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31 de enero de 2024

Preguntas retóricas, jazmin de Alejandro Nicotra por José Luis Colombini

 Preguntas retóricas, jazmin de Alejandro Nicotra por José Luis Colombini

Video de la  5ª Maratón de Lectura, 18 de Junio de 2012 organizada y llevada a cabo por el Grupo Literario Tardes de la Biblioteca Sarmiento, 9 horas de lectura continua (de 9 a 18 Horas) en donde dieron su apoyo importantes personalidades del medio local, Periodistas, Escritores, Funcionarios Municipales, Judiciales, Docentes, Alumnos de nivel primario, secundario y terciario, Poetas, Público en general, en la sala de arte del Teatro Municipal de la ciudad de Villa Dolores (Mítico lugar de Traslasierra), "Capital de la Poesía", Traslasierra, Córdoba, Argentina.

30 de enero de 2024

Enumeración urbana, Alejandro Nicotra


 
Enumeración urbana
 
Las avenidas que corren en la noche
con todas sus lámparas encendidas, hacia el amor -
y desembocan en los baldíos y las sombras.
 
Y las plazas, los sitios
donde "el tiempo respira y dice, por árboles
y gárgolas:- Yo soy la eternidad . . .
 
Y los edificios, altos,
con ventanas abiertas a un millón de existencias
posibles. (Y no hay más que el cuarto, blanco y
negro,
en que alguien está solo. Cuartos
y cuartos como planetas fríos).
 
Y los puentes, anacrónicos
en la elegia y el suicidio, solo pasos
de una calle a otra calle.
 
Y las calles, que entre relámpagos
y gritos, te conducen
a la casa, sin nadie, de tu muerte.
 
Alejandro Nicotra

29 de enero de 2024

A Robert Frost, Alejandro Nicotra


 
A  Robert Frost
 
Esta mañana, entre las hojas frescas
y el atisbo del sol,
tembló el cable de Boston como un pájaro:
te has ido Robert Frost.
 
Le dije a mi mujer: -Voy al encuentro
de un hermano mayor.
Y caminé a la sombra de mis árboles,
A solas, Robert Frost.
 
Anoche era la luna en mis ventanas
un ave, no una hoz;
anoche, cuando yo nada sabía,
oh, Robert Frost.
 
Y anoche, entre los pinos y la nieve,
junto a un lago, el de Dios,
en un caballo de sombrío fuego
andabas, Robert Frost.
 
Ven a mi casa, dime de los frutos
la madura lección
(de paso, escucharemos las cigarras),
maestro, Robert Frost.
 
¡Ay, quien sabe de muerte! Pero, ¿importa?
Tú vives en tu voz
no más me basta que inclinar, despacio,
mi oído hacia una flor:
desde la tierra, por el tallo ardiente,
me hablarás, Robert Frost.
 
Alejandro Nicotra de “El tiempo hacia la luz” Editorial Hachette, Buenos Aires, 1967

22 de enero de 2024

Hacia mi mismo, Robert Frost

Hacia mi mismo
 
Uno de mis deseos es que aquellos árboles oscuros,
Tan viejos y firmes que la brisa apenas los penetra,
No fuesen la máscara de una penumbra discreta,
Estiradas sombras, lejos al borde del destino.
 
No he de ser retenido, pero en ese algún día,
En su inmensidad debería escabullirme,
Intrépido, buscando incesante la tierra abierta,
O el sendero donde la rueda lenta vierte arena.
 
No veo por qué yo debería volver,
O por qué los otros mis pasos deben rastrear
Para alcanzarme, pues deberían extrañarme,
Sabiendo largo tiempo que todavía los amo.
 
No me encontrarían distinto del que supieron contemplar,
Sólo más seguro de que aquello que pensaba era verdad.
 
Robert Frost
 
 

21 de enero de 2024

Amor y una pregunta, Robert Frost

Amor y una pregunta
 
Un extraño llegó hasta la puerta en el ocaso,
Y habló con el justo novio.
Llevaba una vara blanca y verde en la mano,
Que a su vez sostenía todas sus cargas.
Preguntó, más con los ojos que con los labios,
Si habría refugio para él durante la noche,
Y se volvió para mirar la distancia del camino,
Sin luces ni ventanas iluminadas.
 
