Quiero explicar que todos los post que fueron subidos al blog están disponibles a pesar de que no se muestren o se encuentren en la pagina principal. Para buscarlos pueden hacerlo por intermedio de la sección archivo del blog ahi los encuentran por año y meses respectivamente. también por “etiquetas” o "categorías de textos publicados", o bajando por la pagina hasta llegar al último texto que se ve y a la derecha donde dice ENTRADAS ANTIGUAS (Cargar más entradas) dar click ahí y se cargaran un grupo más de entradas. Repetir la operación sucesivamente hasta llegar al primer archivo subido.

INSTRUCCIONES PARA NAVEGAR EN EL BLOG:

El blog tiene más contenidos de los que muestra en su pantalla inicial al abrir la página. En la pantalla principal usted vera 5 entradas o posteos o publicaciones. Al llegar a la última que se muestra puede clickear donde dice ENTRADAS ANTIGUAS verá las 5 entradas, posteos o publicaciones anteriores. Puede seguir así y llegará hasta la primera publicación del blog. A la izquierda en la barra lateral (Sidebar) Usted verá el menú ETIQUETAS. Ahí están ubicadas las categorías de los textos publicados, si usted quiere ver poemas de un determinado autor, busca su nombre, clickea ahí y se le abrirán los trabajos de ese autor, Si no le mostró todo lo referido a esa categoría al llegar al final encontrará que dice ENTRADAS MAS RECIENTES, PÁGINA PRINCIPAL Y ENTRADAS ANTIGUAS. Debe clickear en ENTRADAS ANTIGUAS y le seguirá mostrando mas entradas o post con respecto al tema que busca. A la derecha , se encuentra un BUSCADOR, usted puede ingresar ahí el nombre del poema, o texto, o un verso, o autor que busque y le mostrará en la página principal el material que tenga el blog referido a su búsqueda. Debajo del Buscador del Blog encontramos el Menú ARCHIVO DEL BLOG en el cual se muestran los Títulos de las entradas o textos publicados del mes en curso, como así también una pestaña con los meses anteriores en la cual si usted clickea en ella verá los títulos de las entradas publicadas en determinado mes, si le da clic verá dicha entrada y asi año por año y mes por mes. Puede dejar comentarios en cada entrada del blog clickeando en COMENTARIOS al final de cada entrada. El blog es actualizado periodicamente, pudiendo encontrar nuevos textos, fotografías, poemas, videos, imágenes etc...

Gracias por visitar este lugar.




8 de agosto de 2022

Un día las estrellas, Sandro Tedeschi


 

un día las estrellas
leyeron en los hombres
su propio horóscopo
las generaciones posteriores
no conocieron firmamentos
 
 
                                     26 MAYO 65 
 
Sandro Tedeschi

7 de agosto de 2022

Noviembre se ilumina y se descubre, Sandro Tedeschi

noviembre se ilumina y se descubre
 
noviembre
y treinta furias por robar los ventanales
ponerme para siempre todo el cielo en el ojal
 
noviembre y saberte
lo demás tiene tiempo por delante y por detrás
lo demás tiene sólo en la muerte una promesa
    cierta
 
noviembre
y tanta dentellada de vivir prendida a la sonrisa!
 
Sandro Tedeschi

 

6 de agosto de 2022

Ultimo poema a Lila, Sandro Tedeschi

Ultimo poema a Lila
 
si hoy que te busco te encontrara
sentado en un café te contaría
hice muchas cosas desde que no te veo
no publiqué un libro
no me fui a parís ni anduve enamorado
en mi casa todos bien y por la tuya
te llevaría a pasear costanera al sur
y volveríamos ciudad adentro caminando
y tendría envidia de mi mismo
y un miedo terrible de que te fueras
y me encontrarías un poco triste y muy alegre
                              como tiene que ser y como es
 
Sandro Tedeschi
 

5 de agosto de 2022

Infiel infiel hasta los huesos, Sandro Tedeschi


 
Infiel infiel hasta los huesos
a tanta adolescencia transitada
—el corazón altera la memoria—
puedo jugarme la valentía a cara o ceca
o de pronto ponerme de presente
 
¿y entonces para qué darle cuerda todas las
     mañanas ­a esta difícil máquina de hacer andar los
     pájaros?


                       22 jun – 27 ago 65


Sandro Tedeschi

4 de agosto de 2022

Por si me muero, Sandro Tedeschi


Por si me muero, Sandro Tedeschi
 
por si me muero de repente quiero dejar la fecha puesta
veinticinco de setiembre de mil novecientos sesenta y cinco
a los veinte años once meses de vida
un sábado de sol un poco frío
de obligación soldado de vocación subversivo
de todo lo demás las ganas de vivir
con un padre una madre una novia tres hermanos
y un amigo duro de cabeza y dueño del gesto y su secreto
 
y además entre mis papeles un pedazo de mañana
que cambia según los días y el insomnio
sencillamente el amor el poema la revolución y la muerte por hacerse
 
                                                                               25 SETIEMBRE 65

Sandro Tedeschi:
 
