A unas muchachas que hacen eso en lo oscuro
Bésense
en la boca, lésbicas
baudelerianas,
árdanse, aliméntense
o no
por el tacto rubio de los pelos, largo
a
largo el hueso gozoso, vívanse
la
una a la otra en la sábana
perversa,
y
áureas
y serpientes ríanse
del
vicio en el
encantamiento
flexible, total
está
lloviendo peste por todas partes de una costa
a
otra de la Especie, torrencial
el
semen ciego en su granizo mortuorio
del
Este lúgubre
al
Oeste, a juzgar
por
el sonido y la furia del
espectáculo.
Así,
equívocas
doncellas, húndanse, acéitense
locas
de alto a bajo, jueguen
a
eso, ábranse al abismo, ciérrense
como
dos grandes orquídeas, diástole y sístole
de
un mismo espejo.
De ustedes
se
dirá que amaron la trizadura.
Nadie
va a hablar de belleza.
Gonzalo Rojas