El novio dio un paso y cruzó la puerta diciendo:
Miremos hacia el cielo,
Y preguntemos por la noche que vendrá,
Tú y yo, extraño compañero.
Las hojas de la vid cubrían el patio,
Los frutos de la vid eran azules,
Otoño, si, pero el invierno estaba en el viento;
Extraño, ojalá lo supiera.
 
Dentro, la novia yacía sola en el atardecer,
Inclinada sobre el fuego del placer,
Su rostro brillaba rojo frente al carbón,
Y rosa era el deseo y el pensamiento del corazón.
 
El novio observó el camino desgastado,
Sin embargo la vio a ella en el interior,
Y deseó su corazón en un cofre de oro,
Inmóvil con un alfiler de plata.
 
El novio pensó en un pequeño regalo,
Algo de pan, una bolsa para el descanso,
Una oración sincera por los pobres de Dios,
O para los ricos una humilde maldición.
 
Pero si aquel extraño fue consultado o no,
Sobre la muerte del amor de dos,
Por albergar la pena en la noche que vendrá,
El novio nunca lo supo, pero deseó saberlo.

Robert Lee Frost (San Francisco, 26 de marzo de 1874 - Boston, 29 de enero de 1963) fue un poeta estadounidense, considerado uno de los fundadores de la poesía moderna en su país por expresar, con sencillez filosófica y profundidad sentimental, la vida y emociones del hombre rural de Nueva Inglaterra.


 

20 de enero de 2024

Fuego y hielo, Robert Frost

Fuego y hielo
 
Algunos dicen que el fuego consumirá al mundo;
otros afirman que triunfará el hielo.
Por lo que yo sé acerca del deseo,
doy la razón a los que hablan de fuego.
Mas si el mundo debiera sucumbir dos veces,
pienso que sé bastante sobre el odio
para afirmar que su ruina sería igual de grande,
y con ella bastaría.
 
Robert Frost
 

18 de enero de 2024

El camino no elegido, Robert Frost


 
El camino no elegido

 
Dos caminos se bifurcaban en un bosque amarillo,
Y apenado por no poder tomar los dos
Siendo un viajero solo, largo tiempo estuve de pie
Mirando uno de ellos tan lejos como pude,
Hasta donde se perdía en la espesura;
 
Entonces tomé el otro, imparcialmente,
Y habiendo tenido quizás la elección acertada,
Pues era tupido y requería uso;
Aunque en cuanto a lo que vi allí
Hubiera elegido cualquiera de los dos.
 
Y ambos esa mañana yacían igualmente,
¡Oh, había guardado aquel primero para otro día!
Aun sabiendo el modo en que las cosas siguen adelante,
Dudé si debía haber regresado sobre mis pasos.
 
Debo estar diciendo esto con un suspiro
De aquí a la eternidad:
Dos caminos se bifurcaban en un bosque y yo,
Yo tomé el menos transitado,
Y eso hizo toda la diferencia.
 
Robert Frost

17 de enero de 2024

Lo más próximo, Robert Frost


Lo más próximo
 
Pensó que a solas podía captar el universo entero;
Pero la única voz que obtuvo por respuesta
Fue el falso eco de sí mismo
Que procedía del precipicio,
al otro lado del lago.
 
Una mañana, desde una roca de la playa,
Clamó que lo que él quería en la vida
No era una mera copia hablada de su propio amor
Sino un amor correspondido, y con voz propia.
Y la única respuesta encarnada
Capaz de dar respuesta a su queja matinal
Comenzó a descender, en la otra orilla,
por el talud del acantilado hasta el lago
para zambullirse después en las distantes aguas.
 
Pero cuando tras nadar un buen trecho se aproximó a su orilla
En lugar de poseer forma humana
Y de ser quien él tanto había anhelado
Resultó ser un gran macho cabrío, que aparecía poderoso
apartando las encrespadas aguas con su enorme pecho.
Y al llegar a tierra
Desprendiendo agua como una cascada,
Comenzó a tambalearse a través de las rocas con su cornamenta,
Hasta que se perdió en la maleza -y eso fue todo-.
 
Robert Frost

16 de enero de 2024

El peligro de la esperanza, Robert Frost

El peligro de la esperanza
 
Es justo allí
a mitad de camino entre
el huerto desnudo
y el huerto verde,
cuando las ramas están a punto
de estallar en flor,
en rosa y blanco,
que tememos lo peor.
 
Pues no hay región
que a cualquier precio
no elija ese tiempo
para una noche de escarcha.
 