Nació en Buenos Aires el 18 de Octubre de1944. Si difícil es decir todas las cosas que hizo en sus casi 22 años de vida, mas difícil es imaginar cuanto hubiera podido llegar a hacer.
Todo lo emprendió siempre como un auténtico creador, consciente de su propio compromiso. Periodista desde los 18 años, estudió en el colegio nacional de Buenos Aires, fue discípulo del taller de pintura de Pati Blumenzweig y Mario Pucciarelli y había elegido a Robert Capa y a Henry Cartier Bresson como maestros de su cámara.
Luchino Visconti representaba la máxima aspiración de su vocación cinematográfica.
Dejó dos libros inéditos 33 poemas y un epitafio (1963) y Fe de erratas y otras consideraciones (1965), guiones de cine, óleos, collages y fotografías.
Desde 1963 era alumno de Filosofía en la Universidad de Buenos Aires, y, faltándole pocos días para obtener la baja del servicio militar, planeaba seguir el primer curso de la Escuela de Cine del Instituto Nacional de Cinematografía.
Su obra poética abandonó los módulos decorativos donde se conjugaban coloridas reminiscencias barrocas en un mundo impregnado de su realismo, para tomar con firmeza la descarada verdad sobre si mismo que nos arroja en Fe de erratas y otras consideraciones. Aquí la metáfora es un espejo de imagen deformante del que se vale para atrapar la realidad.
Es la suya una poesía consustanciada íntegramente con su existencia, que resume su múltiple y despierta vitalidad. Una poesía que es ya más que un presagio de inminente granazón, en la que la ausencia de resabios formales hace resaltar mas aún la hondura de su aliento, auténtico y cotidiano.
Sandro Tedeschi murió el 4 de marzo de 1966 mientras cumplía su misión de vivir con alma y vida. La muerte – su propia muerte, motor de actividad incansable- lo visitaba a menudo en sus poemas. Muchas veces escribió su propio epitafio, pero siempre volvía a este de1963: “Murió con el poema puesto en la larga jornada hacia si mismo”.


 

3 de agosto de 2022

Comprendo que uno puede siempre, Sandro Tedeschi


 
comprendo que uno puede siempre
tomar los rumbos o perderlos
—la ciudad carece de huella
o tiene demasiadas—
o perseguir un sueño que escapó dando corcovos
hacia el sur paredón y después
comprender solamente que a veces buenos aires es
    casi lo que creo
 
Sandro Tedeschi

2 de agosto de 2022

Recupero tu rostro, Sandro Tedeschi

 

Recupero tu rostro
y vuelvo hacia mi mismo
                              convencido

 
                                             DICIEMBRE4 64
 
Sandro Tedeschi
 

1 de agosto de 2022

Estas palabras, Julio Bepre

Estas palabras
 
concluirán siendo apenas
signos confusos
escritos en deshechos papeles
aislados de mi ser
 
desde hace tiempo
y sin ningún
afán propicio.
 
Los pisará la gente
apática y urgida
cuando cruce
por la húmeda calle.
 
Julio Bepre

 

 

31 de julio de 2022

Trajín, Julio Bepre

Trajín
 
Frente al simple capricho de un casual remolino
mi rostro se refresca. Veo mejor las cosas
pero esta vez la sed me rasga la garganta.
Se adensa el tiempo. Agobia la soberbia del sol,
el cielo se acomoda al cenit riguroso
y las calles contiguas a un yermo se asemejan.
El momento conduce a una imagen esquiva
y la flor reconoce la mengua en su color.
Pero yo estoy atento y enseguida descubro
el vuelo de los pájaros que rozan a las nubes.
El mundo me conmueve y a mi vigilia torno
y desando el misterio de cada meridiano,,
los límites sinuosos y algún perdido nombre.
El bochorno me invade y humedece mi frente
y al respirar albergo un rostro y su pregunta,
una historia acrecida y una mirada tensa.
Regresa el remolino y en algo debilita
este sabor reseco que atiborra el verano.
Después vendrá la noche con su luz apacible
de una luna creciente asombrando mis ojos.
Entonces incorporo mi frágil osamenta
y ante mí se demora la realidad del mundo.
Un hombre soy, un pez, un ave, un vegetal, la lluvia
y también esa piedra que los años desgastan.

 
Julio Bepre


 

30 de julio de 2022

Catarsis, Julio Bepre


 Catarsis

 
Se abría vacilante una parte del día
y alguien intentaba un rumbo diferente
después de un lento invierno donde todos
ansiábamos calor. El alma nos pesaba
y en distintos suburbios se desleía el año
en su propio extravío. Quizá no aparecía
el obstinado escorzo sino apenas
aquel pausado andar por las horas recientes.
Pero alguien deshizo y encendió lo inestable
y no pudo la vista volverse más dichosa.
¿Regresará otra vez la ocasión no esperada?
¿Quién puede contestar de frente a tanto apuro?
Convoco a todo hecho y propongo otra suerte
para este nudo intacto que del ayer escapa.
¿Adónde puede ahora rehacerse esta imagen?
La vida sigue y sigue y uno rápido espera
soñar una palabra sin sílabas ni letras.
 

