabras entre nos
que son luces en la ribera del mundo
entonces creo en milagros
la transmigración del yo
a un durazno entre tus manos
ese día inmenso
que siempre hay en tus ojos
que me obliga a dibujar
soles a cada rato

                             
Rodolfo Edwards
 

21 de febrero de 2022

La vitrola popular, Rodolfo Edwards

La vitrola popular
 
un ringtone hace trinar
el comienzo de “Light my fire”
de los Doors
 
un tipo silba “La maza”
de Silvio Rodríguez
 
dos pibes tocan “So What”
de Miles Davis
 
un poco más allá
suena Cantaloupe Island
de Hancock
 
gotas musicales caen
por el torso de la ciudad
que lleva 500 años despierta
 
como un boludo me emociono
y una lágrima de niño
salta de mi mejilla
como una pulga
 
Rodolfo Edwards


 

20 de febrero de 2022

Los muchachos surrealistas todos unidos perderemos, Rodolfo Edwards

 

LOS MUCHACHOS SURREALISTAS TODOS UNIDOS PERDEREMOS
 
acabo de ver
a un hombre
de avanzada edad
con un rollo
de papel higiénico
en una mano
y un paraguas
en la otra
 
era el hombre
más triste
más triste del mundo
 
Rodolfo Edwards

19 de febrero de 2022

Discos benditos, Rodolfo Edwards

 
DISCOS BENDITOS (Septiembre 2007)

 
Por la zona de Plaza de Constitución no sólo conviven chicas y chicos y otros engendros de la prostitución ambulante, barcitos desesperados y esa muchedumbre babilónica y víctima, no siempre pasiva, de medios de transportes cada vez más incómodos, más aptos para prácticas sadomasoquistas que para el transporte de nobles ciudadanos. Por Constitución también hay varias disquerías donde se pueden todavía conseguir discos de vinilo (una especie de negro dinosaurio en vías de extinción renacido en los últimos lustros gracias a las martingalas fluo de los afanosos DJ, esos simpáticos embusteros con carnet) a precios escandalosamente bajos (a 1 $ conseguí la edición original, en excelente estado, de un álbum de la pasional cantante brasileña Beth Carbalho). Una de estas tardecitas porteñas, revolviendo las viejas piezas de vinilo en uno de esos locales, asistí a una escena digna del mejor Roberto Arlt: un cura se presenta súbitamente en el local y acto seguido procede a practicar un exorcismo. Un empleado del local se pone en posición de atajar un penal, cierra los ojos y se encomienda a entidades invisibles, mientras el cura, después de abrir el ejemplar de una Biblia en una incierta página, salpica los discos y las paredes del lugar con copiosa agua bendita. Los azorados clientes presentes contemplamos la escena sabiendo, quizás, que fuimos testigos involuntarios de un acto irrepetible.

Rodolfo Edwards


Rodolfo Edwards (Buenos Aires, 1962), es un poeta y crítico de poesía argentino. Nació en el barrio porteño de La Boca. Es licenciado en Letras, especializado en literatura argentina y latinoamericana. Editó las revistas La Mineta y La Novia de Tyson y participó de la redacción de 18 Whiskys, dirigida por José Villa y en la que también colaboraron otros poetas de la llamada Generación del 90.
En 2007 dirigió la Clínica de Escritura de Poesía para autores jóvenes en el Centro Cultural Ricardo Rojas, dependiente de la Universidad de Buenos Aires. Colabora en programas de radio y en suplementos culturales de diarios y revistas de Buenos Aires. Publica regularmente sus poemas en su blog El Rey de la Boca.
A publicado: Culo criollo (1999), That's amore (2000), Rodolfo Edwards (2000), Los Tatis (2003)
¡Vamos con esas imágenes! (2005), Mosca blanca sobre oveja negra (2007), The real poncho (2011), Panfletos de papel picado (Peces de Ciudad Ediciones - 2015)
 


16 de febrero de 2022

El compañero de los pájaros, Alberto Girri


El compañero de los pájaros
 
Como el amor
                        que se posa
cada día sobre la ramita
                       que puede morir
 
Así brota tu amor
lozano
            vigoroso de sol
compañero de los pájaros...
 
Alberto Girri
De "W.C.W. :Doce versiones"
 


 

15 de febrero de 2022

Cuando la idea del yo se aleja, Alberto Girri

Cuando la idea del yo se aleja
 
De lo que va adelante
y de lo que sigue atrás,
de lo que dura y de lo que cae,
me deshago,
abandonado quedo
del fuerte soplo,
del suave viento,
y quieto, las espaldas
vueltas las manos hacia arriba,
apoyo en el suelo,
corazón
abjurando de armas, faltas,
de oraciones donde borrar las faltas,
blando organismo, entidad
que ignora cómo decir: “Yo soy ”
y en la enfermedad y la muerte,
vejez y nacimiento,
y a no encontrarán lugar,
como no lo encontraría el tigre
para meter su garra,
el rinoceronte el cuerno,
la espada su filo.
Antes hacía, ahora comprendo.
 
Alberto Girri
 
 

14 de febrero de 2022

Canción de amor, Alberto Girri

Canción de amor
 
Aquí yazgo pensando en ti:
¡La mancha del amor
se extiende sobre el mundo!
¡Amarilla, amarilla, amarilla
roe las hojas,
unta con azafrán
las cornígeras ramas que se inclinan
pesadamente
contra un liso cielo púrpura!
No hay luz,
sólo una espesa mancha de miel
que gotea de hoja en hoja
y de rama en rama
desluciendo los colores
del mundo entero;
 
¡tú allá lejos
bajo el rojo zumo del oeste!
 
