EL ABANDONO SILBA
LLAMANDO A SUS AMIGOS...
El abandono silba
llamando a sus amigos.
La noche y el
sueño
amarran sus
caballos frente a las ventanas.
El dueño de casa
baja a la bodega
a buscar sidra
guardada desde el año pasado.
Se detiene el
reloj de péndulo.
Clavos oxidados
caen de las
tablas.
El dueño de casa
demora demasiado
-quizás se ha
quedado dormido entre los toneles-.
Una mañana busqué
grosellas al fondo del patio.
En la tarde este
mismo viento
luchaba con los
pinos a orillas del río.
Se detienen los
relojes.
Oigo pasos de
cazadores que quizás han muerto.
De pronto no somos
sino un puñado de sombras
que el viento
intenta dispersar.
Jorge Teillier