Julio Bepre

29 de julio de 2022

Decoración o destino, Julio Bepre

Decoración o destino
 
 
          Es indubitable que el hombre es una entidad determinada por fines; continuamente se hace proposiciones y se encamina hacia algunas, rechazando otras.  La elección, dudas, y el sacrificio por algo que se pretende concretar constituye algo típicamente humano, y es advertible en ello la incidencia recíproca que tienen los factores individuales y colectivos. El fenómeno de la especialización es también una nota propia del hombre y apunta a sus numerosas necesidades: es por una libre decisión o compelido por distintas motivaciones, como se opta por realizar algo. De una forma elegirá (si es que puede) el mísero habitante de una aldea africana, en tanto corresponderá otra muy diversa a quien se encuentra inserto en una sociedad de consumo.
         Hay distintas visiones, si no totalmente negativas al menos escépticas, respecto de la proyección de una sustantividad humana que reúna alcances de servicio y solidaridad incuestionables: la historia abona tales estimaciones. Resalta la crueldad que se desplegó en el cercano siglo XX,  y ni qué decir del ímpetu destructivo que envuelve hoy a la humanidad. Indudablemente hay transgresiones, desconocimiento, negación y hasta rechazo de los valores atinentes al espíritu, de toda aquella virtualidad axiológica que sostiene la dignidad  que corresponde a todo hombre por ser tal.
         La religión, la filosofía, la poesía, el arte y la ciencia en general, devuelven al viviente la certidumbre de que la existencia tiene un implícito sentido trascendente y una participación ennoblecida para con el resto de los demás seres. El infierno son los otros, se afirma en una obra de Sartre, pero en ello existe una total aceptación de lo absurdo, del sinsentido, de la inanidad de un mero vivir sin ninguna referencia a una perspectiva de esperanza o liberación. Y si todo es así ¿qué resulta de ello? ¿Qué podemos creer, crear, compartir o celebrar en nuestro concreto vivir?
         Si en este arduo tiempo que transcurre no vemos asomar con claridad  una esperanza equilibrada y sin retaceos injustos ni con imposiciones arbitrarias de los dueños del poder, existen muchos hombres a pesar de lo apuntado, que con sus gestos y acciones nos recomponen en alguna medida de las desventuras que se sufren en el mundo. Son precisamente aquellos implicados y comprometidos en la aventura de la creación y dación desinteresadas.
Ubicando como ejemplo al poeta, ¿qué hace este buen hombre? Nada menos que internarse a través del lenguaje en el misterio de la vida y su belleza, para así vislumbrar el núcleo del Ser y aprehender en consecuencia una razón valiosa y verdadera que explicite nuestra humana situación. Esto no implica pretender que la actividad poética suplante la relacionada con otros valores, y menos que sea la solución única que permita enervar la orfandad existencial;  el acto de poetizar, de intentar asir la poesía, implica un salto en el vacío del que no se conoce adónde puede concluir.       Quien haya elegido un quehacer creativo valioso como un seguro recurso para el logro de notoriedad –y sin desconocer que toda buena obra puede avecinarla-- ha errado manifiestamente, conforme a cuanto hemos sostenido antes. Afirmó James Joyce  que nadie puede ser auténtico artista si no logra en algún momento librarse de la mediocridad ambiental, de los entusiasmos baratos, de las sugerencias maliciosas y de todos los aduladores influjos de la vanidad y la ambición.
         No se trata de convertir al poeta, al artista, al filósofo o al científico en ascetas o en seres diversos de sus semejantes; quien se sienta distinto se alejará aún más de la verdad, y sus resultados creativos o de investigación u ordenamiento de la realidad, estarán teñidos de puro solipsismo que a la larga lo establecerán en un callejón sin salida.
 El arte, la filosofía y la ciencia no son algo decorativo; cada proposición que nos hagan implicará un desafío que conlleva y exige una plenitud participativa cuando no la expulsión de cualquier acomodo banal al que a veces nos entregamos. El poeta –reiterando la ejemplificación-- debe asumir su rol de creador con la convicción de que hereda experiencias anteriores que enriquecieron el lenguaje del cual se vale, además de aceptar cualquier eventual éxito como una incidencia facticia.
 La historia acoge sobradas pruebas respecto a esta afirmación. ¡Cuántos celebrados autores lograron con el paso del tiempo apenas una exigua mención en los manuales de historia de la literatura! Los espacios de poder no son propios del arte, de la filosofía, de la ciencia y menos aún de la poesía, puesto que ella –como lo expresara René Menard-- no promete ni consuela de nada. Quien no acepte el desprendimiento que implica la creación, se engaña a sí mismo, y quien se desangra por obtener alguna distinción o merecimiento, necesita retornar cuanto antes a un conveniente equilibrio interior. Si bien el hombre es un haz de posibilidades, la intención de permanecer, de anular el olvido, de conjurar al tiempo, no depende de él, y quien no haya meditado esta evidencia tampoco lleva un rumbo acertado.
El creador, en definitiva, no puede estar calmadamente invadido por la complacencia de ser tal; le corresponde  ante todo sentirse comprometido por ello y, muchas veces, con renuncia de las bondades que quizá provea una existencia más ordinaria. Además toda auténtica y trascendente creación humana, no distrae ni constituye una suntuosidad del espíritu, sino que es un intento máximo para restituirle al hombre las excelencias quebrantadas por la civilización cuantitativa, mecánica y consumista, y de crearle otras nuevas posibilidades de crecimiento interior.
 El creador es un indagador, un buscador, un equilibrista en una cuerda floja, alguien que sabe que deberá alejarse de cualquier canto de sirenas, alguien que debe en cada momento avanzar para acrecentar y prodigar la noble actividad a la que se ha entregado. Se trata entonces de no ser simplemente un buen hombre sino un hombre bueno; el pensamiento desinteresado no puede ser nunca decoración sino destino.


Julio Bepre


 

28 de julio de 2022

Antes de adentrarme en el sueño, Julio Bepre

Antes de adentrarme en el sueño
 
Quizá el pensamiento algo difuso
aunado a palabras de un azar
y el bullicio distante de los niños.
 
Una rauda bocina se desliza
¿hacia dónde?
¿tan pronto se ha diluido?
 
Una música infrecuente reconozco
y un paso mas seguro hay en el viento
ante este alzarse urgido del verano.
 
Algo pasa. Me deshago del mundo.
 
Algo abandono sin saber qué hallaré
en esa hondura apenas sospechada
hecha leve demora pretenciosa de sueño.
 
Me voy. Me alejo y sin embargo
breve y audible un ruego me regresa.
 
Julio Bepre

 

 

27 de julio de 2022

Noche celeste, Julio Bepré

NOCHE CELESTE
 
Consigo lleva la oración junto al ruego.
Espera un año más con declinante agobio.
 
Se detiene y escucha una música niña.
Memoriza de pronto un antiguo poema.
 
Amalgama con prisa su término y origen.
Avanza sin retraso frente a tanta distancia.
 
No niega los instantes y hasta perdona al siglo.
Hoy mira enternecido la luz que lo ilumina.
 
