Como una luz
Llegada la hora en que el astro se apague,
quedarán mis ojos en los aires que contigo fulguraban
Silenciosamente y como una luz
reposa en mi camino
la transparencia del olvido.
Tu aliento me devuelve a la espera y a la tristeza de la tierra,
no te apartes del caer de la tarde
-no me dejes descubrir sino detrás de ti
lo que tengo todavía que morir.
Eres Visible
Permaneces todo el tiempo en el olor de las montañas
cuando el sol se retira,
y me parece escuchar tu respiración en la frescura de la sombra
como un adiós pensativo.
De tu partida, que es como una lumbre, se condolerán
estas claras imágenes
por el viento de la tarde mecidas aquí y a lo lejos;
yo te acompaño con el rumor de las hojas, miro por
ti las cosas que amabas
-el alba no borrará tu paso, eres visible.
Jaime Sáenz
Jaime Sáenz Guzmán (La Paz, Bolivia 1921 — 1986) Descendiente de una familia tradicional, nunca conoció a su padre, militar de alto rango, y creció junto a su madre y a su tía, con quien irá a vivir gran parte de su vida y que es personaje central de una de sus narraciones más conocidas, Los cuartos.
En 1938, como parte de una comitiva de estudiantes, viaja a Alemania, allí traba interés por el nazismo, que está en su apogeo, y probablemente ahí también comienza su interés por la magia, el ocultismo y la teosofía.
Vuelve a Bolivia y progresivamente se introduce en la vida nocturna de la ciudad. En este periodo frecuenta sus espacios periféricos: bodegas donde convive con alcohólicos, indigentes y migrantes indios marginalizados. Después de sufrir dos ataques de delirium tremens y después del fracaso de un matrimonio, decide dejar la bebida y se aboca a la escritura.
A partir de la década de los cincuenta comienza a escribir el grueso de su obra. En 1955 publica El escalpelo, libro de prosa poética y a partir de allí, hasta los años ochenta publicará 12 títulos más:
Muerte por el tacto (1957), Aniversario de una visión (1960), Visitante profundo (1964), El frío (1967), Recorrer esta distancia (1973), Bruckner (1978), Las tinieblas (1978), Imágenes paceñas (1979), Felipe Delgado (1979), Al pasar un cometa (1982), La noche (1984) y Los cuartos (1985). De forma póstuma se publican: Vidas y muertes (Prosa, 1986), La piedra imán (Prosa, 1989), Los papeles de Narciso Lima Achá (Novela, 1991), Carta de amor (Poesía, 1996), Obra dramática (Teatro, 2005), Prosa breve (Prosa, 2008) y Tocnolencias (Prosa poética, 2014). Murió en 1986 fruto de una recaída en el alcoholismo.