Robert Frost

 

7 de enero de 2024

Llueve, y alguien está diciendo “llueve”. Vicente Luy


 
 
Llueve, y alguien está diciendo “llueve”. Si me equivoco
contradíganme con amor, porque con amor digo.
Si erro pónganme maestros, que luego yo les enseño,
porque con amor hago.
O ustedes, ¿Por qué creen que llueve; porque hace falta?
¿creen que llueve porque si? ¿por qué carajo creen que
llueve?
Llueve; y no sólo eso; la verdad es que hay un montón
de gente diciendo “llueve”.
Porque llueve.
Si me equivoco contradíganme con amor, porque
con amor digo.
 
Vicente Luy

5 de enero de 2024

Apenas pasa la tormenta, Vicente Luy

Apenas pasa la tormenta
los riachos de montaña embrutecen
y retumban
arrastrando árboles, gente
y algunos amores.
Yo una tarde
perdí un par de zapatillas
y vi pasar a una señora
rebotando río abajo contra las piedras
sin oponer resistencia.
Y me tenté, pero no me tiré.
Todo ese día fue el que no se tiró.
La lluvia de ayer, tarde
y noche,
fue mayúscula;
y si bien en casa hay otra vez hay goteras
y yo estoy sufriendo
mi susto fue lejano.
En el barrio ya no quedan montañas
y las diagonales solo dan remansos.
Pero un día después, hoy, aún húmedas
las puertas,
siento pánico y violencia.
¿Será el amor que se aleja?
No, no dije tristeza; dije pánico y violencia.
Vos quizás te acuerdes; yo soy
el chico que perdió las zapatillas
y la parrilla y una remera
y trepó presa del pánico,
justo a tiempo para ver pasar una señora
que ya no era una señora
rebotando río abajo,
a pasos de Icho Cruz. Y se tentó
pero no se tiró
-todo el día fue el que no se tiró-
Y hoy, mucho tiempo después,
un día después de ña tormenta
siente pánico y violencia,
¿Será el amor que se aleja?
 
Vicente Luy
 

4 de enero de 2024

Me gustó una chica fea, Vicente Luy

Me gustó una chica fea.
Mucho me gustó.
Y luego me encantó cómo besaba a su chico.
Es actriz, y él dibuja.
Amigos nuevos que no sé si volveré a ver.
Estoy saliendo a la calle
y a donde voy pido el micrófono, y leo.
Todavía temblando.
Pero ya se pasará.
Y si no, subo a 2 PROZAC por día.
Voy a devolver la poesía a su sitio.
Por lo menos en esta ciudad.-
 
Vicente Luy
Plan de operaciones
La única manera de vivir a gusto es estando poseído (2013)

 
 

3 de enero de 2024

Empiezo por la más obvia: ¿Qué es poesía?, Vicente Luy

Empiezo por la más obvia: ¿Qué es poesía?
En teoría, la única ciencia que se ocupa del problema
 
Vicente Luy
De No le pidan peras a Cuper (2003)

 

2 de enero de 2024

Acuden, Vicente Luy

Acuden
prestos a sostener la red
Le cubren la mollera al río
Zarandean
Cierran la gran bolsa inconclusa
Riegan el muelle
con peces plateados
algunos todavía aletean
como tentando al imposible
otros le sonríen al sol
demasiado de frente
 
Vicente Luy
De No le pidan peras a Cuper (2003)

 

31 de diciembre de 2023

Los niños, William Carlos Williams


 

LOS NIÑOS
 
De tanto en tanto
tropezamos con un sendero
de violetas amarillas
 
algunas
pocas azules grandes violetas
azules en
el bosque del cementerio
recogimos
manojos de ellas
 
había ahí una familia
llamada Foltette
una familia numerosa
con muchas tumbas de niños
así que recogimos
manojos de violetas
y pusimos uno
sobre cada lápida.
 
William Carlos Williams

30 de diciembre de 2023

Autorretrato, William Carlos Williams


 
Autorretrato
 
 
Con rojo gorro invernal azules
ojos sonriendo
solo la cabeza y hombros
 
embutidos en el lienzo
brazos cruzados la gran
oreja derecha el rostro
 
ligeramente inclinado
un grueso abrigo de lana
con anchos botones
 
abrochados al cuello revela
una nariz bulbosa
pero los ojos enrojecidos
 
por el uso excesivo debió
forzarlos
pero las delicadas muñecas
 
dejan ver que fue un
hombre ajeno al
trabajo manual su rubia
 
barba afeitada a medias
sin tiempo para nada
más que su pintura
 
William Carlos Williams

29 de diciembre de 2023

A una pobre vieja, William Carlos Williams

A una pobre vieja
 
masticando una ciruela en
la calle una bolsa de papel
está en su mano
 
le saben bien
saben bien
a ella saben
bien a ella
 
puedes notarlo
en su modo de darse
a la mitad del todo
chupada en su mano
 
le queda el consuelo
de ciruelas maduras
que parecen llenar el aire
y saben bien.
 