En esta noche todo parece más humano.
  

Julio Bepré


 

26 de julio de 2022

Mujer sin nombre, Julio Bepre

Mujer sin nombre
 
Ni en plenitud de luz o en dura sombra
y nunca tampoco en la penumbra
mi aventura decae.
 
Su imagen ya refleja
el color de otra herida.
 
Es la espera de horas
donde las calles tensan
esta larga pobreza
y el paso del apuro.
 
Pero allí donde se afirma tu existencia
asoma en el destino esa alegría
de un encuentro fortuito
sin el peso
fatídico del día.
 
Y siento alzarse en el vecino aroma
la unidad progresiva de mi tiempo
y esa húmeda costumbre de los ojos.
 
No. No es sueño esta mujer sin nombre
ni el desvelo caído de la luz
ni la quiebra segura del silencio.
 
Julio Bepre
 
 

25 de julio de 2022

No le copien a Pound, Gonzalo Rojas



No le copien a Pound, Gonzalo Rojas
 
 
No le copien a Pound, no le copien al copión maravilloso
de Ezra, déjenlo que escriba su misa en persa, en cairo-arameo, en sánscrito,
con su chino a medio aprender, su griego translúcido
de diccionario, su latín de hojarasca, su libérrimo
Mediterráneo borroso, nonagenario el artificio
de hacer y rehacer hasta llegar a tientas al gran palimpsesto de lo Uno;
no lo juzguen por la dispersión: había que juntar los átomos,
tejerlos así, de lo visible a lo invisible, en la urdimbre de lo fugaz
y las cuerdas inmóviles; déjenlo suelto
con su ceguera para ver, para ver otra vez, porque el verbo es ése: ver,
y ése el Espíritu, lo inacabado
y lo ardiente, lo que de veras amamos
y nos ama, si es que somos Hijo de Hombre
y de Mujer, lo innumerable al fondo de lo innombrable;
no, nuevos semidioses
del lenguaje sin Logos, de la histeria, aprendices
del portento original, no le roben la sombra
al sol, piensen en el cántico
que se abre cuando se cierra como la germinación, háganse aire,
aire-hombre como el viejo Ez, que anduvo siempre en el peligro, salten intrépidos
de las vocales a las estrellas, tenso el arco
de la contradicción en todas la velocidades de lo posible, aire y más aire
para hoy y para siempre, antes
y después de lo purpúreo
del estallido
simultáneo, instantáneo
de la rotación, porque este mundo parpadeante sangrará,
saltará de su eje mortal, y adiós ubérrimas
tradiciones de luz y mármol, y arrogancia; ríanse de Ezra
y sus arrugas, ríanse desde ahora hasta entonces, pero no lo saqueen; ríanse, livianas
generaciones que van y vienen como el polvo, pululación
de letrados, ríanse, ríanse de Pound
con su Torre de Babel a cuestas como un aviso de lo otro
que vino en su lengua;
cántico,
hombres de poca fe, piensen en el cántico.
 
Gonzalo Rojas
De oscuro (1977)

24 de julio de 2022

Mariposas para Juan Rulfo, Gonzalo Rojas

Mariposas para Juan Rulfo
 
Cómo fornicarán felices las mariposas en
el césped oliendo
de aquí para allá a Dios sin
que vaca alguna muja encima de
su transparencia, jugando a jugar
un juego vertiginoso a unos pasos
blancos del cementerio con el mar
del verano zumbando allá abajo ocio y
maravilla.
Rulfo habrá soplado en ellas tanta
locura, Juan Rulfo cuyo Logos
fue el del Principio; les habrá dicho: -Ahora, hijas,
nos vamos de una vez
del páramo.
¿Y ellas? Ahora ¿qué harán
ellas sin Juan que cortó tan lejos
más allá de Comala en caballo único tan
invisible?; ¿bailarán, seguirán
bailando para él por si vuelve, por
si no ha pasado nada y, de repente,
estamos todos, otra vez?
Por mi parte nadie va a llorar,
ni mi cabeza que vuela ni la otra
que no duerme nunca. Se ha ido
y se acabó, nadie
corre peligro así acostado oyendo
los murmullos aleteantes.
-Con tal
de que no sea una nueva noche.
 
 
Gonzalo Rojas
De El alumbrado (1986)


 

23 de julio de 2022

Alcohol y sílabas, Gonzalo Rojas



Alcohol y sílabas, Gonzalo Rojas
 
 
La primera palabra es ábreme, vengo
del frío, dame la escritura
para quemarme libre del énfasis, hoy
en el límite del escalón sonámbulo, justo
en la vuelta 26
de esta corrida con la muerte
 
porque el tiempo está ahí con su materia
traslúcida, en este aire adivino
que me sube por las venas sin que sea yo
este yo que vuela y anda animal
sagitario por las calles, alcohol y sílabas
 
celebrando el cumpleaños del loco en la peor de las sintaxis
de diciembre, viéndolo todo
por anticipado en el marco sin espejo, el amor
y el vértigo, lo simultáneo
de estar en todas partes:
¿hay Dios
en esta quebrazón de copas, o lo que va a estallar
es el mundo?
 
Gonzalo Rojas
Del relámpago (1981)

22 de julio de 2022

Para órgano, Gonzalo Rojas



Para órgano, Gonzalo Rojas
 
Tan bien que estaba entrando en la escritura de mi Dios                            
esta mano, el telar secreto, y yo dejándola                       
ir, dejándola                     
sin más que urdiera el punto de ritmo, que tocara y tocara                       
el cielo en su música como cuando las nubes huyen solas                          
en su impulso abierto arriba, de un sur               
a otro, porque todo es sur en el mundo, las estrellas                   
que no vemos y las que vemos, fascinación                      
y cerrazón, dalia y más dalia                      
de tinta.                             
 
