El borracho
/a un poeta desconocido
bebía mi tercer cerveza en un bar de malamuerte
cuando se acercó arrastrando los pies
– ¿me daría unas monedas señor? –
– ¿y para qué son amigo? –
– bueno, le aseguro que no son para comprar un litro de
leche –
– bien, y dígame ¿qué hace usted de su vida? –
– beber ¿y usted señor? –
– yo…soy poeta…creo –
– ah, no está muy seguro, yo estoy seguro de ser borracho
–
– de acuerdo y ¿qué hace un borracho cuando está sobrio
para hacer de éste mundo perverso y absurdo un lugar mejor? –
– mire señor, yo no sé muy bien la diferencia entre estar
sobrio o borracho, pero de algo estoy seguro, los sobrios destruyeron el mundo
–
– tiene razón amigo, el poeta es usted, tome este
billete, pero con una condición, no lo vaya a gastar en leche -.
NOTA SOBRIA
Borracho
En muchas regiones rurales de España, aún hoy es habitual
servir el vino en odres o botas de cuero, usados desde muy antiguo con este
objeto. En el catalán del siglo XIV y en el castellano del siglo XV, estos
odres se llamaron borracha, palabra que, según Corominas, se habría formado por
el cruce de las voces catalanas botella (odre) y morratxa (redoma). A su vez,
esta última palabra se derivaba del árabe mirassa, que también significaba
‘redoma’. Más adelante, se llamó en español borracho al sujeto que, igual que
la bota, estaba ‘lleno de vino’, o sea, embriagado.
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