William Carlos Williams
 

28 de diciembre de 2023

Poema, William Carlos Williams

POEMA
 
La rosa se marchita
y renace otra vez
de su semilla, naturalmente
pero dónde
 
irá sino al poema
para no ver
disminuido
su esplendor
 
 
William Carlos Williams

 

27 de diciembre de 2023

Joven sicomoro, William Carlos Williams


 
JOVEN SICOMORO
 
¿Sabes?
este árbol joven
cuyo tronco redondo y firme
entre el mojado
 
pavimento y la coladera
(donde el agua
gotea) se alza
corpóreo
 
en el aire
con un impulso
ondulante a la mitad –
y luego
 
se divide y mengua
disparando
nuevas ramas hacia
todas partes –
 
se cuelga capullos
se adelgaza
hasta reducirse
a dos
 
ramas
excéntricamente anudadas
que se doblan
como cuernos superiores
 
 
William Carlos Williams

26 de diciembre de 2023

Canción de verano, William Carlos Williams




 

Canción de verano
 
Luna vagabunda
sonriéndole con
apenas ironía
a esta
mañana de verano
brillante, húmeda de rocío,-
una sonrisa
distante, de indiferencia
somnolienta,
una sonrisa de vagabunda, -
Si comprara
una camisa
de tu color y
me pusiera una corbata
azul-cielo
¿A dónde me llevarían?
 
William Carlos Williams

18 de diciembre de 2023

Temprano aún, Cesar Moro


 
Temprano aún
 
 
Se subraya montaña las otras palabras tienen agua
Así efemérides abuelo cama bondad
Hay que señalar los ojos de silla
Los tallos de dormir
La sangre de meditar
La postura final del postulante
Cuando ladrando a los vientos erguidos
Miente con todo su cuerpo
Pálida ventana apuntalada sobre diezmos de abismo
 
Cubrir el cielo de lentejuelas no fue
El asunto pactado
Tuvo sombras heridas hasta el corazón
Creciendo por su temporada
En jaula ambarina
Vivacidades que se hielan en sueños
 
Ahí salgo
 
Cesar Moro

17 de diciembre de 2023

Hormiguero empavesado, Cesar Moro

Hormiguero empavesado
 
Ábside de ciencia una rueda a espaldas de las islas
Luz amamantada
Altanera rama deslumbrada
Bajo fuentes aminoradas antiguas
Madriguera de pieles condenadas
Viento loco
Rústico del lago
Pero con hornos engalanado civil de uncirse
Tregua agraciada con corazón
En la cama única cadera engullida
De nido de hombre santo
Quimera que canta los peanes atavíos de sal
Los puños audaces los pies saciados ociosos
El verano de greda al rojo late leteano
Las camas enguantadas las confidencias filtrándose hacia los domos
En pelo los tuertos arte tajado cuello que obsesiona la mueca
Teja de jade
Niega las águilas y sus defectos los marcos
Pero habla en pleno salto
Esta alegría de oírse
Al borde las rampas camas de ayer extasiadas
El hastío degradado sale del agua
Ríe hechizado de ayunar
Vaga maldecido plural arte
Si tú cantas grave pruébame ora qué súbdito
Estaba en ti devuélveme el eco lucha de tiempos
Dorado sacro de crespos manantiales de hermosos desnudos pertinentes
Leche que centellea caída en suerte
Rojizo con vado desnudo yacente mortal de poros domado
Dado que se zambulle si va a la agonía de ojo buey bufonada
De orfebre lino órfico de los lujos de nacer
Negro mendaz para ver beber un piojo
El hilota hecho arado que hay que blanquear
Hojea a un padre debido a la edad de oro
A majestad muchacho
Casa habladora
La miel abolida, qué muro reventado
Muerte de los estados
El oso harto se abriga
Perro que ríe plato rajado
 
Cesar Moro
 
(Traducción de Enrique Molina y Anché Coyné)