Tan bien que iba el ejercicio para que durara, los huesecillos                   
móviles, tensa                 
la tensión, segura                          
la partitura de la videncia como cuando uno                     
nace y está todo ahí, de encantamiento                             
en encantamiento, recién armado                        
el juego, y es cosa                         
de correr para verla y olfatearla                              
fresca a la eternidad en esos metros                    
de seda y alambre, nuestra pobrecilla                 
niñez que somos y seremos; hebra                      
de granizo blanco en los vidrios, Lebu abajo                     
por el Golfo y la ululación, parco en lo parco                     
hasta que abra limpio el día.                     
 
Tan bien todo que iba, los remos                           
de la exactitud, el silencio con                 
su gaviota velocísima, lo simultáneo                     
de desnacer y de nacer en la maravilla                
de la aproximación a la ninguna costa                  
que soy, cuando cortándose                    
cortose la mano en su transparencia de cinco                  
virtudes áureas, cortose en ella                              
el trato de arteria y luz, el ala                   
cortose en el vuelo, algún acorde que no sé                     
de este oficio, algún adónde                    
de este cuándo.                             
               
 
Gonzalo Rojas
Del relámpago (1981)

 

21 de julio de 2022

Quedeshím Quedeshoth, Gonzalo Rojas

Quedeshím Quedeshoth
 
Mala suerte acostarse con fenicias, yo me acosté
con una en Cádiz bellísima
y no supe de mi horóscopo hasta
mucho después cuando el Mediterráneo me empezó a exigir
más y más oleaje; remando
hacia atrás llegué casi exhausto a la
duodécima centuria: todo era blanco, las aves
el océano, el amanecer era blanco.
 
Pertenezco al Templo, me dijo: soy Templo. No hay
puta, pensé, que no diga palabras
del tamaño de esa complacencia. 50 dólares
por ir al otro Mundo, le contesté riendo; o nada.
50, o nada. Lloró
convulsa contra el espejo, pintó
encima con rouge y lágrimas un pez: -Pez,
acuérdate del pez.
 
Dijo alumbrándome con sus grandes ojos líquidos de
turquesa, y ahí mismo empezó a bailar en la alfombra el
rito completo; primero puso en el aire un disco de Babilonia y
le dio cuerda al catre, apagó las velas: el catre
sin duda era un gramófono milenario
por el esplendor de la música; palomas, de
repente aparecieron palomas.
 
Todo eso por cierto en la desnudez más desnuda con
su pelo rojizo y esos zapatos verdes, altos, que la
esculpían marmórea y sacra como
cuando la rifaron en Tiro entre las otras lobas
del puerto, o en Cartago
donde fue bailarina con derecho a sábana a los
quince; todo eso.
 
Pero ahora, ay, hablando en prosa se
entenderá que tanto
espectáculo angélico hizo de golpe crisis en mi
espinazo, y lascivo y
seminal la violé en su éxtasis como
si eso no fuera un templo sino un prostíbulo, la
besé áspero, la
lastimé y ella igual me
besó en un exceso de pétalos, nos
manchamos gozosos, ardimos a grandes llamaradas
Cádiz adentro en la noche ronca en un
aceite de hombre y de mujer que no está escrito
en alfabeto púnico alguno, si la imaginación de la
imaginación me alcanza.
 
Qedeshím qedeshóth*, personaje, teóloga
loca, bronce, aullido
de bronce, ni Agustín
de Hipona que también fue liviano y
pecador en África hubiera
hurtado por una noche el cuerpo a la
diáfana fenicia. Yo
pecador me confieso a Dios.

 
* En fenicio: cortesana del templo.
 
 Gonzalo Rojas
De El alumbrado, 1986.


 

20 de julio de 2022

¿Qué se ama cuando se ama? Gonzalo Rojas


 

¿Qué se ama cuando se ama?
 
¿Qué se ama cuando se ama, mi Dios: la luz terrible de la vida
o la luz de la muerte? ¿Qué se busca, qué se halla, qué
es eso: amor? ¿Quién es? ¿La mujer con su hondura, sus rosas, sus volcanes,
o este sol colorado que es mi sangre furiosa
cuando entro en ella hasta las últimas raíces?
 
¿O todo es un gran juego, Dios mío, y no hay mujer
ni hay hombre sino un solo cuerpo: el tuyo,
repartido en estrellas de hermosura, en particular fugaces
de eternidad visible?
 
Me muero en esto, oh Dios, en esta guerra
de ir y venir entre ellas por las calles, de no poder amar
trescientas a la vez, porque estoy condenado siempre a una,
a esa una, a esa única que me diste en el viejo paraíso.
 

 Gonzalo Rojas
 
De Contra la muerte, 1964.

19 de julio de 2022

Carta para volvernos a ver, Gonzalo Rojas


Carta para volvernos a ver

 
 
 
 
Escrita en el mar, el 25-X-58,
entre las 2 y las 5 de la mañana,
a bordo del "Laennec", Navifrance,
por la ruta del Atlántico norte.
No publicada hasta la fecha.

 
 
 
Lo feo fue quererte, mi Fea, conociendo cuánta víbora
era tu sangre, lo monstruoso
fue oler amor debajo de tu olorcillo a hiena, y olvidar
que eras bestia, y no a besos sino a cruel mordedura
te hubiera, en pocos meses, lo vicioso y confuso
descuerado, y te hubiera en la mujer más bella ¡por Safo! convertido.
 
Porque, vistas las cosas desde el mar, en el frío de la noche oceánica
y encima de este barco de lujo, con mujeres francesas y espumosas,
y mucha danza, y todo, no hay ninguna
cuyo animal, oh Equívoca, tenga más desenfreno en su fulgor
antes de ti, después de ti. No hay ojos verdes
que se parezcan tanto a la ignominia.
 
