No es posible, Julio Bepré

No es posible

Desde el día en que me vi en tus ojos

fuiste una presencia extraña y sostenida,

semejante a un silencio no esperado

o al milagro que lleva alguna música.

Y nada puede ya sostener una ausencia

porque estás en mi ser en cada instante

y los gestos destraban estas pobres palabras.

No puedo entonces pronunciar

ni entregarte para siempre mi adiós.

Amiga, puedes morir es cierto pero también yo,

aquí o allá, antes o después de esta yerta estación

mas sé cómo llevar la gracia de tu imagen.

Vos quedarás junto a mí sujetando el color

diluido de mis ojos, pero llenos aún

con ese ardor que fue lamento y alegría,

desazón y refugio o todavía espera

desde un retardo inmerecido.

Camino y solitario advierto

cuánto dice un reflejo en la húmeda calle

para poder asir de una vez tu presencia.

No puedo entonces pronunciar

ni entregarte para siempre mi adiós.

Julio Bepré

Duda, Julio Bepré

DUDA

Intacta te devuelven mis ojos:

sólo así vivo la historia

de lejano comienzo.

Afino por ello la palabra

y asumo esta aventura

a pleno sol y espera descubierta.

(Sonrío porque nuestros labios

nunca dirán lo que saben de nosotros

y más allá de un juego de posibles

la fría desazón desaparece

y cae su extático delirio.)

Y al no encontrar el sueño del que naces

la noche se hunde en mi extrañeza

y arroja insomne su secreto.

Ya me abruma el peso desmedido

de este aire desplazado y convulso

ante un mar salaz y despiadado.

¿Serás tú la que después responda

que para siempre te hallas

al lado de mi duda?

Julio Bepré

Abismo, Julio Bepré

ABISMO

Distinta densidad hay en la niebla;

               se opaca el mar -imperioso y ceñudo-

               llevándose este sueño a su vigilia.

Y rebalsa una historia cuyo fin es inicio,

                donde cede el silencio a la voz del espanto

                para hacerse después una extraña costumbre.

Pero el mar veleidoso confirma mi sospecha:

               anega la ribera y el escollo inmediato;

               abraza con rigor la extensión de mis ojos,

               y golpea la más viva palabra.

Impávido el verano se demora en la fecha.

Lentamente descubro la disputa que existe entre el mar

                      y mi sangre, y por qué su desmesura se parece a la muerte.

Su abismo tiene siempre un sabor como a llanto.

Julio Bepré

Calma, Julio Bepré

CALMA

Frente al fuego devastante del día

alcanzo a compartir un cielo inmóvil

en el lento transcurso del verano.

Y aunque todo es ruinoso

y el mar acoge aquel grito contiguo

al vértigo de cada desmemoria

antiguos avatares regresados ahora

ofrecen un sabor que' alimenta mi boca

y esta sola esperanza por el viento mecida.

Porque el mar entró en calma

y no vuelve la niebla de lo que no es

                          ni ha sido

y en los ojos acrece

el secreto del mundo.

Julio Bepré

Verdad del sueño, Julio Bepré

Verdad del sueño

Crece la mañana e insinúa

escaso trecho entre el mar y la mirada.

(El cielo desnuda su misterio

y las manos señalan

más allá de mi duda y la certeza.)

Tiembla una luz al llegar a destino

y sostiene la forma

de aquella memoria donde vives

y descubre además otros indicios

que ahora son razón en mi escritura.

Julio Bepré