 

16 de diciembre de 2023

Renombre del amor, Cesar Moro

Renombre del amor
 
El amor dedica al amor
Los días sin lluvia
Y como debe ser los días de buen tiempo
Para el amor y sus preferencias
Al renombre del más viejo amor
A la lluvia de la palabra amor
Al único amor sin lamento sin dicha sin retorno
Al porvenir de los locos
A los sepultureros a los alegres compañeros de galera
Al punzante al quemante recuerdo del tatuaje
A mi querida muerte
A los que dudan todavía
A los tesoros de los ciegos
A las lágrimas
Al agua al viento al fuego al amor
Al tormento de fuego y de hielo
A los primeros acontecimientos que anunciarán la rebelión y la sangre
A las sábanas de los crímenes pasionales
A las bellas sábanas de los suicidas
A la culata más tierna de lo que podía esperarse del revólver
A las separaciones que quitan hasta el aire
A las desgarradas mañanas de quien el amor rechaza
Al plomo de las balas
Para que los que no son tocados mueran
Como perros envenenados
A los dolores de los que despiertan
A las noches vacías
A mi vida perdida
A la pérdida sin lamento sin retorno sin dicha de la vida
Para que los que aman y se estancan en su felicidad
Se levanten y lancen las primeras maldiciones
Al huracán
A las mañanas más tristes que todo
Para borrar mejor mi nombre
Para sacudir el polvo y volver a ser polvo
Para maldecir los instantes supuestamente felices
Para el despertador cargado de pólvora
A las estatuas desnudas de noche
Al mármol perdido
Para tener un lecho de mármol
Para no tener tumba
A las señales de fuego del puñal
A los solos los únicos recuerdos sexuales
A la boca de piedra del amor
Al frío del agua en la noche
Para no volver a empezar
Al más tierno amor
 
Cesar Moro
 
(Traducción de Guillermo Sucre)
 

15 de diciembre de 2023

Batalla al borde de una catarata, Cesar Moro

BATALLA AL BORDE DE UNA CATARATA
 
Tener entre las manos largamente una sombra
De cara al sol
Tu recuerdo me persiga o me arrastre sin remedio
Sin salida sin freno sin refugio sin habla sin aire
El tiempo se transforma en casa de abandono
En cortes longitudinales de árboles donde tu imagen se disuelve en
humo
El sabor más amargo que la historia del hombre conozca
El mortecino fulgor y la sombra
El abrir y cerrarse de puertas que conducen al dominio encantado de
tu nombre
Donde todo perece
Un inmenso campo baldío de hierbas y de pedruscos interpretables
Una mano sobre una cabeza decapitada
Los pies
Tu frente
Tu espalda de diluvio
Tu vientre de aluvión un muslo de centellas
Una piedra que gira otra que se levanta y duerme en pie
Un caballo encantado un arbusto de piedra un lecho de piedra
Una boca de piedra y ese brillo que a veces me rodea
Para explicarme en letra muerta las prolongaciones misteriosas
de tus manos que vuelven con el aspecto amenazante de un
cuarto modesto con una cortina roja que se abre ante el infierno
Las sábanas el cielo de la noche
El sol el aire la lluvia el viento
Sólo el viento que trae tu nombre.
 
Cesar Moro
 

14 de diciembre de 2023

El dominio encantado, Cesar Moro

El dominio encantado
 
Ni un dedo se alza sin que fluya la amargura
Lágrima a lágrima en un mundo de olvido
Sin que el ojo noche por noche cierre sus puertas al amor
Sin que una falsa embriaguez descorazonada abra su herida
Sin que un hilo se rompa por siempre jamás
 
Por un tiempo acostumbrado por un tiempo desierto
De la aventura no queda cuando deberían salvarse los restos
Sino polvo y sombra de polvo
Y sed de tierra barrida por el hastió
Para que una vez al fin se alce el reflejo sin encanto
De una muerte sin enigma.
 