Ignominia es tu sangre, Burguesilla: lo turbio que te azota por dentro,
remolino viscoso de miedo y de lujuria, corrupción
de todo lo materno que es la mujer. ¡Acuérdate, Malparida, de aquella pesadilla!
No hay trampa que te valga cuando tiritas y entras al gran baile del muro
donde se te aparecen de golpe los pedazos de la muerte.
 
No te perdono, entiéndeme, porque no me perdono, porque el mar
-por hermoso que sea- no perdona al cadáver: lo rechaza y lo arroja como inútil estiércol.
Muerta estás y aun entonces, cuando dormí contigo, dormí con una máquina
de parir muertos. Nadie podrá lavar mi boca sino el áspero océano,
Mujer y No-mujer, de tu beso vicioso.
 
Lástima de hermosura. Si hoy te falta de madre justo lo que te sobra de ramera
y de sábana en sábana, desnuda, vas riendo
y sin embargo empiezas a llorar en lo oscuro cuando no te oye nadie,
es posible, es posible que descubras tu estrella por el viejo ejercicio
del amor, es posible que tanta espuma inútil
pierda su liviandad, se integre en la corriente, vuelva al coro del Ritmo.
 
Tal vez el largo oleaje de esta carta te aburra, todo este aire solemne,
pero el Ritmo ha de ser océano profundo
que al hombre y la mujer amarra y desamarra
nadie sabe por qué y, es curioso, yo mismo
no sé por qué te escribo con esta mano, y toco
tu rara desnudez terrible todavía.
 
No hablemos ya de mayo ni de junio, ni hablemos
del gran mes, mi Amorosa, que construyó en diamante tu figura
de amada y sobreamada, por encima del cielo, en el volcán
de aquel Chillán de Chile que vivimos los dos, y eternizamos,
silenciosos, seguros de ser uno en el vuelo.
 
No. Bajemos de ahí, mi Sangrienta, y entremos al agosto mortuorio:
crucemos los horribles pasadizos
de tus vacilaciones, volvamos al teléfono
que aún estará sonando. Volemos en aviones a salvar
los restos de Algo, de Alguien que va a morir, mi Dios, descuartizado.
 
Digamos bien las cosas. No es justo que metamos a ningún Dios en esto.
Cínicos y quirúrgicos, los dos, los dos mentimos.
Tú, la más Partidaria de la Verdad, negaste la vida hasta sangrar
contra la Especie (¿Es mucho cinco mil cuatrocientas criaturas por hora...?)
Los dos, los dos cortamos las primeras, las finas
raíces sigilosas del que quiso venir
a vemos, y a besamos, y a juntamos en uno.
 
Miro el abismo al fondo de este espejo quebrado, me adelanto a lo efímero
de tus días rientes y otra vez no eres nada
sino un color difícil de mujer vuelta al polvo
de la vejez. Adiós. Hueca irás. Vivirás
de lo que fuiste un día quemada por el rayo del vidente.
 
Mortal contradictorio: cierro esta carta aquí,
este jueves atlántico, sin Júpiter ni estrella.
No estás. No estoy. No estamos. Somos, y nada más.
Y océano,
                 y océano,
                                 y únicamente océano.
 
Gonzalo Rojas

 


 

18 de julio de 2022

Poema, William Shand



 

Poema
 
Hoy ya no soy lo que fuí ayer.
Aunque lo mío parece igual
he penetrado las capas
incrustadas en mi,
acumuladas a través de años,
y he observado
como su sustancia
ha liberado en laberinto.
Hoy no soy lo que fui ayer.
 
William Shand


17 de julio de 2022

Ella se alza sobre la bruma de la pena, William Shand

Ella se alza sobre la bruma de la pena
 
Quién hablará sobre lo que pierde de vista,
sobre lo que en la salvaje orilla de su día creció;
donde su tierra es solo un hueco
perplejo sobre el final del mapa?
 
Quién puede saber: quién puede decir
si ella es mariposa o gacela,
o tan solo una ave abandonada, conforme
con su búsqueda de un nuevo continente?
 
Quién puede adivinar? Quién puede estimar?
yo solo sé que, sentada allí,
se alza por sobre la bruma de la pena,
ofreciéndose toda ella, incandescente.
 
 
William Shand

 

16 de julio de 2022

Deja de usar tu cara, William Shand

 

Deja de usar tu cara
 
Deja de usar tu cara!
Deja que tome su propio camino!
Dale la oportunidad y vé que sucede.
Pero creo que tenés miedo.
Conocés sus imágenes,
Y como ellas, supersticiosamente
modelan cada forma y color,
cambian el paisaje,
afable a veces
y casi espantosa otras.
 
Probablemente lo has intentado antes
y te has encontrado solo
tras una sórdida balaustrada
esperando que ellos vengan por vos.
Te ven pero se apartan de vos.
Tomando a cambio otras manos.
Entonces usa tu cara si es necesario,
llevala un día más,
pero hacelo sin malicia.
Deja al pánico gatear en ella.
 
