LA SARTEN
una sartén poco usada
sirve a veces para estallar
el aceite y el huevo
para estrellar el blanco
el rojo
el amarillo
por el calor de una llama
silenciosa
sirve el mango también
y el pulso de quien pone
en el plato el huevo embebido
en aceite y unas papas
una sartén usada sólo en ocasiones
sirve para el huevo y las papas
y cuando la fregamos y lavamos
advertimos el riesgo de acordarnos
de embarcarnos de nuevo
en una sartén poco usada
Edgar Bayley
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18 de noviembre de 2021
La sarten, Edgar Bayley
17 de noviembre de 2021
Danza de la muerte, Edgar Bayley
15 de noviembre de 2021
Cambio de estación, Edgar Bayley´
Cambio de estación, Edgar Bayley´
los ruidos de la calle
tan diversos
la agitación del follaje
de los árboles cercanos
el ir y venir de las hormigas
el fin del verano
ponen un orden nuevo
en el peldaño
el estribo
en la cabellera de la noche
un balcón entreabierto
la luz crece como un río
rodando por escaleras
es el primer paso del sueño
en la fogata lejana
un hombre camina solo
se detiene a ratos
observa
escucha una risa
la fiesta está por comenzar
y baila finalmente
con la mujer que lo llamaba en sueños
en la luz y el aire
y en la noche despierta
Edgar Bayley
14 de noviembre de 2021
De todos modos, Edgar Bayley
De todos modos, Edgar Bayley
ella se va sintiéndose llamada
abre este sol su mano extiende
rechazo amor
una quimera
su oficio es ser de todos modos
aquí estará
su nombre sabe
nada la oculta
ni destello falaz
tormenta sol
ni la avenida
vuelve a ser furor helada fauce
presagio estrella nacimiento
aplomo y ansiedad
dulzura imprecación testigo
aquí está
para ser de todos modos
Edgar Bayley
13 de noviembre de 2021
Certidumbre, Edgar Bayley
Certidumbre
un ladrido es un problema de garganta
de corazón más bien
es disonante en un coro de callados
concuerda con el estruendo y la violencia
¿para qué más? ¿qué otra certidumbre?
gota a gota cae el sentido
de las voces y ladridos
las cuerdas vocales han durado
en esta sonora certidumbre
Edgar Bayley
12 de noviembre de 2021
La arena, Edgar Bayley
La arena
hay pisadas en la arena
de damas que pasean junto al mar
castillos por supuesto
gaviotas y allá lejos delfines y un velero
celebro todas las pisadas
y los rastros del viento
hay un pintor junto al mar
un pintor de caballete
y más allá un titiritero
ahora hay calma
pero a veces las tempestades cambian el espectáculo
aquí muy cerca en una ferretería
venden cañas de pescar y los aparejos correspondientes
también está el cielo
abierto
claro
las nubes avanzan hacia el castillo abandonado
nadie ha podido todavía violar los cerrojos
de sus grandes puertas
ni siquiera las nubes
hay una sola ventana abierta
por donde se introducen unos jóvenes músicos
para ensayar sus próximos conciertos
y refugiarse de la arena y del sol
Edgar Bayley
11 de noviembre de 2021
Los desiertos reales, Edgar Bayley
Los desiertos reales, Edgar Bayley
los desiertos reales
los mares imaginarios:
no hay palabras para elogiar a esta magnolia
tampoco hay forma de destruir las palabras
ni el oficio de florista
(guarden compostura: :
en la soga de colgar se agita la flor blanca)
una tez de flores de cerezo:
la última gota de sangre
los desiertos reales
los mares imaginarios
no pueden compararse a esta magnolia.
Edgar Bayley
10 de noviembre de 2021
Bermellón 1, Edgar Bayley
9 de noviembre de 2021
Augurio, Edgar Bayley
AUGURIO
feliz
año
nuevo
digo
lluvia luz ventana
neblina rosa labrador alcázar
río mío balcón
perdí mi nombre
y aquí
ballesta
encuentro
voy naciendo
por solsticios
herbarios
destrucciones
año nuevo
blanca flor brotaste
y el camino que sigo
y la voz
en la playa
a medianoche
y el silencio y la caja
y la ventana habitación el viento
todo lo marchitaste
me digo
no estoy solo
feliz lluvia
luz
ventana
Edgar Bayley
3 de noviembre de 2021
Sobre Edgar Bayley, Francisco Madariaga
PRESENTACIÓN
Edgar Bayley alguna vez dijo: “Ahora suena
un poco extraño hablar de vanguardia, porque vivimos tiempos de intemperie, en
los que el creador tiene que defenderse de sí mismo”. Esos tiempos de intemperie a lo que se refería
Bayley son los mismos que vivimos ahora. El poder de la impostación, del
desprecio y de la iniquidad, que él combatió, en especial en el terreno de la
creación poética, no desaparecerán —recordemos que así lo pensaba Van Gogh,
cuando dijo “la miseria no terminará jamás”. La conciencia de un verdadero
artista, siempre alerta, lo sabe.
Reeditar la obra de este poeta y mago es un
acto que dará frutos positivos en muchos seres vivos que ansían impactos de
verdad, sobre todo, verdad poética. Las imágenes reales milagrosas de Bayley lo
lograrán.
Para mí Bayley fue eso y mucho más:
A veces podían ser excesivas su franqueza y
su valentía, pero sus humos o sus rechazos vehementes, como sus celebraciones,
le brotaban, con el color del día más puro, frente a la imbecilidad, la
soberbia ignorante de aquellos “autores que aceptan sin crítica el llamado
lenguaje corriente porque quieren ser ‘efectivos’ y eso no puede ser”, como
dijo el gran narrador brasileño Joao Guimaráes Rosa.
A aquel señor muy alto de imaginación y de
cuerpo de Gran Comandante de Vikingos para la defensa de la poesía, la
libertad: el amor, hoy lo seguimos teniendo entre nosotros —está encantado— en
la tierra de nadie de la poesía, como al máximo fabulador de oro, que aprueba o
desaprueba entre amigos o entre adversarios... Lo tenemos resplandeciente, con
su misterioso Doctor Pi, una relampagueante pelirroja, o una morocha de fuego
lento, que a veces desembarcan de una barcaza hecha con avellanas, con
esmeraldas y con sal verde de un mar de sol: ¿acaso de ese maravilloso Mar de
los Castillos —como lo llamaban en los tiempos coloniales— al mar del más
extremo Este Uruguayo?, que Edgar tanto frecuentó.
FRANCISCO MADARIAGA
Mayo de 1999
De Obras Edgar Bayley
Presentación de Francisco Madariaga y
prologo de Rodolfo Alonso
Edición Julia Saltzmann
Revisión y estudio preliminar: Daniel
Freidemberg
Grijalbo Mondadori 1999