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Heme aquí al borde del espacio y lejos de
las circunstancias
Me voy tiernamente como una luz
Hacia el camino de las apariencias
Volveré a sentarme en las rodillas de mi
padre
Una hermosa primavera refrescada por el
abanico de las alas
Cuando los peces deshacen la cortina del
mar
Y el vacío se hincha por una mirada posible
Volveré sobre las aguas del cielo
Me gusta viajar como el barco del ojo
Que va y viene en cada parpadeo
He tocado ya seis veces el umbral
Del infinito que encierra el viento
Nada en la vida
Salvo un grito de antesala
Nerviosas oceánicas qué desgracia nos
persigue
En la urna de las flores impacientes
Se encuentran las emociones en ritmo
definido
Vicente Huidobro
De Tout- à- coup, 1925