 
William Shand

Shand concibe símbolos para el glorioso, tedioso y horrible mundo contemporáneo. Ejercitan en este periodo de la historia la misteriosa y antigua profesión de poeta es una enorme responsabilidad. Shand no ignora esto y pesa sus palabras con temor y alegría (Jorge Luis Borges)

William Shand (Glasgow, 20 de diciembre de 1902 - Buenos Aires, 8 de noviembre de 1997), fue un poeta, novelista, dramaturgo y traductor argentino de origen escocés. Radicado desde 1938 en Argentina, al llegar en el año 1938 trabajó en el diario La Nación como crítico literario y traductor.
Publicó las colecciones de poemas Dead season's heritage (1942), Selected poems (1978), las ediciones bilingües Nine poems, Poemas y varias compilaciones durante las décadas siguientes. En 1969 recopiló una antología de autores argentinos que tradujo al inglés. Escribió los libros de cuentos La obsesión de Branti (1975) y Cuentos completos (1987), entre otros volúmenes. A partir de El guerrero ciego (1953) se dedicó también a la dramaturgia. Así fue como en 1971 escribió junto a Alberto Girri el libreto para la ópera Beatrix Cenci, de Alberto Ginastera, con cuya puesta en escena colaboró en el Kennedy Center de Washington (EE.UU., 1971), el New York City Opera (1973) y en el Teatro Colón (1992). Sus piezas dramáticas fueron reunidas en Teatro (1989). Recibió tres fajas de honor de la Sociedad Argentina de Escritores y tres premios municipales.
Tradujo al español a los poetas John Donne y Stephen Spender.
Caracterizado como "un cuidadoso observador de la sociedad argentina contemporánea", Shand frecuentemente abordó tópicos altamente controvertidos y delicados". Dividió su tiempo viviendo es su apartamento frente a la Plazoleta Carlos Pellegrini y su residencia en el barrio de San Miguel.


15 de julio de 2022

Deja de usar tu cara, William Shand

Deja de usar tu cara

 
Deja de usar tu cara!
Deja que tome su propio camino!
Dale la oportunidad y vé que sucede.
Pero creo que tenés miedo.
Conocés sus imágenes,
Y como ellas, supersticiosamente
modelan cada forma y color,
cambian el paisaje,
afable a veces
y casi espantosa otras.
 
Probablemente lo has intentado antes
y te has encontrado solo
tras una sórdida balaustrada
esperando que ellos vengan por vos.
Te ven pero se apartan de vos.
Tomando a cambio otras manos.
Entonces usa tu cara si es necesario,
llevala un día más,
pero hacelo sin malicia.
Deja al pánico gatear en ella.

 
 
William Shand

La poesía de Shand, vigorosa y elocuente, con cierto humor, un humor mezclado con ternura ( tal vez compasión). Tales cualidades pueden ser observadas en su visión dramática (Bernardo Canal Feijoo)


 

14 de julio de 2022

Sin paz para los buenos, William Shand

 

Sin paz para los buenos
 
No haya paz para los buenos! Hazlos retroceder!
Sin astas y sin alas!
Déjalos negar! Déjalos atreverse!
Les impondremos los fantasmas,
anunciaremos nuestro propósito
con armas templadas
en los himnos de nuestros ancestros.
 
No haya suelo para los buenos donde puedan crecer!
que ninguna lluvia humedezca sus cosechas!
Enciérrenlos encadenados en sus celdas!
Conocemos a ellos y sus cánticos;
sin ellos, se postrarán.
Serán esterilizados y entonces nos dejarán
Construir una gloriosa tierra de hombres crueles.

 
William Shand 

William Shand pertenece a una raza. La más terrible, la más loca, extraña, la más convulsiva, incomprendible y auténtica. Escribe sus poemas como si fuesen relámpagos, hogueras de su sonrisa. Como si ofreciera una amistosa y fraternal mano, como evadiendo territorios del amor con un millón de chispas doradas en sus ojos, como si situase las ppalabras en un coloquio donde vibra su propia  resonancia. M. Petit de Murat


13 de julio de 2022

Ponte de pie, William Shand

William Shand (Glasgow, 20 de diciembre de 1902 - Buenos Aires, 8 de noviembre de 1997), fue un poeta, novelista, dramaturgo y traductor argentino de origen escocés. Radicado desde 1938 en Argentina, al llegar en el año 1938 trabajó en el diario La Nación como crítico literario y traductor.
Publicó las colecciones de poemas Dead season's heritage (1942), Selected poems (1978), las ediciones bilingües Nine poems, Poemas y varias compilaciones durante las décadas siguientes. En 1969 recopiló una antología de autores argentinos que tradujo al inglés. Escribió los libros de cuentos La obsesión de Branti (1975) y Cuentos completos (1987), entre otros volúmenes. A partir de El guerrero ciego (1953) se dedicó también a la dramaturgia. Así fue como en 1971 escribió junto a Alberto Girri el libreto para la ópera Beatrix Cenci, de Alberto Ginastera, con cuya puesta en escena colaboró en el Kennedy Center de Washington (EE.UU., 1971), el New York City Opera (1973) y en el Teatro Colón (1992). Sus piezas dramáticas fueron reunidas en Teatro (1989). Recibió tres fajas de honor de la Sociedad Argentina de Escritores y tres premios municipales.
Tradujo al español a los poetas John Donne y Stephen Spender.
Caracterizado como "un cuidadoso observador de la sociedad argentina contemporánea", Shand frecuentemente abordó tópicos altamente controvertidos y delicados". Dividió su tiempo viviendo es su apartamento frente a la Plazoleta Carlos Pellegrini y su residencia en el barrio de San Miguel.

Ponte de pie, William Shand

 
¡Ponte de pie, preséntate!
¡No te encojas detrás de tu vecino!
¡Muestra tu ser y todo lo que eres!
Atiesa tus rodillas, endurece tu pecho,
inaugura el espacio
donde puedas insertar
esos requerimientos de estaciones idas,
moldéalas a tu gusto
quebrando tácitos acuerdos.
 
¡Enfréntate a las masas!
Deja que te señalen
y con sarcasmo, míralas,
desmantelar sus fibras.
Quédate intacto con las armas
que nadie reconoce,
armas hechas por láminas secretas
de comprensión,
inexpugnables ante los asaltos.
 
¡Quédate donde estás!
Deja que otros se acerquen
con sus derrotas y sus furias.
Oye sus dogmatismos
empapados de víctimas
y arriésgate a entender
sus discrepancias.
 