Cesar Moro

 

13 de diciembre de 2023

Vienes en la noche con el humo fabuloso de tu cabellera, Cesar Moro

Vienes en la noche con el humo fabuloso de tu cabellera
 
Apareces
La vida es cierta
El olor de la lluvia es cierto
La lluvia te hace nacer
Y golpear a mi puerta
Oh árbol
Y la ciudad el mar que navegaste
Y la noche se abren a tu paso
Y el corazón vuelve de lejos a asomarse
Hasta llegar a tu frente
Y verte como la magia resplandeciente
Montaña de oro o de nieve
Con el humo fabuloso de tu cabellera
Con las bestias nocturnas en los ojos
Y tu cuerpo de rescoldo
Con la noche que riegas a pedazos
Con los bloques de noche que caen de tus manos
Con el silencio que prende a tu llegada
Con el trastorno y el oleaje
Con el vaivén de las casas
Y el oscilar de luces y la sombra más dura
Y tus palabras de avenida fluvial
Tan pronto llegas y te fuiste
Y quieres poner a flote mi vida
Y sólo preparas mi muerte
Y la muerte de esperar
Y el morir de verte lejos
Y los silencios y el esperar el tiempo
Para vivir cuando llegas
Y me rodeas de sombra
Y me haces luminoso
Y me sumerges en el mar fosforescente donde acaece tu estar
Y donde sólo dialogamos tú y mi noción oscura y pavorosa de tu ser
Estrella desprendiéndose en el apocalipsis
Entre bramidos de tigres y lágrimas
De gozo y gemir eterno y eterno
Solazarse en el aire rarificado
En que quiero aprisionarte
Y rodar por la pendiente de tu cuerpo
Hasta tus pies centelleantes
hasta tus pies de constelaciones gemelas
En la noche terrestre
Que te sigue encadenada y muda
Enredadera de tu sangre
Sosteniendo la flor de tu cabeza de cristal moreno
Acuario encerrando planetas y caudas
Y la potencia que hace que el mundo siga en pie
y guarde el equilibrio de los mares
Y tu cerebro de materia luminosa
Y mi adhesión sin fin y el amor que nace sin cesar
Y te envuelve
Y que tus pies transitan
Abriendo huellas indelebles
Donde puede leerse la historia del mundo
Y el porvenir del universo
Y ese ligarse luminoso de mi vida
A tu existencia
 
Cesar Moro
 

11 de diciembre de 2023

El humo se disipa, Cesar Moro


 

El humo se disipa
 
                                                                                             A donde voraz y ciego
                                                                                             Es el Minotauro el fuego
                                                                                             Y es el laberinto el humo
                                                                                             Calderón de la Barca

 
 
Tu aliento es como la mejor mañana fresca de olor de aves y de mar un
            velamen cruza veloz la foresta interdicta de tu aliento donde los
            pájaros se columpian picoteando estrellas mientras un galope
            tendido de gacelas transtorna las flores y las convierte en piedras
            de luna y el silencio recorre la escala de tu aliento de fuente y de
            montaña nevada.
Frente a frente tu aliento el soplo aterrador de la primavera en los
            bosques de nieve eterna iniciando el desfile de los témpanos
            coronados de osos polares flameantes
Tu aliento certero en medio del corazón una piedra que cae en el estanque
            dormido y levanta geiseres de estrellas enloquecidas que buscan su
            origen en tu boca
Tu aliento es un despeñadero en el que caen árboles enteros y el ruido se
            tapiza y las frutas maduran y todo se volatiliza en una caída sin
            término
La mañana perfila los cendales de tu aliento y la tormenta tiene olor de tu
            saliva y tu saliva es el cráter de donde vuelan los peñascos
            enfurecidos portadores de mensajes ilegibles.
Tu aliento de meteorito disparado desde el cielo cayendo en un bosque
            ardiente chamuscando leopardos y provocando el alarido de los
            elementos
Tu aliento es humareda de ignición de poemas obscenos tu aliento
            precipitándose a mansalva sobre campos inmensos bajo la luna
Tu aliento en la mañana la nostalgia de la noche fulgurante de rayos que
            bordan en el cielo las cataratas de tu aliento
 
 
Cesar Moro
 
De "La tortuga ecuestre" 1936-1939

10 de diciembre de 2023

Carta a Antonio, Cesar Moro




 

