IDENTIDAD DE CÁNTARO
En el cántaro de la galería
abrevaba su sed el viento.
La abuela traía desde la vertiente
vasijas cargadas
de agua con sabor a menta,
brisas y pájaros,
cielos con nubes errantes
para guardar en el cántaro
Pero el viento
tenía sed de caminos
y ella se fue una tarde de enero.
Yo, que soy aire que busca la altura
me quedé juntando
ausencias, distancias y palabras
para guardar en el cántaro.
En horas que la soledad acosa
me gusta sumergirme
en las profundidades del tiempo,
allí donde moran las cosas que se aman.
Cuando regrese el viento
y tenga que irme
me pregunto
quién heredará
la identidad de cántaro.
Teresa Gómez Atala
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