La impaciencia no sirve
donde los medrosos nada innovan.
¡Recuéstate en el muro!
Ve cuán imperturbables
ellos rechazan la tendida mano,
sin querer liberar
los cómodos peligros
que merodean por sus sueños.
Danzan indiferentes
en cúmulos de corrupción;
han sucumbido las melodías.
 
…….No pudieron cumplir y se marcharon.
…….Aunque vivos, están junto a los muertos.

 

 
Traducción de Elizabeth Azacona CRANWELL- Buenos Aires, primavera de 1987.


 

Etiquetas

Videos (227) Osvaldo Guevara (111) Jose Luis Colombini (106) Café Literario Traslasierra (90) Rafael Horacio López (86) Aldo Luis Novelli (75) Antonio Esteban Agüero (65) Claudio Suarez (65) Alejandro Nicotra (64) Roberto Jorge Santoro (64) Juan L. Ortiz (59) Baldomero Fernández Moreno (50) Oscar Guiñazú Alvarez (50) Gianni Siccardi (49) Vicente Huidobro (49) Olga Orozco (48) Aldo Pellegrini (47) Elvio Romero (47) Enrique Lihn (47) Jorge Teillier (46) Gloria Fuertes (45) Felipe Angellotti (44) Circe Maia (41) Hermann Hesse (41) Fernando Pessoa (36) Rodolfo Alonso (35) Vicente Aleixandre (35) Horacio Castillo (34) Gonzalo Rojas (33) Alejandra Pizarnik (32) Miguel Ortiz (32) Edgar Bayley (31) César Vallejo (29) Raúl Gustavo Aguirre (29) Rodolfo Godino (29) Alberto Luis Ponzo (28) Anton Chejov (28) Daniel Conn (28) Marco Denevi (27) Octavio Paz (27) Gabriela Bayarri (26) Jorge Ariel Madrazo (26) Théophile Gautier (26) Alberto Girri (25) Carlos Garro Aguilar (25) Jacques Sternberg (25) Jaime Saenz (25) Leónidas Lamborghini (25) Orfila Bardesio (24) Leopoldo Marechal (23) H. P. Lovecraft (22) Poetas Chinos (22) William Carlos Williams (22) Carlos Castaneda (21) Grupo Literario Tardes de la Biblioteca Sarmiento (21) Horacio Preler (21) Leandro Calle (21) Leopoldo "Teuco" Castilla (21) O. Henry (21) Sandro Penna (21) Sandro Tedeschi (21) Witold Gombrowicz (21) Julio Bepré (20) Mario Torres (20) Nicanor Parra (20) Cesar Moro (19) Francisco Madariaga (19) María Meleck Vivanco (19) Vicente Luy (19) Omar Yubiaceca (Jorge Omar Altamirano) (17) Jorge Luis Carranza (16) Teresa Gómez Atala (16) Ariel Canzani (15) Manuel Mujica Laínez (15) Marcelo Dughetti (15) Ana Cristina Cesar (14) Carlos Drummond de Andrade (14) Isidoro Blaisten (14) Karen Alkalay-Gut (14) Manuel López Ares (14) Mircea Eliade (14) Nestor Perlongher (14) Raymond Carver (14) Richard Aldington (14) Spencer Holst (14) Alaide Foppa (13) Anne Waldman (13) Antonin Artaud (13) Charles Baudelaire (13) José B. Adolph (13) Lawrence Ferlinghetti (13) Marcel Schwob (13) Miguel Angel Bustos (13) Ricardo Rubio (13) Sam Shepard (13) Teresa Wilms Montt (13) Cecilia Meireles (12) Ernesto Cardenal (12) Jose Emilio Pacheco (12) Rainer María Rilke (12) Laura López Morales (11) Música (11) Rodolfo Edwards (10) Carlos Bousoño (9) Victor Saturni (9) Adrian Salagre (8) Eugenio Mandrini (8) Federico Garcia Lorca (8) Horacio Goslino (8) Inés Arredondo (8) José María Castellano (8) Juan Jacobo Bajarlia (8) Julio Requena (8) Roque Dalton (8) Allen Ginsberg (7) Andres Utello (7) Antonio Porchia (7) Basho (7) Carlos Oquendo de Amat (7) Charles Simic (7) Conde de Lautréamont (7) Francisco Rodríguez Criado (7) Gaspar Pio del Corro (7) Gerardo Coria (7) Gianni Rodari (7) Hans Magnus Enzensberger (7) Leonard Cohen (7) Li Bai (7) Li Po (7) Litai Po (7) Lope de Vega (7) Norah Lange (7) Oliverio Girondo (7) Pedro Serazzi Ahumada (7) Robert Frost (7) Eduardo Galeano (6) Gregory Corso (6) John Forbes (6) Revista El Gato del Espejo (6) Torquato Tasso (6) Victoria Colombini Lauricella (6) William Shand (6) Círculo de Narradores de Traslasierra “ Paso del Leon” (5) Hugo Mujica (5) Jorge Luis Borges (4) Leopoldo Lugones (4) Eduardo "Lalo" Argüello (3) Encuentro Internacional de Poetas "Oscar Guiñazù Alvarez (3) Roberto Bolaño (3) Tomas Barna (3) Pablo Anadón (2) Pablo Neruda (2) Ricardo Di Mario (2) Roberto Juarroz (2) Rubén Darío (2) Susana Miranda (2) Walter Ruleman Perez (2) Antonio Machado (1) Beatriz Tombeur (1) Eduardo Fracchia (1) Enrique Banchs (1) Enrique Molina (1) Ernesto Sábato (1) Jose Caribaux (1) Juan Gelman (1) Julio Cortázar (1) Mario Pacho O Donnell (1) Ricardo Piglia (1) Victoria Ocampo (1)