Carta a Antonio
 
Te quiero con tu gran crueldad, porque apareces en medio
de mi sueño y me levantas y como un dios, como un autentico dios,
como el único y verdadero, con la injusticia de los dioses, todo negro dios nocturno, todo de obsidiana
con tu cabeza de diamante, como un potro salvaje, con tus manos salvajes y tus pies de oro que sostienen tu cuerpo negro,
me arrastras y me arrojas al mar de las torturas y de las suposiciones.
      Nada existe fuera de ti, sólo el silencio y el espacio. Pero tu eres
el espacio y la noche, el aire y el agua que bebo, el silencioso veneno y el volcán en cuyo abismo caí hace tiempo,
hace siglos, desde antes de nacer, para que de los cabellos me arrastres hasta mi muerte.
      Inútilmente me debato, inútilmente pregunto. Los dioses son mudos;
como un muro que se aleja, así respondes a mis preguntas, a la sed
quemante de mi vida.
      ¿Para qué resistir a tu poder? Para qué luchar con tu fuerza de
rayo, contra tus brazos de torrente; si así ha de ser, si eres el punto,
el polo que imanta mi vida.
      Tu historia es la historia del hombre. El gran drama en que mi existencia es el zarzal ardiendo, el objeto
de tu venganza cósmica, de tu rencor de acero.
      Todo sexo y todo fuego, así eres. Todo hielo y todo sombra, así eres:
hermoso demonio de la noche, tigre implacable de testículos de estrella,
gran tigre negro de semen inagotable de nubes inundando el mundo.
      Guárdame junto a ti, cerca de tu ombligo en que principia el aire;
cerca de tus axilas donde se acaba el aire. Cerca de tus pies y cerca de
tu manos. Guárdame junto a ti.
      Seré tu sombra y el agua de tu sed, con ojos; en tu sueño seré aquel
punto luminoso que se agranda y lo convierte todo en lumbre; en tu
lecho al dormir oirás como un murmullo y un calor a tus pies se anudará
e irá subiendo y lentamente se apoderará de tus miembros y un gran descanso tomará tu cuerpo y al extender tu mano
sentirás un cuerpo extraño, helado: seré yo. Me llevas en tu sangre y en tu aliento, nada podrá borrarme.
       Es inútil tu fuerza para ahuyentarme, tu rabia es menos fuerte
que mi amor; ya tú y yo unidos para siempre, a pesar tuyo, vamos juntos.
       En el placer que tomas lejos de mi hay un sollozo y tu nombre.
       Frente a tus ojos el fuego inextinguible.
 
18 de junio de 1939
 
 
Cesar Moro

9 de diciembre de 2023

El fuego y la poesía, Cesar Moro

El fuego y la poesía
 
En el agua quemante el sol refleja la mano de cenit
 
1

Amo el amor
El martes y no el miércoles
Amo el amor de los estados desunidos
El amor de unos doscientos cincuenta años
Bajo la influencia nociva del judaísmo sobre la vida monástica
De las aves de azúcar de heno de hielo de alumbre o de bolsillo
Amo el amor de faz sangrienta con dos inmensas puertas al vacío
El amor como apareció en doscientas cincuenta entregas durante
            cinco años
El amor de economía quebrantada
Como el país más expresionista
Sobre millares de seres desnudos tratados como bestias
Para adoptar esas sencillas armas del amor
Donde el crimen pernocta y bebe agua clara
De la sangre más caliente del día
 
2

Amo el amor de ramaje denso
salvaje al igual de una medusa
el amor-hecatombe
esfera diurna en que la primavera total
se columpia derramando sangre
el amor de anillos de lluvia
de rocas transparentes
de montañas que vuelan y se esfuman
y se convierten en minúsculos guijarros
el amor como una puñalada
como un naufragio
la pérdida total el habla del aliento
el reino de la sombra espesa
con los ojos salientes y asesinos
la saliva larguísima
la rabia de perderte
el frenético despertar en medio de la noche
bajo la tempestad que nos desnuda
y el rayo lejano transformando los árboles
en leños de cabellos que pronuncian tu nombre
los días y las horas de desnudez eterna.
 
3
Amo la rabia de perderte
Tu ausencia en el caballo de los días
Tu sombra y la idea de tu sombra
Que se recorta sobre un campo de agua
Tus ojos de cernícalo en las manos del tiempo
Que me deshace y te recrea
El tiempo que amanece dejándome más solo
Al salir de mi sueño que un animal antediluviano perdido en la
              sombra de los días
Como una bestia desdentada que persigue su presa
Como el milano sobre el cielo evolucionando con una precisión de
              relojería
Te veo en una selva fragorosa y yo cerniéndome sobre ti
Con una fatalidad de bomba de dinamita
Repartiéndome tus venas y bebiendo tu sangre
Luchando con el día lacerando el alba
Zafando el cuerpo de la muerte
Y al fin es mío el tiempo
Y la noche me alcanza
Y el sueño que me anula te devora
Y puedo asimilarte como un fruto maduro
Como una piedra sobre una isla que se hunde
 