Alberto Girri
De "W.C.W. :Doce versiones"

 

13 de febrero de 2022

Cámara oscura, Alberto Girri

 

Cámara oscura

 
Mientras espera que la desnuden,
la ex presión se esfuerza en desearse
a sí misma en blanco y negro,
 
                     y el ojo cuidadoso acecha
hasta sorprenderla empañándose,
empañada por matices de tensión,
físico desamparo.
 
                      Se trata de cazar,
y se trata de robo,
                                 la víctima
lo consciente, sometiéndose,
y el ladrón llena de facciones, visajes,
su bolsa;
 
no supone angustias, trabajo aflictivo,
incomodidad, suceso infeliz.
                          pero es un tomar lo ajeno
desde artificios que requieren
ingenio en proporción directa
con la propiedad, limpieza,
austeridad de recursos,
 
              y soluciones fortuitas, ocurrencias,
"Improvisación creadora", diría
de su pillaje el que aquí, súbito,
se decide a atacar cubriendo
las lentes con tules, muselinas,
                  y en el incomparablemente joven
perfil modela por distorsiones
otra carne, helada y luminosa,
                     placidez de máscara noh,
                     ascenso a lo andrógino.
 
Alberto Girri

 


12 de febrero de 2022

Andrómeda, Alberto Girri

Andrómeda
 
La Andrómeda del Tiempo, impar en la belleza y el agravio,
sobre este rudo peñasco ahora escruta largamente hacia uno
y otro brazo de la costa,
su flor, su porción de v ida, condenada a ser alimento del dragón.
Muchos golpes y venenos la tentaron y acecharon una v ez;
pero desde Occidente oye ahora el rugir de una bestia
más salv aje que las demás, más desenfrenada
en sus daños, más inicua y más obscena.
¿Es que su Perseo se demora y la libra a sus vehemencias?
Pero él, hollando por un tiempo el aire suave como una almohada,
suspende sobre ella que se diría abandonada, sus pensamientos,
mientras, desgarrada hasta la angustia, su paciencia
crece, luego consigue desarmarla, y nadie lo sospecha
con los arneses y hierros de la Gorgona, correas y dientes.
 
Alberto Girri
 

3 de febrero de 2022

Niña ausente, Alejandro Nicotra


NIÑA AUSENTE
 

 
I.
¿Seré de olvido en tu pecho
esta tarde azul, vestida
de nubecillas de fuego?
 
II.
Un pájaro pía, cerca,
en un alamillo nuevo;
el agua canta en la acequia;
el sol se desangra, lejos...
Y tú, cercana, lejana,
¿sabes que te estoy queriendo?
 
III.
¿Qué nubecillas verás,
desde qué ventana abierta,
alta sobre la ciudad?
 
IV.
Nuestro pueblo tiene
un olor a hierba,
un silencio con grillos,
una cálida estrella...
En la hora lenta,
¡qué grato es pensarte,
niña,
con el son errante
de vagas esquilas!
 
 
 
Alejando Nicotra

 

2 de febrero de 2022

Tierra adentro, Alejandro Nicotra


 
 
 
TIERRA ADENTRO
 

PUEBLO
 

 
Pueblo de espinillo y paloma,
pueblo de paredes solas
y sol de piedra.
En el sol,
               el harapo:
piel y polvo.
(Por los caminos, van tus pies de seis años:
un pájaro, una mariposa, una serpiente.)
En el sol,
               la cruz de palo
-y su panal y su corona de avispas-.
Sí, pueblo de espinillo y paloma,
pueblo de paredes solas
y sol de piedra.
              *
 
PROVINCIA
 
Una a una,
aquellas casas se acostaron,
sus pies de piedra se tendieron entre barro y raíces,
las puertas abrazaron, ya vencidas, la noche,
la cal buscó el reposo de la luna:
se acostaron, durmieron,
soñaron con los muertos de sus patios
(entre las últimas conversaciones
hablaba una guitarra).
Definitivamente descansaron.
Y la tierra se cerró sobre sus techos.
 
 
PLAZA
 
El árbol-danzante y el árbol-espectro,
la fuente que reza,
y las lámparas sobre un cielo de invierno:
tu plaza, íntima y pública.
 
Ahí escuchas, en su voz, la ciudad,
no como un grito sino como un susurro:
hablándote.
 
Palabras, sabes, que le dicta la noche,
-veladas, como ella-
y que quiere el poema.
 
Alejando Nicotra

1 de febrero de 2022

Alejandro Nicotra leyendo y explicando los poemas Las Avenidas y El pan de las abejas, 16 de junio de 2011

 Homenaje con motivo del Día del Escritor a los sres. poetas: José María Castellano, Osvaldo Guevara, Rafael Horacio López y Alejandro Nicotra en el marco de la celebración del 50º Aniversario de la creación del "Encuentro Internacional de Poetas Oscar Guiñazú Álvarez".
Sala de Arte del Teatro Municipal, Villa Dolores, Capoital de la poesía, Traslasierra, Córdoba, Argentina.
Organizó Grupo Literario Tardes de la Biblioteca Sarmiento
16 de junio de 2011

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