4
El agua lenta el camino lento los accidentes lentos
Una caída suspendida en el aire el viento lento
El paso lento del tiempo lento
La noche no termina y el amor se hace lento
Las piernas se cruzan y se anudan lentas para echar raíces
La cabeza cae los brazos se levantan
El cielo de la cama la sombra cae lenta
Tu cuerpo moreno como una catarata cae lento
En el abismo
Giramos lentamente por el aire caliente del cuarto caldeado
Las mariposas nocturnas parecen grandes carneros
Ahora sería fácil destrozarnos lentamente
Arrancarnos los miembros beber la sangre lentamente
Tu cabeza gira tus piernas me envuelven
Tus axilas brillan en la noche con todos sus pelos
Tus piernas desnudas
En el ángulo preciso
El olor de tus piernas
La lentitud de percepción
El alcohol lentamente me levanta
El alcohol que brota de tus ojos y que más tarde
Hará crecer tu sombra
Mesándome el cabello lentamente subo
Hasta tus labios de bestia
 
 
5

Verte los días el agua lenta
Una cabellera la arena de oro
Un volcán regresa a su origen
Verte si cuento las horas
La espalda del tiempo divinamente llagada
Una ánfora desnuda hiende el agua
El rocío guarda tu cuerpo
En lo recóndito de una montaña mágica
Cubierta de zapatos de muñeca y de tarjetas de visita de los dioses
Armodio Nerón Calígula Agripina Luis II de Baviera
Antonio Cretina César
Tu nombre aparece intermitente
Sobre un ombligo de panadería
A veces ocupa el horizonte
A veces puebla el cielo en forma de minúsculas abejas
Siempre puedo leerlo en todas direcciones
Cuando se agranda y se complica de todas las palabras que lo siguen
O cuando no es sino un enorme pedazo de lumbre
O el paso furtivo de las bestias del bosque
O una araña que se descuelga lentamente sobre mi cabeza
O el alfabeto enfurecido
 
6
El agua lenta las variaciones mínimas lentas
El rostro leve lento
El suspiro cortado leve
Los guijarros minúsculos
Los montes imperceptibles
El agua cayendo lenta
Sobre el mundo
Junto a tu reino calcinante
Tras los muros el espacio
Y nada más el gran espacio navegable
El cuarto sube y baja
Las olas no hacen nada
El perro ve la casa
Los lobos se retiran
El alba acecha para asestamos su gran golpe
Ciegos dormidos
Un árbol ha crecido
En vano cierro las ventanas
Miro la luna
El viento no ha cesado de llamar a mi puerta
La vida oscura empieza
 
 
Cesar Moro
 
De "La tortuga ecuestre" 1936-1939


 

8 de diciembre de 2023

El mundo ilustrado, Cesar Moro

El mundo ilustrado
 
Igual que tu ventana que no existe
Como una sombra de mano en un instrumento fantasma
Igual que las venas y el recorrido intenso de tu sangre
Con la misma igualdad con la continuidad preciosa que me asegura idealmente tu existencia
A una distancia
A la distancia
A pesar de la distancia
Con tu frente y tu rostro
Y toda tu presencia sin cerrar los ojos
Y el paisaje que brota de tu presencia cuando la ciudad no era no podía ser sino el reflejo inútil de tu
presencia de hecatombe
Para mejor mojar las plumas de las aves
Cae esta lluvia de muy alto
Y me encierra dentro de ti a mí solo
Dentro y lejos de ti
Como un camino que se pierde en otro continente
 
Cesar Moro

 

 

4 de diciembre de 2023

Talismán, Anne Waldman

Talismán
 
un pañuelo flameante, un pañuelo enjoyado que tengo desde la infancia
un cordón protector, una cuerda para
estrangular, un refugio
una manta
una tienda
un abrigo de muchos colores
Me concentro en el paño:
es una mortaja
es robada, es una falda
es un escondite, no es fácil
es sangrienta
es para una boda
ha sido usada antes
tapiz violento, cubre la cara
lo llevo me lo pongo para ti
te lo pongo, lo pongo en la mesa
ocupa espacio,  te violaría si te lo pusieras
te asfixiaría
podríamos hacer el amor debajo de él
Es un mantel
hecho por manos de esclavas indias
Así que te lo doy & me lo pongo, para ti
para atraerte
con su abrazo de muerte.
 
Anne Waldman

 

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